¿Qué es el reforzamiento diferencial en niños?

reforzamiento diferencial

Garantizar el desarrollo adecuado de la conducta y las habilidades de los niños puede ser tarea difícil. La tarea de los padres debe estar orientada por bases psicológicas cuya efectividad haya sido comprobada. Hoy hablamos sobre el reforzamiento diferencial.


¿Qué es el reforzamiento diferencial?

El reforzamiento diferencial consiste en una técnica que tiene 2 objetivos: estimular a la ejecución de acciones y pensamientos adecuados que se han observado previamente en el niño, y a su vez, alejar cualquier aspecto que se considere inapropiado en su conducta.

Se busca evitar el comportamiento no adecuado a través de la desaparición de cualquier característica o elemento que podría estar actuando como “recompensa” que hace que el niño continúe actuando o pensando de manera desfavorable.

Por su parte, así como se inhibe el refuerzo de actitudes negativas, se debe impulsar a dar continuidad con actos positivos, beneficios y adecuados. Ante estas acciones se debe otorgar un buen merecido premio para reforzar la conducta.

¿Cómo eliminar comportamientos no deseados?

El error más común de los padres es recompensar a los niños solo para evitar sus llantos. Por ejemplo, usualmente encontramos a pequeños que gritan para obtener lo que se proponen.

Para ponerle fin a la rabieta, erróneamente les obsequiamos lo que desean, ya sean dulces o juguetes. Esta es una grave falla que podría traer repercusiones graves a futuro. Acá es importante el reforzamiento diferencial.

La eliminación de conductas inadecuadas se debe realizar de manera correcta si realmente se desea extraer de raíz a estos inconvenientes para que no aparezcan de nuevo.

El aspecto más importante a considerar para alejar este tipo de comportamientos es que no podemos ignorar a aquel factor que está causando la aparición del problema.

De acuerdo al reforzamiento diferencial, lo que se debe hacer es cambiar el enfoque del niño con respecto a la manera en la que se enfrenta al inconveniente.

Ofrecer un comportamiento alternativo

Previo al inicio de nuestra intervención en la conducta de los niños, es fundamental llevar a cabo un análisis que nos señale cuál es el elemento que se encuentra estimulando a esta conducta no deseada.

A partir de ello, inmediatamente se debe pensar en una conducta acorde por la cual reemplazaremos a la inapropiada. Esta nueva opción debe oponerse rotundamente a las actitudes que caracterizan al comportamiento inadecuado.

Continuando con el ejemplo de los dulces, si el niño desea un chocolate, se le debe proponer una actividad que le resulte tanto divertida como provechosa, como una tarea educativa, que convierta a los dulces en una verdadera recompensa.

De esta forma, los gritos y pataleos serán reemplazados por la necesidad de terminar las actividades y tareas escolares con el fin de comer los dulces.

Claramente, este comportamiento alternativo que se proponga debe involucrar a actividades que llamen la atención de los niños.

Las tareas escolares deben ser propuestas como un juego, de manera tal que resulten lo suficientemente atrayentes como para distraer al niño de la actitud que se busca eliminar, que en este caso es la rabieta.


Importancia del análisis funcional de la conducta

El Análisis Funcional de la Conducta es considerado el instrumento psicológico más importante para diferenciar a los comportamientos que buscamos reforzar de aquellos que deseamos evitar en los niños.

Este test psicológico tiene como finalidad la comprensión de por qué se mantienen, incrementan o disminuyen ciertos elementos de la conducta. Le da la respuesta a qué es lo que hace que el niño se comporte de cierta forma.

Podría parecer una evaluación fácil de ejecutar, pero requiere dominar cierto conocimiento del arte de la terapia humana antes de llevarlo a cabo. Es por esto que se recomienda consultarlo con un profesional.

A nivel clínico, permita asociar a las acciones, palabras, pensamientos y sentimientos del pequeño con lo que sucede a su alrededor.

Toma en cuenta los antecedentes del niño, considerándolos como factores relevantes que ayudan a entender el por qué de los comportamientos inapropiados.


Ejecución del reforzamiento diferencial en niños

Para conseguir que las conductas positivas sean reforzadas y las negativas sean olvidadas, lo primero que se debe hacer es reconocer cuales son estos comportamientos problemáticos y qué se puede hacer con ellos.

Es de gran relevancia evaluar el esfuerzo que realiza el niño para cambiar sus actitudes problemáticas e implementar conductas diferenciales.

También se debe determinar si el niño está siendo influenciado por otros individuos o factores que impiden un reforzamiento diferencial exitoso.

Incluso cuando creamos que los aspectos negativos de la conducta han sido remplazados por completo, se debe continuar con la vigilancia del comportamiento a la espera de la reaparición de los patrones previos.

En caso de ser así, lo más recomendable es consultarlo con un profesional en el área de la psicología o pedagogía.

Resaltamos la importancia de no ignorar los inconvenientes que ocasionaron la aparición de conductas negativas. Incluso cuando este tipo de conducta es corregida, se debe conocer qué fue lo que la causó.


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