Realizar actividades con los 5 sentidos del cuerpo humano son relativamente sencillas salvo el sentido del gusto, dado que este sentido recibe estimulación únicamente cuando estamos comiendo algo o bien cuando imaginamos un sabor en nuestro paladar determinado.
No obstante, la estimulación gustativa también crea conexiones neurales en el cerebro de los niños, lo que sirve a los fines no solo de la diferenciación de los distintos alimentos o sabores, sino también promueve otros tipos de beneficios.
Beneficios de trabajar el sentido del gusto con los niños
- Atención focalizada, indispensable para el aprendizaje. Al estar los niños atentos y a la espera de la degustación de uno o más alimentos, se producen un momento ideal para la ejercitación de la atención focalizada.
- Permite asociar un sabor agradable con un tipo de aprendizaje. En este sentido es importante poder combinar un estímulo gustativo y posteriormente profundizar en un aprendizaje. De este modo, ambas experiencias se asociarán de manera efectiva y combinada haciendo que queden registradas en la memoria de largo plazo de manera unida. Por otra parte, el sentido del gusto es recibido por el lóbulo parietal, pero al mismo tiempo la experiencia positiva del sabor agradable se asociará en el sistema límbico, provocando un impacto positivo de los aprendizajes.
- Permite que el niño integre adecuadamente los estímulos de su entorno.
- Autoconocimiento. Aprende a conocer su propio cuerpo.

A continuación, veremos algunas estrategias para poder realizar diferentes experimentos y trabajar el sentido del gusto en niños de nivel primario. Las mismas se pueden llevar a cabo tanto en el hogar como en el aula de clases.
3 Experimentos y actividades para trabajar el sentido del gusto
Diferenciamos dulce de salado
Materiales: Se les pide a los niños que lleven un frasco con sal y otro con azúcar. También esto puede llevarlo la docente y utilizar dos frascos para toda la clase.
Desarrollo del juego: Se coloca aleatoriamente un poco de sal o azúcar en la mano de los niños para que ellos se lo lleven a la boca y puedan distinguir ambos sabores. Es importante registrar los rostros de los niños, ya que en el caso de los niños con sal, sus expresiones serán más ligadas con el desagrado que los niños que hayan probado el azúcar.
Permite que los niños indiquen si el sabor es salado o dulce pero no les corrijan en este momento; solo registra sus comentarios. Adicionalmente, es importante preguntarles cuál de los dos frascos les ha gustado más.
Sobre la pizarra se realiza una línea divisoria vertical y se les pide a los niños que indiquen qué alimentos que ellos recuerden son salados y cuáles son dulces.
A continuación, se les permite que prueben nuevamente el sabor indicado haciendo referencia a las características del mismo con información adicional. Tras probar nuevamente el alimento, se les puede preguntar si creen que es salado o dulce. En este momento sí es posible corregirles.
Opcional
También se pueden llevar pequeños alimentos salados y dulces para que los niños prueben cada uno de estos y los ubiquen del lado de lo salado o del lado de lo dulce. Se pueden usar aceitunas, gusanitos dulces, galletas saladas, chocolate, etc. En este caso, haz que primero huelan los alimentos. Posteriormente, haz que elijan uno o bien escoge tú uno para cada niño y permite que lo toquen con la punta de su lengua.
Dependiendo del alimento elegido o indicado, los niños podrán sentir en la lengua diferentes sensaciones o bien ninguna. Por ejemplo, si tocan con la punta de su lengua un alimento salado o ácido es posible que sentido gustativo no reconozca qué es, a diferencia de un alimento dulce que sí será notable al tocarle con esta parte de la lengua. De este modo puedes explicar, posteriormente, la diferencia de las papilas gustativas y la ubicación predominante de cada zona en relación a los diferentes sabores.
Los alimentos deliberan
Materiales: Para esta actividad necesitarás un cartel grande con el sentido gustativo para que puedas colocarlo sobre la pizarra. Asegúrate que el mismo tenga diferenciada las partes donde se encuentra la percepción de los diferentes sabores: dulce (en la punta de la lengua), salado (a ambos lados), amargo (en la parte detrás), etc.
También necesitarás diferentes imágenes pequeñas de alimentos que sean conocidos para los niños. Es importante que cada imagen tenga en la parte posterior un pedacito de cinta adhesiva para que, al finalizar la actividad, los niños puedan colocar cada alimento donde corresponde sobre la lámina del sentido gustativo.
Desarrollo del juego: A continuación, relatamos el siguiente cuento o historia:
La asamblea de los alimentos
Los alimentos se encontraban realizando una gran asamblea. Cada uno de ellos tenía una postura muy estricta y todos querían hablar al mismo tiempo.
- Manzana roja: yo debo ser la primera en hablar – dijo la manzana.
- Pera: ¡Un momento! – dijo la pera – Yo también tengo el mismo derecho que tú: también soy dulce y debo hablar primero.
- Patatas fritas: No creo que por ser ustedes las primeras de la lista, sean más importantes que el resto – reclamó.
- Café: Coincido con la patata – mencionó el café.
La discusión seguía y pareció no tener fin, hasta que hizo su aparición un elemento que lo cambiará todo…
- Agua: ¿Qué es lo que sucede aquí? ¿Por qué tanto alboroto?
- Aceite de oliva: ¡Es verdad! Basta de discusión, por favor. No puedo dormir.
- Apio: Coincido con mis compañeras. Será mejor que dejen de pelear. Cada una tendrá un lugar para hablar y todos podemos encontrar un espacio.
Finalmente, y con la intervención de nuestros 3 amigos, los alimentos dejaron de discutir y llegaron a un acuerdo: cada uno tendría un lugar determinado a la hora de hablar, aunque siempre fue necesaria la intervención del agua, del aceite de oliva o de nuestro amigo el apio.
A medida que se va relatando el cuento, se debe colocar cada alimento dentro del afiche colocado sobre el pizarrón a fin de ubicar cada uno en el área de la lengua que corresponda.
Cuando se llega al final del cuento, debemos hacer énfasis en que el aceite de olvida, el agua o el apio no son ni salados, dulces, amargos o ácidos sino que son sabores que podemos percibirlos por la totalidad de nuestras papilas gustativas.
Aprendemos a comer
En este experimento, lo que vamos a hacer es aprender a desarrollar el proceso de succión, deglución, masticación y control de babeo.
Materiales: Para ello necesitaremos diferentes alimentos: una manzana, un limón, una fresa, chocolate, palta o aguacate, etc. También se necesitarán algunas bandejas (tantas como equipos se vayan a formar). Por último, vamos a utilizar algunas imágenes de los alimentos que hemos descrito más arriba: imagen de un limón, fresa, chocolate, etc. El tamaño aproximado de estas imágenes debe ser aproximadamente 25 cm x 25 cm y guantes descartables para la docente y los niños
Preparación del experimento: Se divide a los niños en equipos de 4 integrantes. Es recomendable que el docente se encuentre supervisando a cada equipo formado. Se colocan los guantes a todos los participantes.
Luego se cortan los alimentos en diferentes trozos. Sugerimos que todos tengan el mismo tamaño y forma, en lo posible. De manera uniforme se distribuyen varios trocitos de alimentos cortados sobre las bandejas y se entrega una bandeja a cada equipo. Esta debe ser recibida por el docente. Será el docente coordinadora de ese equipo quien acerque un alimento al rostro de los niños a fin de que huelan el alimento elegido. Uno a uno pasará cerca de los rostros de los pequeños para así permitir que ellos huelan el mismo. Es importante que cada niño sienta el olor pero no llegue a tocarlo, ni comerlo. De este modo, se estimula el proceso de deglución.
Tras haber olido cada niño un alimento, se muestran todas las imágenes y serán ellos los que indiquen a qué alimento pertenece el que les han dejado oler.
Luego de que todos los niños escojan alguna imagen, la docente dará la respuesta correcta.
El experimento continúa hasta que ya no queden alimentos por oler. Posteriormente, la docente permitirá que los pequeños coman los trozos de alimento antes presentados.
Opcional
Como una opción y luego de haber realizado las 3 actividades, se puede pedirles a los niños que indiquen dónde se ubican cada uno de los alimentos antes presentados. Es decir, si estos se ubican dentro de los alimentos dulces, salados, amargos o ácidos.
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