Una de las características que diferencia y distingue a los adultos resilientes es el autoconocimiento. el autoconocimiento no es un aprendizaje que se dé de manera espontánea. Por el contrario, es un aprendizaje social, es decir, debe inculcarse en las personas desde que son niños.
Autoconocerse implica la capacidad de las personas para identificar emociones y sentimientos pero también reconocer las fortalezas y debilidades propias. Por otra parte, se relaciona con la habilidad de anticipar las reacciones propias antes determinadas situaciones. Por ejemplo, reconocer qué situaciones nos provocarán ira, alegría, felicidad, miedo, etc.
El autoconocimiento es sumamente importante entre los niños puesto que les ayudará a identificar sus propias características así como también, posteriormente reconocerlas en el entorno, alimentando el sentimiento de empatía con otros.
Etapas del autoconocimiento
En el proceso por conocerse a sí mismo, existen etapas que es necesario identificar:
- Percepción de uno mismo
- Conocimiento propio
- Memoria autobiográfica
- Autoestima
- Percepción de sí mismo
A partir de los 2 años los niños ya son capaces de sentir empatía por otro pequeño, aunque este sentimiento no puedan comprenderlo de manera consciente. A partir de los 4 años de edad, los niños ya son capaces de identificar de manera consciente este sentimiento tanto en sí mismos como en otros.
En consecuencia, enseñarles a conocerse a sí mismo desde los 2 o 3 años es muy importante pues, gracias a ello, podrás anticipar comportamientos y evitar conductas dañinas.
Por ejemplo, en el caso de una rabieta, podrán reconocer qué fue lo que la provocó y encontrar las formas para reconocer el enojo (en primer lugar) y luego trasformar el mismo.
Escalera del autoconocimiento
5 Grandes beneficios del autoconocimiento
- Permite que el niño logre conectar consigo mismo. Esto, favorece el conocimiento de sus preferencias y gustos personales así como también el conocimiento en cuanto a su temperamento y carácter.
- Favorece el trazado de un plan de vida basado en sus características y habilidades ya identificadas por el pequeño. En este sentido, es importante que los niños reconozcan sus propias fortalezas como así también sus limitaciones o debilidades a fin de que puedan trabajar en la mejoría de ellas.
- Aprende a gestionar las propias emociones. Debido a que cada persona es diferente, un niño puede hacer un berrinche porque simplemente se le ha dado una orden sencilla, mientras que otro pequeño puede acatar dicha orden de manera naturalizada. Aprender a reconocer las limitaciones propias les permitirá a los niños poder anticiparse a los enojos, berrinches y de qué manera afrontarlas en cada situación.
- Ofrece recursos para modificar aquellas reacciones que no sean del agrado del niño. Al darse cuenta de su conducta o comportamiento, será el mismo niño quien obtenga los recursos necesarios para modificar aquello que sea cambiar.
- Enseña sobre la tolerancia a la frustración. Esto es así, pues se afronta la vida como como un aprendizaje constante, por lo que evita el sufrimiento y favorece la tolerancia a la frustración.
4 Actividades para trabajar el autoconocimiento en los niños
Objetivos de las dinámicas de autoconocimiento
- Desarrollar el autoconcepto y la capacidad de lograr las metas.
- Comprender la importancia de las cosas inmateriales para nuestro bienestar.
- Favorecer el desarrollo de la educación en valores.
A continuación te dejamos 4 juegos de autoconocimiento para desarrollar en el aula con niños.
✍️ ¡Lo dice el corazón!
Para esta actividad, vamos a recortar en forma de corazón cartulinas en color rojo, preferentemente. También vamos a utilizar varios lápices de colores. Luego les entregaremos un corazón doblado por la mitad.
A continuación, los niños tendrán que dibujar o escribir dentro del corazón aquella emoción positiva que sienten por otro niño/niña. En esta actividad, cada niño deberá escoger a un niño al azar, aunque también puede ser la docente quien determine las parejas (quien dibuja algo para otro niño/a). De esta segunda forma, ningún niño/a se quedará sin recibir su propio corazón.
Es importante destacar que cada niño deberá expresar algo positivo en ese corazón y no algo negativo.
Si los niños ya saben escribir pueden hacerlo escribiendo palabras o frases. En caso que no sepan escribir, pueden hacerlo dibujando algo bonito que distinga sus sentimientos.
✍️ Contando cuentos personalizados
Escoge un cuento y personaliza el mismo. Puedes utilizar los nombres de los niños o bien incluir personajes que sean conocidos por ellos. Es importante que cada niño sienta que él/ella es el protagonista de la historia.
Narra todo el cuento haciendo énfasis en los sentimientos del protagonista.
Al finalizar, retoma la actividad y pregunta a los niños cómo se han sentido al escuchar narrar el cuento.
✍️ Clasificando sentimientos
Para este juego necesitaremos hojas de papel y bolígrafos o lápices; una para cada niño. Se les reparte una hoja para cada niño. Luego ellos deberán cortar esa hoja en 10 tiras y colocar una emoción propia en cada papel.
Posteriormente, se les pide que ordenen desde la emoción que a ellos mismos que más les gusta hasta la emoción que menos les agrada.
Luego podemos preguntarles “si hay alguna de estas emociones que no les guste conservar” para poder trabajar en ella y cambiarla. Debemos hacer énfasis en que las emociones pueden ser cambiadas si trabajamos en ello.
✍️ Las huellas
Para esta actividad necesitamos un poco de tempera de color. También podemos utilizar un pincel o rodillo. El juego consiste en pintarla yema del dedo pulgar de cada uno de los niños. Luego, los pequeños deberán dejar su huella en una hoja de papel y dibujar un animal a partir de la misma, haciendo énfasis en que cada niño es diferente y que existen tantas personalidades como animales diferentes.
Luego, para cada huella (animal) se le debe asignar características o cualidades del propio niño. Incluso se le puede asignar un nombre a cada una de las huellas.
Autoconocimiento en niños. 4 actividades para trabajar en el aula Clic para tuitear