Comprensión lectora usando PALABRAS ABSURDAS ▷➤ “¡Hoy voy a desayunar un cuaderno!” Parece un total absurdo, ¿verdad? Afortunadamente para la mayoría de los que leen esto, así es. Dicha capacidad de reconocer un enunciado sin sentido se le atribuye a las funciones ejecutivas del cerebro. Y una de las teorías que explica esta capacidad de poder comprender y reconocer los absurdos dentro de un enunciado, oración o imagen, se explica por la teoría de la mente.
La teoría de la mente y la comprensión lectora
Para algunos autores, la teoría de la mente es la resultante de la combinación entre desarrollo y aprendizaje, que se empieza a vislumbrar a partir de los 6 meses, cuando los pequeños son capaces de distinguir entre objetos inanimados y objetos animados. Luego de los 18 meses los niños pueden mirar a otra persona fijamente y comprender emociones, expresiones y logros. Después de los 24 meses comienza el desarrollo ontogénico que se divide en las siguientes fases:
Fase 1
Se desarrolla entre los 24 meses y los 5 – 6 años. Es una etapa en la que los niños comienzan a comprender que otras personas pueden tener creencias falsas en relación a la concepción del mundo y de las cosas y que estas pueden diferir de las propias. En otras palabras, comienzan a observar y comprender diferentes puntos de vista.
Fase 2
A esta fase se le conoce como “la creencia de creer en lo creído”. Se prolonga desde los 6 hasta los 8 años aproximadamente. Aquí, los pequeños ya comienzan a entender que una persona puede no creer en aquello que otros sí creen y viceversa.
Fase 3
Se presenta entre los 8 – 9 años hasta los 11 – 12 años. Durante esta fase los pequeños ya pueden entender, reconocer errores y situaciones en donde alguien dice algo que no es apropiado, aunque no siempre comprendan lo que se ha dicho.
Habiendo expuesto estas 3 fases, es importante recordar que el desarrollo de la teoría de la mente se presenta de forma paralela a la adquisición del lenguaje por lo que la estimulación a temprana edad resulta indispensable.
A continuación vamos a presentar diferentes absurdos o palabras absurdas para estimular la comprensión lectora en los pequeños.
5 Actividades para la comprensión lectora usando ABSURDOS
Verdadero o falso
Presenta las siguientes afirmaciones de forma escrita u oral. Si la actividad deseas hacerla de forma escrita, pídeles a los niños que marquen con una cruz en caso que sea falsa la afirmación. Por el contrario, pídeles que marquen con una tilde si es verdadera.
Si deseas hacer este ejercicio de forma oral, establece como parámetro que los niños levanten una mano (por ejemplo, la derecha) en caso de que la afirmación sea verdadera y que eleven la contraria si es falsa (la izquierda).
- Comer fruta todos los días no es bueno.
- El lobo es el bueno del cuento de caperucita.
- La princesa Fiona estaba esperando a que la rescatase el príncipe.
- Si te levantas tarde, llegarás tarde a la escuela.
- Las zanahorias son frutas.
- Ayer cenamos un kilo de piedras en casa.
Uniendo frases para que tengan sentido
Para esta actividad puedes imprimir la siguiente grilla. Pídeles a los niños que unan con flechas para que las oraciones cobren sentido.
Como segunda opción, puedes imprimir nuevamente la grilla y pedirles que establezcan oraciones absurdas utilizando la misma grilla.
La historia confundida
Para llevar a cabo esta actividad no necesitarás ningún material adicional, excepto tener el siguiente texto para podérselos leer a los pequeños. También se puede imprimir dicho texto para cada niño, especialmente si los niños son más pequeños. Se sugiere realizar esta actividad a partir de los 10 – 11 años.
Pídeles a los niños que cierren sus ojos y coloquen su cabeza sobre sus brazos en el pupitre (para mayor comodidad). Diles que escuchen con atención el siguiente relato. Si lo deseas, puede utilizar sonidos para acompañar el relato.
“Era temprano por la mañana y sonó mi despertador (sonido de despertador): ya era hora de levantarse e ir a la escuela. Entonces me vestí, agarré mi abrigo y me fui al auto. Al subirme al coche, miré el cielo que tenía un hermoso color verde. En este instante, recordé que no tenía las llaves ¿Cómo iba a encender el auto sin ellas? Así que regresé y allí recordé que tampoco había desayunado. Entonces decidí cerrar la puerta de la casa e ir a calentar una taza de café y preparar unas tostadas. Mientras el café se estaba calentando recordé que tampoco me había peinado ni cepillado mis dientes, así que corrí a hacerlo pero mientras tanto mis tostadas se quemaron. Llegué a la escuela sin desayunar, medio despeinada y con la taza de café en la mano izquierda”.
Tras relatar la historia, pídeles a los niños que utilicen una hoja de papel e intenten ordenar la secuencia de los hechos, colocando desde el primer acontecimiento (despertarse) hasta el último (llegar a la escuela) tal como debería haber ocurrido.
Adicionalmente, ellos deberán encontrar el absurdo que se les ha mencionado en el relato.
Los relatos coherentes
Para esta actividad utilizando palabras absurdas tampoco necesitarás ningún material.
Se dividen a los niños en grupos de 4 personas y se les asigna unas cuantas palabras inconexas. Por ejemplo: mina, manzana, coche, edificio, tuerca, asador, abuela, sonajero, cumpleaños, empleado.
A cada equipo se le debe asignar unas 10 palabras que no tengan relación entre ellas.
Una vez indicadas las 10 palabras a cada grupo, se les dice a los niños que disponen de 15 minutos para realizar un relato coherente con las palabras antes asignadas (el tiempo puede ser mayor si así lo considera la docente).
Para estimular la comunicación y el trabajo entre equipos, se puede permitir que un equipo cambie una palabra de su grupo de palabras, por otra que tal vez sea más conveniente para su equipo en función del relato pensado. La única condición es que ambos equipos (quien pide el cambio y quien accede al mismo) deben estar de acuerdo.
Opcional
Si los niños son un poco más grandes (desde los 8 – 9 años) es posible modificar la consigna y pedirles que realicen un relato incoherente. A continuación, deberán hacer un dibujo del mismo absurdo.
Las cartas mezcladas
Para este último juego será necesario imprimir las siguientes afirmaciones en el tamaño de un naipe (12 cm x 4 cm aproximadamente cada una).
- “Las liebres son veloces”
- “Los canguros vuelan muy alto”
- “¡Que rico plato de tuercas desayuné hoy!”
- “Siempre llego tarde los domingos a la escuela”
- “Los loros hablan”
- “Los deberes que desayuné estaban muy sabrosos”
- “Las mariposas tienen dientes muy filosos”
Se deberán imprimir 2 naipes con la misma leyenda y se las repartirá una para cada niño. Es importante que cada niño tenga una tarjeta y que no se la muestre a nadie. Si es necesario, se pueden sugerir otras leyendas (absurdas o no), puesto que la finalidad es que cada niño tenga una carta pero que solamente haya uno de sus compañeros con otra igual.
A continuación, se les pide a los niños que realicen la imitación de lo que se está pidiendo en el enunciado entregado. Por ejemplo, los niños que tienen la carta de las liebres, deberán, saltar en 4 patas lo más rápido que puedan. Lo importante es que no deben hablar; solo realizar la imitación.
Luego se les pide que guarden las cartas y que se dispongan en un lugar espacioso ubicados formando un círculo (para que puedan mirarse unos a otros).
La finalidad de esta actividad es que, a la orden de la docente, los niños realicen la imitación de lo que indica la carta y logren hallar, en el menor tiempo posible, al compañero que tenga la misma carta que la propia.
Una vez que cada niño haya encontrado a su compañero, deberán colocarse de un lado (por ejemplo, del lado derecho) aquellos niños que les haya tocado un enunciado absurdo y del otro lado (lado izquierdo) aquellos que hayan tenido un enunciado coherente.
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