Aristóteles nació en la ciudad de Estagira ubicada en el Reino de Macedonia. Tuvo relaciones de importancia con la realeza, en razón de que su padre fue el médico del rey.
Ese contacto con la corte, marcaría una gran influencia en su vida intelectual. A los 17 años se trasladó a Atenas, el gran centro intelectual del mundo griego. Allí estudió por 20 años en la Academia de su gran maestro Platón.
Al morir éste, viajó a Asia Menor donde vivió bajo la protección de su mecenas Hermias, durante 3 años. Tras la muerte de su protector, nuevamente emigró, ésta vez, a la isla de Lesbos, donde adelantó investigaciones de zoología y biología de los mares, al lado del gran Teofrasto.
Luego vendría lo que sería uno de los acontecimientos más importantes de su vida. El nuevo rey de Macedonia le pidió a Aristóteles que fuera el maestro de su hijo de 13 años, quien años más tarde se conocería con el nombre de Alejandro Magno, ni más ni menos. Le enseñó aproximadamente durante dos años, hasta que Alejandro inició su prodigiosa carrera militar.
Luego regresó a Atenas para fundar la que sería uno de los centros del pensamiento más importantes que haya conocido la historia de la humanidad: El Liceo. Éste consistía en una escuela en la que las clases eran públicas y gratuitas, contrariamente a lo que sucedía con la exclusiva Academia de Platón.
La escuela aristotélica, se caracterizaba por su prodigioso despliegue bibliográfico y por su gran cantidad de brillantes seguidores y pensadores. A éstos se les conocía como “los peripatéticos” por su recurrente costumbre de discutir sus planteamientos con sus colegas, mientras caminaban.
A título de anécdota, se cuenta que algún discípulo le preguntó un días: “ qué es un amigo?”, a lo que el filósofo respondió: “Un alma que habita en dos cuerpos”.
A la muerte de Alejandro Magno, Atenas se tornó hostil para los macedonios en razón de lo cual Aristóteles abandonó la ciudad y se trasladó a la isla de Eubea donde murió meses después, por causas naturales no muy bien establecidas por la historia.
Frases celebres de Aristoteles
- «El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.»
- «El ignorante afirma; el sabio duda y reflexiona»
- «El verdadero discípulo es el que supera al maestro.»
- «Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta.»
- «No hay un gran genio sin mezcla de locura.»
- «La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica.»
Hay muchas más pero estas son las que más nos gustan.
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