Actualmente un miedo que ronda la mente de todo padre es aquel que gira en torno a los juegos virales.
Hace pocos meses atrás se ha dado a conocer el Reto de Momo, un juego que a través de las redes sociales, instaba a los niños a realizar diferentes desafíos, entre ellos ataques violentos, desafíos de todo tipo y hasta suicidios. Frente a esto, no es de extrañar que los padres de niños (y adolescentes también) sientan preocupación por la incidencia que pueden tener los juegos virales para los niños. Este y otros tantos juegos en línea han tenido (y tienen) la misma finalidad: el suicidio y la autolesión.
Técnicas para proteger a los niños de los juegos virales.
Para poder contrarrestar el miedo que estos juegos generan en los niños y evitar que entren en sus vidas, veremos diferentes técnicas para proteger a los niños de los juegos virales.
- Estar presente cuando ellos jueguen en el pc, móvil, tablet, etc. Es importante no dejar espacio para que los niños sientan miedo. Y esto se logra estando presenten en sus actividades. De este modo, ellos no podrán sentir miedo puesto que acudirán al adulto en cuanto dicho sentimiento se presente.
- Generarles confianza. Generalmente, cuando un niño oculta una información a sus padres es porque el agresor ha amenazado al niño. Por ejemplo: “si le cuentas a tus padres, los mataré, te quitaré a tu mamá y no la verás nunca más, etc”. Este tipo de sentimientos instan a los niños a hacer cosas sin que sus padres se enteren, generando un vínculo entre el agresor (en este caso quien ideó el juego) y los niños. Cuidado con el Vamping o Sexting.
- No les prohíbas jugar, explícales lo que sucede. Por más que los niños sean pequeños, podemos hablar con ellos (aunque en términos que ellos comprendan). No debemos mentirles. Por el contrario, explicarles que este tipo de juegos a veces les pide hacer cosas que nos malas para ellos mismos y para sus familias. En otras palabras, debemos adecuar el lenguaje de aquello que tenemos que decirle a los niños pero nunca debemos mentirles.
- Demostrar preocupación. No está mal que los padres demostremos a los niños preocupación. Ellos podrán intuir (aunque no comprender del todo) lo que está sucediendo: mamá y papá están preocupados y no quieren que juegue a este juego porque saben que me hace mal y les hará mal a ellos.
- Establecer límites en el uso de las redes sociales o juegos virtuales. No es conveniente que los niños sean atrapados de manera permanente por los juegos virtuales o las actividades en las redes sociales ya que esto genera una adicción (que incluso resulta difícil para los adultos poder escapar). Por lo tanto, establece horarios de juego y luego interrumpir la conexión de wifi puede servir para que los niños recuerden que hay otras actividades que son posibles llevar a cabo y que resultan también muy estimulantes: juegos en el patio, juegos de mesa, etc.
- Establecer una comunicación entre padres y docentes. Para impedir que el niño sea víctima de un juego virtual perverso que atenta con su propia vida, podemos formar un grupo o una comunicación entre los padres de la escuela (o cualquier otro ámbito) y los docentes para que, entre todos, puedan concientizar a los niños y preservar su salud física y psíquica.
- Dar aviso en cuanto algo resulte sospechoso. Cuando un niño tenga un comportamiento sospechoso en relación a las redes sociales, no debemos perder tiempo puesto que no sabemos si, detrás de ese comportamiento solo hay un amigo de la escuela con quien está platicando o bien si se trata de una amenaza para el niño. Por lo tanto, hablar con el niño es el primer paso y dar aviso a otros adultos (docentes, directivos, cónyuge, psicólogo, etc) para, entre todos, eviten que la amenaza o incitación del juego resulte en un mal mayor para el niño.