Amueblar la habitación de un bebé es una tarea que requiere tiempo y dedicación. Se va a convertir en el cuarto de una nueva vida y, como tal, debe diseñarse pensando en ofrecer un entorno agradable, cálido, cómodo y seguro. No obstante, también puede ser un entorno que fomente su aprendizaje.
Eso es algo que está potenciando el método Montessori. Este, que lleva años dando forma a las aulas de las escuelas más modernas y que poco a poco se va colando en los hogares de medio mundo, está haciendo que los padres busquen muebles específicos para seguir las pautas que marca.
Entre esos muebles aparecen las camas Montessori. Camas que dejan a un lado la mera perspectiva del sueño y el descanso, buscando nuevos horizontes para fomentar el aprendizaje y la independencia de los más pequeños de casa.
Qué define a una cama Montessori
Una cama Montessori ha sido diseñada y pensada pensando en ofrecer una mayor autonomía a los más pequeños de casa. Asimismo, esto obliga a que sea un tipo de mobiliario que vaya cambiando cada año o dos años aproximadamente, ya que debe irse adaptando a las necesidades y al crecimiento de los niños.
Echando un vistazo a este catálogo de camas montessori se puede ver perfectamente cuáles son los tipos que hay y a qué características clave responden. Se caracterizan, principalmente, porque hacen todo lo posible por adaptarse a la estatura del infante, de modo que este no necesite a sus padres para hacer cosas como levantarse o acostarse.
Un bebé puede tenerla cuando está empezando a gatear, época en la que la cama en cuestión se coloca a ras de suelo para que el niño, o la niña, tenga más libertad de movimiento.
Después, a medida que el pequeño va creciendo y empieza a andar, la cama ya empieza a ganar en altura y también a crecer en tamaño. Va evolucionando hasta que, poco a poco, adquiere la forma y diseño propios de una cama más tradicional. La clave de las camas Montessori es que siempre están orientadas a las necesidades y las condiciones de los bebés, porque buscan encajar con un entorno Montessori que le permita ganar en autonomía desde pequeños.
Por qué se recomiendan tanto para niños
Este tipo de camas son recomendables para los niños porque permiten poner en práctica el Método Montessori, una metodología de aprendizaje que gira en torno a la preparación de ambientes preparados a nivel estético y de diseño con el fin de que se potencie la autonomía de la persona desde pequeña. Es algo que mira al orden, buscando la simpleza en todo momento distribuyendo elementos que siempre tengan una razón de ser.
Un sistema que se emplea sobre todo en aulas pero que, precisamente por la existencia de estas camas, deja claro que se puede aplicar también en la habitación de los más pequeños de casa.
Son camas seguras
El diseño de las camas Montessori las convierte en una de las opciones más seguras para los niños. Dado que su altura se va ajustando a la del pequeño, es mucho más difícil que este se caiga y se lastime mientras duerme o mientras está despierto.
Solo hay que ver que los primeros modelos que se recomiendan se colocan a ras de suelo. A partir de ahí, no hacen más que subir a medida que crezca. Por otra parte, al eliminarse los barrotes habituales en las cunas, no hay riesgo de que el bebé se quede atascado en ellos, algo bastante habitual en los hogares con las cunas tradicionales.
Alimentan el aprendizaje
Con una cama Montessori, el niño no se siente “encerrado” y a la espera de que sus padres vengan a por él o lo acuesten. Esta experiencia, que suele ser algo desagradable para el pequeño, se elimina de un plumazo gracias al diseño que tiene esta pieza del mobiliario.
Gracias a esto, los infantes tienen la posibilidad de moverse libremente por la habitación y poder explorar todo lo que esta tiene para ellos sin ayuda de los adultos. Cabe destacar, precisamente, que si el diseño de la habitación también se moldea en base a lo que dicta el Método Montessori, se potencia todavía más el aprendizaje del niño o la niña.
Potencian su independencia
Uno de los grandes puntos a favor de este método y estas camas es que son un gran estímulo para la independencia y la autonomía de un niño. Se adaptan totalmente a su tamaño y nivel de desarrollo, permitiéndole así explorar la capacidad de actuar por su propia cuenta incluso desde edades muy tempranas.
Puede subir y bajar de la cama cuando lo desee. El hecho de poder acostarse simplemente cuando tenga sueño hace que vaya aprendiendo a tomar decisiones de forma autónoma. Algo muy útil para ayudarle a sacar conclusiones y en la toma de decisiones cuando sea más grande.