El valor de valorar: La sociedad en que vivimos, de una manera u otra, nos incita al consumo. De hecho, resulta algo más que habitual que terminemos consumiendo incluso más de lo que necesitamos.
Con la llegada de la crisis, nos hemos tenido que volver todos un poquito más metódicos y calculadores, habiendo tenido que llevar a cabo una revisión de nuestro estilo de vida. Una revisión, donde las restricciones y las limitaciones han sido las notas predominantes en determinados hábitos.
Las limitaciones y restricciones, siempre son duras, más aún, si hemos estado acostumbrados a llevar un estilo de vida caracterizado por la abundancia y la inexistente privación en nada.
El valor de valorar
En los hogares donde hay niños, la aplicación de estas limitaciones y restricciones, se ha hecho especialmente ardua, ya que éstos, pueden apreciar este tipo de cambios como catastróficos, llegando a poder experimentar incluso ansiedad, por la nueva situación. El notar a los padres agobiados, el comprobar que han desaparecido de su rutina diaria elementos que hasta entonces habían formado parte de sus vidas; el comprobar que se les niegan cosas que antes simplemente se les daban nada más pedirlas… puede ocasionar en los pequeños la aparición de conductas indeseadas y desadaptativas.
Ante esta nueva situación que nos toca afrontar, cabe preguntarse de qué manera podemos preservar a los niños evitando la aparición de esas conductas mencionadas. Y precisamente, la protección podría radicar en inculcarles a los pequeños/ as, nuevos valores necesarios y vitales, que siempre han sido imprescindibles, pero cuya importancia había pasado un poco por alto debido probablemente, al poder permitirnos un estilo de vida más desahogado que el actual. Uno de esos valores, que podríamos considerar un pilar fundamental de la responsabilidad, es el “valor de valorar”.
Muchos padres, en su afán por educar lo mejor posible a sus hijos, tienden a dárselo y consentírselo todo y esto lejos de ayudarles, les puede perjudicar mucho. Los niños/ as deben aprender a valorar lo que reciben, deber ser conscientes de que no siempre pueden verse cumplidas sus peticiones, más aún cuando la situación económica de la familia es complicada.
No se trata de decirles que “no” a todo, ni de estar constantemente negándoles cosas; se trata de evitar ser tan permisivos que probablemente terminen dificultando el desarrollo del sentido de la responsabilidad en la niñez.
De esta manera, puede ser muy aconsejable, cuando un niño pide algo, proponerle retos que le comprometan y le hagan participar activamente en la consecución de lo que pide. Así, podemos estudiar la posibilidad de darle cada semana algo de dinero (significativo) en concepto de paga semanal, de manera que el niño, pueda ir administrándolo y reuniendo lo suficiente hasta adquirir lo que desea.
La constancia y el esfuerzo por reunir todo lo necesario hasta conseguir lo que quiere , la motivación por conseguirlo y la ilusión que surja una vez que lo tenga en su poder, pueden contribuir enormemente al desarrollo de la responsabilidad en los pequeños, e incluso a un aumento de su seguridad y casi con total certeza, les hará valorar y cuidar mucho más, aquello que han adquirido por sí mismos.
Saber valorar
Y es que el saber valorar es algo tan importante que incluso puede tener consecuencias en nuestro entorno. Tal es el caso de los animales de compañía. Lamentablemente la crisis ha desencadenado en un aumento del número de casos de abandono de animales de compañía. De tal forma, que no es de extrañar, encontrarnos con animales aparentemente bien cuidados (algunos incluso con collar), que son abandonados y cuyo deterioro, de no encontrar en su camino a alguna persona solidaria, se hace notable día tras día.
Este hecho es triste y frustrante para las demás personas que teniendo animales en casa, sabemos y apreciamos el valor de los mismos. Los animales de compañía pasan a formar parte de nuestra familia, son capaces de sentir nuestro estado de ánimo e incluso de experimentar empatía. Además, la fidelidad hacia sus dueños no tiene límite. Por esta razón, hay que tener muy claro, a la hora de decidir adquirir una mascota, que es un ser vivo, con una serie de necesidades que vamos a tener que asumir y de las que nos vamos a tener que responsabilizar. No es un juguete del que poder deshacernos de cualquier manera; será un nuevo miembro de nuestra familia al que querer y cuidar como tal, y esto es algo que debemos hacerle comprender a los/as niños/ as; pues muchos de estos animales abandonados proceden de precisamente, “no darle valor a valorar”. Con lo cual, podemos encontrarnos con casos de perros abandonados (por ejemplo), que han sido el regalo de cumpleaños, de Navidad etc ; de algún niño, que cuando se “ha cansado” , y ya no ha querido al animal, han decidido abandonarlo a su libre albedrío.
Estas situaciones se deben evitar a toda costa, los padres deben ser los primeros en poner límites a los hijos y en estudiar la viabilidad de tener o no, una mascota en casa y en función de los resultados de este estudio, adquirirla o no, porque un animal abandonado, es un ser que sufre, desprotegido e inocente.
Después de todo esto, no cabe duda de que uno de los mejores principios que se le puede inculcar a un hijo , es el valor de valorar.
El Valor de valorar. Como enseñar a los niños a valorar lo que tienen Clic para tuitear
Me gusta el contenido del artículo pues es una situación desagradable la que se encuentran muchos padres y madres hoy día, al ver que sus hijos/as les exigen más de lo que pueden darle, sea un capricho o una necesidad básica. En mi opinión muchas de las disputas en el hogar se solucionarían si nos sentamos a charlar y les explicamos la situación tratándolos como lo que son: niños o adolescentes, esto es adultos en potencia, que necesitan razones y motivos para ese «no» que reciben de sus progenitores. Es importante encontrar la forma de hacerles entender el porqué, haciéndoles partícipes de la situación mediante el diálogo y así aprenderan también de forma indirecta valores necesarios para el día a día.
Es un articulo precioso con muchos datos importantes, es muy buena idea comprometer a los niños para que consigan lo que piden y asi que aprendan por si mismos valores fundamentales como el de saber valorar. Es mejor que se les vaya comprometiendo porque el dialogo no siempre funciona con los niños, su vision de la vida es todavia muy limitada como para poder entender el dialogo como un adulto, por muy adolescentes en potencia que sean. los niños aprende mucho mejor con retos o metas, como bien plantea el articulo y lo de las mascotas me ha parecido precioso porque por desgracia tenemos muchos casos cerca.