La fábula de El lobo herido y la oveja cuenta la historia de la desconfianza y cómo esta puede ser buena algunas veces.
El lobo herido y la oveja
Una vez en un bosque, un lobo iba paseando buscando su cena y de repente vio a una oveja. En ese momento pensó que podría ser una rica cena pero no se percató que había perros pastores vigilando a las ovejas. Cuando el lobo intentó atacar, los perros se lanzaron sobre él hiriéndolo y salvando la vida de las ovejas. Estos perros y estas ovejas se fueron de ahí y dejaron al lobo tirado en el suelo.
El lobo estaba muy débil como para buscar agua o comida y así reponerse. El lobo sólo yacía en el suelo cansado pensando en que ese sería el lugar donde moriría. Los animales que lo veían, lo evitaban, pues sabían lo salvaje que era este animal y lo peligroso que sería acercarse.
En un momento una oveja iba sola por el bosque, se había perdido de su rebaño y se topó con el lobo. El lobo malherido le pidió ayuda a la oveja.
-Oveja, ayúdame.-suplicó el lobo-. Estoy malherido, estoy muy débil. Necesito comer y beber. Si me traes un poco de agua, yo mismo me encargaré de mi cena.
La oveja se acercó sabiendo que el lobo no podría atacarla, pero se acercó sin intenciones de ayudar.
-No, lobo.-dijo la oveja-. Yo no te ayudaré. No buscaré agua para ti. Yo sé bien que si te traigo agua para beber, yo misma seré tu alimento.
Y así se fue la oveja a alcanzar su rebaño, dejando al lobo tirado a su suerte. El lobo en realidad estaba mintiendo y esperó a que la oveja se fuera para levantarse a buscar agua.
Fin
Todas las fábulas nos enseñan algo, por eso vamos a explicar que nos quiere decir esta Fábula
Moraleja: El lobo herido y la oveja
La oveja sabía que, aunque estuviera herido, el lobo era peligroso y por eso decidió no ayudarlo. No importa si parece tener buenas intenciones, lo mejor es evitar correr el riesgo.
Para nosotros, los lobos son los desconocidos en la calle. No importa si parecen tener buenas intenciones, o si de verdad tienen buenas intenciones, lo mejor es evitarlos porque no es bueno arriesgarnos a ser perjudicados. Este lobo estaba herido, pero si la oveja lo hubiese ayudado, seguramente se la hubiese comido. No importa qué tan indefenso se vea alguien, siempre podrá darnos una sorpresa desagradable. Es mejor no exponernos a esas situaciones.
Esta fábula de El lobo herido y la oveja podría cambiar un poco y contarnos la historia de la oveja que sí ayudó al lobo herido. Una oveja que inocente quiso ayudar al lobo y el lobo acabó comiéndosela de cena. Cuando alguien pide ayuda, en ocasiones es para aprovecharse de los otros. Debemos tener mucho cuidado con las personas a quienes decidimos ayudar. Podemos ayudar a nuestros compañeros, amigos o familiares, pero es mejor no ayudar a los desconocidos. De esta manera podríamos evitar pasar un muy mal momento. Así que podemos irnos habiendo aprendido la moraleja de esta bella historia.
© 2018 Fábulas para niños de primaria: El lobo herido y la oveja.