El Barón Pierre de Coubertin, “Pierre Fredy de Coubertin” nació en París, la capital francesa el 1 de enero de 1863.Desde niño demostró mucho interés por los estudios y se formó como pedagogo e historiador; pero su nombre destaca en la historia, por ser el fundador de los Juegos Olímpicos modernos y del Pentatlón moderno.
Su padre, fue el Barón Carlos Luis de Coubertin, que quería que fuera militar, pero su temperamento sensible no pactaba con la disciplina estricta de la Escuela Especial Militar de Saint-Cyr.
Pierre Fredy de Coubertin, decidió dedicarse a la pedagogía, donde se sintió realizado por sus ideales.
Fue a Inglaterra para perfeccionar sus estudios, en donde conoció la doctrina del cristianismo muscular, que es la búsqueda de la perfección espiritual por medio del deporte y la higiene.
Pierre de Coubertin, se hizo discípulo del Pastor Anglicano Thomas Arnold, quien fue uno de los más destacados seguidores de esta ideología.
Pierre de Coubertin era un joven de linaje aristocrático y su principal pasión, era el deporte en la educación de la juventud.
Vida del Barón Pierre de Coubertin
En sus viajes por Estados Unidos e Inglaterra llego a la conclusión, que el ejercicio físico constituía un elemento de gran valor en el desarrollo intelectual de los jóvenes.
No obstante, sus primeros intentos para lograr el interés de Francia hacia el deporte, no fueron acogidos con entusiasmo.
Sin embargo, Pierre de Coubertin no desistió de su empeño y en 1892, presento en la reunión de la Unión Deportiva en París, la idea de reinstaurar los Juegos Olímpicos, donde no tuvo un apoyo importante.
Luego tuvo que volver a insistir en el Congreso Internacional de amateurismo, que se realizó en la Sorbonaen 1894; allí, Pierre de Coubertin consiguió entonces un voto unánime para la recuperación de los Juegos.
En 1894 fundó el Comité Olímpico Internacional en París, el que presidió hasta que se retiró en 1925 y fue nombrado presidente de honor.
Por fin, su idea se vio hecha realidad en 1896, cuando en el estadio Panathinaikos de Atenas, más de 750.000 espectadores presenciaron los primeros Juegos Olímpicos de la nueva era. Allí participación 241 atletas de 14 países.
Valores del deporte inculcados por el Barón Pierre de Coubertin
El Barón Pierre de Coubertin fue un gran humanista y dio muchos aportes en los valores del deporte. Publicó a lo largo de su vida, su filosofía entorno a la pedagogía del deporte, el olimpismo y el movimiento olímpico.
Pierre de Coubertin comenzó a divulgar estos métodos por toda Francia, se dio la tarea de crear sociedades atléticas en los institutos que se asocian en la Unión des sociétés françaises de sports athlétiques.
Fundó “La Revue Athlétique” que fue la primera revista dedicada al deporte y logró que el gobierno francés la incluyera en los programas de la Exposición Universal de 1889.
El ministro de educación de Francia, lo envió a los Estados Unidos para que continuara la investigación sobre los métodos de enseñanza.
El entusiasmo del Barón Pierre de Coubertin, hizo que los deportes pasaran de ser practicados por minorías o en los colegios, a estar de moda y despertar entusiasmo. De esta manera, el deporte comenzó a ser tomado en serio.
El Barón de Coubertin, pensó en unir en una competición impresionante, a deportistas de todo el mundo, bajo el signo de la unión y la hermandad.
Esta idea la fundó bajo el precepto que fuera sin ánimo de lucro y lo hizo solo por el deseo de conseguir la gloria, competir por competir. Se fijó en la frase de Ethelbert Talbot que dice: Lo importante no es vencer, sino participar.
El Barón de Coubertin y los juegos olímpicos
Pierre de Coubertin viajó por todo el mundo hablando de paz, comprensión entre los hombres y de unión, intentando convencer a todos de la importancia del deporte.
Cuando viajo a Inglaterra, su idea no fue muy bien recibida y la opinión pública decide quedar al margen.
Encontró resistencia de parte de varios gobiernos, como Alemania, que reaccionó intentando boicotear los juegos y el mandatario de Grecia, se opuso tratando de impedir la realización de los juegos olímpicos, con el argumento que ese evento le saldría muy caro a su país.
El Barón de Coubertin consiguió que el Duque de Esparta, que era el Príncipe heredero de Grecia, intercediera ante el emperador de Alemania, el Káiser Guillermo quien era cuñado suyo, convenciendo a los ingleses y a su propio Gobierno.
El Príncipe consiguió que se emitiera una serie de sellos conmemorativos para conseguir el dinero para los juegos. Además, creó una suscripción pública con excelentes resultados y consiguió que, un griego millonario llamado Jorge Averof, aportara con los gastos de la reconstrucción del estadio de Atenas.
El 24 de marzo de 1896, el duque de Esparta luego de un discurso, descubrió la estatua de Jorge Averof quien fue el mecenas de esta prodigiosa aventura.
Entonces el Rey Jorge de Grecia, pronunció por primera vez las palabras rituales:
“Declaro abierto los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas” en 1896
El Barón Pierre de Coubertin publicó sus «memorias olímpicas» en1931, a los 69 años.
Coubertin no pudo ver cumplido el sueño de crear el Museo Olímpico Internacional, pero posteriormente Samaranch llevó a cabo este sueño.
El museo se inauguró en Ginebra el 23 de junio de 1993, casi cien años después de la inauguración del Comité Olímpico Internacional.
La vida personal del Barón Pierre de Coubertin, no fue para nada fácil; tuvo dos hijos que murieron jóvenes en un sanatorio mental. Pierre de Coubertin perdido casi toda su fortuna en la noble causa del olimpismo, falleció el 2 de septiembre de 1937 en Ginebra y fue enterrado en Lausana.
Como dato curioso, a los siete meses de su muerte y cumpliendo con su petición, su corazón fue transportado hasta la antigua ciudad de Olimpia, en donde una estela de mármol conmemora la restauración de los Juegos Olímpicos.
En el 1er Juego Olímpico de Verano, participaron 14 países y 241 atletas, con 43 eventos de 9 deportes.
La apertura de los primeros juegos olímpicos, fue el 6 de abril de 1896
y se clausuró el 15 de abril de 1896.
Juegos olímpicos de Atenas
Los Juegos Olímpicos de Atenas en 1896, se conocieron oficialmente como Juegos de la I Olimpiada y se celebraron en Atenas, entre el 6 y el 15 de abril de 1896.
En estos juegos participaron 241 atletas masculinos de 14 países, los cuales disputaron 43 competiciones de 9 deportes; no hubo participación femenina.
Los Juegos Olímpicos de 1896 fueron reconocidos como un gran éxito, aun cuando hubo muchos obstáculos para su realización.
Este evento deportivo, la capacidad del estadio Panathinaikós se vio rebasada, por la gran cantidad de asistentes.
El competidor más exitoso de estos juegos olímpicos, fue el luchador y gimnasta alemán Carl Schuhmann, que ganó cuatro medallas de oro.
Desde ese momento, cada cuatro años, deportistas de todos los países participan en estos solemnes juegos.
Los juegos olímpicos solo se han postergado por las grandes guerras del siglo XX, que evidentemente impidieron la realización de estos Juegos.
Primer sello olímpico
Según el Barón Pierre de Coubertin, “El príncipe heredero Constantino recibió con gran agrado que los Juegos se inaugurasen en Atenas”.Sin embargo, Grecia tenía problemas financieros y había mucha inestabilidad política y el primer ministro Trikoupis y Stephanos Dragumis creían que Grecia no podría realizar el evento.
A finales de 1894, el comité organizador de los juegos olímpicos presentó un informe desalentador en donde afirmaba, que el coste de esta gesta, sería tres veces mayor a lo estimado originalmente por Coubertin, concluyendo que los Juegos no se realizarían.
El costo total de los Juegos era de 3.740.000 dracmas, aproximadamente 448 000 dólares estadounidenses.
El primer presidente del Comité Olímpico Internacional
Pierre de Coubertin y Demetrius Vikelas, comenzaron una campaña para mantener el movimiento olímpico con vida.
Sus esfuerzos dieron fruto el 7 de enero de 1894, cuando Vikelas anunció que el Príncipe Constantino asumiría la presidencia del Comité Organizador.
La primera responsabilidad del Príncipe en este cargo, fue la de obtener los fondos necesarios para realizar los Juegos, confiando en que el patriotismo del pueblo griego le motivara a financiar el evento.
Vikelas y los demás griegos hicieron casi todo el trabajo de la recolección de fondos, en el que el Barón de Coubertin tuvo muy poca participación.
El entusiasmo del Príncipe Constantino caló con fervor en el pueblo griego generando muchas contribuciones del públicoy en los primeros esfuerzos se consiguieron 330.000 dracmas.
En ese momento se llegó a emitir una edición especial de sellos postales alegóricos a los juegos olímpicos, con los que se recaudaron 400.000 dracmas y con la venta de boletos se obtuvieron 200.000 dracmas adicionales.
A petición del Príncipe Constantino, el griego George Averoff accedió a pagar la restauración del Panathinaikos, y donó casi de un millón de dracmas para este proyecto.
Como tributo a la generosidad de Averoff, se construyó su estatua que se encuentra en las afueras del estadio, dónde aún continúa.
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