En los últimos años ha tomado fuerza la idea de que los juguetes para los niños sean educativos. Los expertos en el área aseguran que la mejor forma de ampliar el conocimiento es a través de actividades divertidas que al mismo tiempo fomenten su desarrollo integral.
Actualmente se publicitan miles de juguetes en Internet, las redes sociales y la televisión. En su mayoría, estos juguetes no aportan beneficios ni aprendizaje a los más pequeños. Y es que, según destacan los expertos, los padres deben participar “activamente” en la elección de estos importantes elementos de su vida diaria.
Tal como dijo el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor, hay que tener en cuenta lo que les gusta a los niños, pero también comprarles juguetes adecuados para su edad.
Durante una entrevista comentó que “hay mucha información disponible en Internet” acerca de los juguetes, y consideró que “la experiencia física” es “imprescindible y muy enriquecedora”.
Uno de los retos que enfrentan los padres en esta sociedad llena de avances tecnológicos es que sus hijos no se interesen solo en aparatos como videojuegos o figuras de acción, sino en otras actividades que les permitan aumentar su desarrollo integral. Esto evidencia que los intereses de los chicos han cambiado, puesto que ahora quieren poseer los dispositivos de última generación.
Básicamente, los niños se cansan a temprana edad de pedir juguetes, entre los 8 y 9 años aproximadamente, dependiendo del caso, y comienzan a querer los más avanzados aparatos tecnológicos, como drones, teléfonos móviles, dispositivos para escuchar música, consolas portátiles, entre otros.
Por otro lado, Pastor puntualizó el hecho de que el juguete tradicional ha mostrado un ascenso en cuanto a los niveles de edad, gracias a los progresos de la tecnología; sin embargo, indicó que “a veces no sabes si estás ante un juguete o ante un producto de consumo tecnológico”. Por esta razón, los fabricantes han incluido aplicaciones y actividades interactivas en juguetes tradicionales educativos, para hacerlos más atractivos.
Opciones enriquecedoras
Todos los padres se preocupan siempre por ofrecer lo mejor a sus hijos, es por ello que es necesario comprender que sí existen opciones favorables que, además de divertirlos, los ayuden a ampliar sus conocimientos y a satisfacer sus expectativas. Uno de los juguetes educativos que más gusta a los niños, y que se sigue consolidando como uno de los favoritos, son los libros interactivos.
Leer historias, sobre todo para los más pequeños, significa sumergirse en un mundo en el que es posible volar con su imaginación. Como muy bien explican en su web los expertos de EduDiver, este tipo de juegos educativos como los que nos ofrece la Editorial Geu no solo los mantiene entretenidos, sino que fomentan la lectura y desarrollan sus habilidades en la lectoescritura.
Esta empresa cuenta con una colección de packs de Disney que incluyen las historias infantiles favoritas de los niños. La colección está formada por 5 títulos, cada uno de ellos compuesto por un libro-juego y un cuento de lectura facilitada.
Es necesario destacar que los juegos educativos, como estos libros, trabajan conceptos que motivan la capacidad intelectual del niño. Incluyen piezas de gran tamaño que desarrollan su coordinación viso-motora, y también contienen textos sencillos para que comprendan fácilmente la historia. Incluso algunos, como los de EduDiver, incluyen una aplicación gratuita para poder disfrutar de una versión alternativa al texto en lengua de signos en sistema bimodal.
También en el aula
Los niños pequeños en edad escolar desarrollan ciertas aptitudes intelectuales y sociales que pueden ser reforzadas por los juguetes didácticos. Ellos pasan varias horas al día en el colegio y es importante que los padres se interesen en cómo juegan sus hijos cuando no están en casa.
La idea de los libros interactivos no solo puede ser puesta en práctica en el hogar, para que los pequeños desarrollen habilidades intelectuales que les servirán en su crecimiento personal, sino que también puede trasladarse hasta las aulas. Está en manos de los docentes hacer que los estudiantes lean y, a su vez, realicen una actividad divertida para luego comentar con sus compañeros. El simple hecho de conversar con otros sobre el contenido de lo leído aumenta la capacidad social de cada niño.
Los científicos descubrieron que leer 20 minutos al día aumenta la inteligencia en tan solo 20 días. Los niños suelen absorber el conocimiento más rápido que los adultos, y la lectura combinada con otras actividades interactivas desarrolla fuertemente sus capacidades en distintos niveles.
La lectura, a través de estos libro-juegos, no solo ayuda a que el niño aprenda, sino que amplifica ciertas habilidades y cualidades que pueden favorecer sus potenciales en un futuro.
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