La revolución industrial: La era de las máquinas
La revolución industrial fue un proceso en el cual se llevaron a cabo diversos cambios técnicos y económicos que se inició aproximadamente en el año 1770 y se prolongó hasta 1850; dichas transformaciones se llevaron a cabo en la medida que se desarrollaron los nuevos avances científicos; en definitiva fue un proceso y no un cambio violento.
Causas que provocaron la revolución industrial.
- La participación política de la burguesía: la cual permitió que se tomaran medidas favorables para la economía.
- La presencia de mercados externos, esencialmente coloniales y la posesión de una flota de guerra que sometía a los mares y del manejo de flota mercante que trasladaba materias primas y alimentos.
- La disposición de un capital por acumulación de riquezas que provienen del comercio internacional.
- El desarrollo de la economía liberal; la cual motivaba la iniciativa privada y la búsqueda de ganancia sin intervención del estado.
- La presencia de un mercado interno; el cual se constituía por una población urbana que no detenía su crecimiento debido a las migraciones de los campesinos desplazados a la ciudad, debido a los cercamientos de los campos.
- La disposición de los recursos naturales como el carbón y el hierro, además de un desarrollo técnico.
La economía.
Fue así como la revolución industrial impulsó el sistema capitalista.
El economista y filósofo escocés Adam Smith estableció las bases de la economía Liberal, la cual propone dejar al individuo en libertad, obteniendo su propio bienestar y construyendo adicionalmente el bienestar común de sus semejantes.
La creación de empresa, la contratación de trabajadores y el establecimiento de precios requieren de plena libertad.
Las máquinas de tejer.
Los mecánicos, técnicos e inventores del siglo XVIII desarrollaron aplicaciones prácticas para mejorar la producción minera y la manofactura; dichos adelantos les permitió multiplicar la producción, aminorando los costos e incrementando las ganancias y la competitividad.
El primer avance memorable se llevo a cabo 1733 cuando Jonh Kai, diseñó la lanzadera volante que con el trabajo de un solo tejedor permitía tejer con mayor rapidez piezas de mayor ancho.
En 1764 James Hargreaves inventó la “Spining Jenny”, una hiladore que podía hilar 8 copos de lana a la vez y Richard Arkwright en 1768 ideó la “Water Frame” y Samuel Crompton creo la “Mule Jenny”.
James Watt analizaba en 1720 una máquina para investigar la fuerza expansiva del vapor, perfeccionando así la máquina de vapor, la cual comenzó a ser utilizada en 1785 para mover el telar mecánico, elemento que duplicó la producción textil, esto generó la producción de nuevas máquinas tejedores e hiladoras, con las cuales supervisaban y dividían labores. Dicho aumento ayudó a desarrollar otras áreas de la economía como la minería, de la cual provenían el carbón y el hierro.
Fue así como quienes instalaron estas máquinas fueron haciéndose millonarios y alrededor de las ciudades en las que se encontraban dichas máquinas, fueron constituyéndose los barrios obreros en los que, en pequeñas casas, se acumulaba el proletariado.
La necesidad de transportar los productos llevó a creación de caminos, canales y carreteras, dando origen en 1825 al ferrocarril.
La revolución industrial fue el motor del capitalismo, siendo la industria la principal actividad económica y estableciendo una nueva dinámica y estructura social nació de ello y las categorías sociales se pusieron de manifiesto.