Confucio. Filósofo, teórico social y fundador de un sistema ético

«La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos.»

Confucio nació en la región que hoy se conoce como Shandong. Su padre, que gozaba de ciertas comodidades, murió cuando el sabio tan sólo contaba con tres años, quedando sumido en la pobreza, lo que lo condujo a ser un sirviente de cierto funcionario de la provincia en la que vivía. Años después se convirtió en maestro, al cabo que adquiría rápidamente una gran reputación de sabio.Fue así como se le conoció con el nombre de Kung el Sabio.

A manera de anécdota se sabe que, en uno de sus muchos viajes acompañado por sus discípulos, se enteró de la existencia de un niño con una gran inteligencia precoz. Lo abordó y le preguntó al niño: “¿Por qué no me ayudas a terminar con las desigualdades?”. A lo que el niño le respondió: “¿Por qué acabar con las desigualdades? Si achatamos las montañas, los pájaros no tendrían más abrigo; si acabáramos con la profundidad de ríos y mares, los peces morirían; y si el jefe de la aldea tuviera la misma autoridad que el loco, no habría entendimiento posible”.

confucio

Unos de los discípulos del sabio le dijo a éste: “qué gran sabiduría la de este joven”. A lo que el sabio respondió con gran acierto: “conocí muchos jóvenes precoces como este, pero más tarde poco lograron hacer, porque nunca pudieron experimentar la inocencia y la saludable irresponsabilidad de la infancia”.

Su pensamiento fue difundido por Europa por el clérigo jesuita Matteo Ricci, quien fue el que acuñó el nombre de “Confucio”. Su doctrina, más que dirigida al misticismo, se constituyó en una filosofía pragmática, orientada hacia la vida misma y el perfeccionamiento del ser humano. El objetivo no se dirigía al concepto místico de la salvación del alma, sino la sabiduría y el conocimiento de sí mismo, tendientes a lograr la vida plena.

Al mejor estilo del filósofo griego Sócrates, no dejó escritos de su doctrina. Fueron sus discípulos quienes lo difundieron y compendiaron en los cinco grandes textos de la tradición china: El libro de las Mutaciones; el Canon de la historia; el Libro de las Canciones; el Libro de los Ritos; y Los Anales de primavera y otoño.

«Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo.»

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