La hora del baño de un bebé es un momento perfecto para dedicarle (y dedicarse a uno mismo) unos minutos para poder interactuar con él un poco más en un medio distinto, donde se puede conseguir que el más pequeño de la casa esté tranquilo y, sobretodo, de lo más entretenido. Se puede optar por una bañera de bebé plegable y otras, en función del espacio con el que se cuente y el uso que se le vaya a dar. En cualquier caso, es el momento perfecto para estimularle y hay que recordar que en todo momento ellos son como esponjas, así que lo mejor es que aprendan siempre que puedan algo nuevo, eso sí, jugando para que lo encuentren divertido y les llame la atención. He aquí algunos trucos para conseguirlo.
- Hacerse con un patito de goma. Sí, sí el famoso patito de goma que todos hemos tenido de pequeños es perfecto para conseguir que el bebé estimule su sentido táctil y auditivo. Hoy en día, en realidad, hay muchas más opciones similares más allá del pato pero éste nos sirve como referencia y cualquiera de ellos del estilo cumplirá con la misma función. Lo único con lo que hay que tener cuidado es con que no se lo lleve a la boca porque, como es lógico, éste puede haber adquirido algo de jabón. Pequeños juegos como sumergir al pato para que éste reflote le resultará de lo más llamativo.
- Libros. Has leído bien (y nunca mejor escrito) Siempre es un momento perfecto para acercar a los bebés al mundo de la lectura y por este motivo algunas empresas se han animado a diseñar libros a prueba de agua. Su material es de plástico y son perfectos para estimularlos porque, además de algún pequeño texto que el papá o la mamá pueden leer, suelen contar con diferentes tejidos para estimular el tacto, espejos o botones que accionan diferentes sonidos (como pueden ser los de algunos animales)
- Cepillado de dientes. De primeras no guarda relación alguna, más que se requiere de agua pero lo cierto es que si ya se tiene al bebé en el baño se le puede ir enseñando cómo cepillarse los dientes allí mismo. Ni siquiera hace falta que se le ponga pasta de dientes al principio, lo tiene que ver casi como un juego y, por supuesto, esto se hace cuando ya son algo más mayores. Lo mejor para cosas así es que se de ejemplo, si ellos ven que otros lo hacen y cómo lo acaban por repetir e imitar.
- Como una regadera. Si la bañera cuenta con una ducha es perfecto para poder jugar un poco con el agua. Siempre prestando atención se puede dejar que ellos mismos se echen agua por encima. Esto es algo muy simple pero que siempre les acaba por parecer de lo más divertido. Incluso se les puede dejar que la prueben, enseñándoles que la que no pueden tomar es la de la misma bañera. Su tacto y su paladar se verán estimulados y ellos se lo pasarán en grande.