Hoy en día la mayoría de los juguetes son anunciados como educativos. Parece que con incluir la palabra “didáctico” ya está. Es algo así como cuando vemos en el supermercado un “pan de masa madre”… ¿Realmente lleva masa madre? ¿Realmente son didácticos los juguetes que dicen serlo?
Lo que sí es cierto es que a los niños les encantan, ya solo con ver juguetes se ponen contentos. Mi hijo por ejemplo ahora que se acercan las navidades se pasa su tiempo libre mirando tiendas de juguetes online (como la del enlace) para decidir qué regalos quiere pedirle a los reyes magos.
El juego como instrumento educativo
A lo largo de los años, el juego siempre ha sido considerado como un instrumento didáctico potente. Mientras juega, el niño imagina, crea, planifica y resuelve problemas sobre la marcha. Aprende conceptos y sobre todo, retiene toda esa información sin apenas esfuerzo.
Sin embargo, para crear este entorno se necesitan dos cosas fundamentales, juguetes realmente didácticos y un padre con ganas de enseñar (y jugar, claro está). Lo primero es sencillo, porque prácticamente cualquier juguete sirve para educar, y no solo aquellos que se venden como educativos.
En otras palabras, lo que falla no es el juguete, sino los padres.
Da igual que compres juegos de aros, tablas de recompensas, fichas para dibujar, ábacos o lo que sea. Si tú no estás con tu hijo al pie del cañón de nada sirve, por muy interactivo que sea el muñeco. Es así.
Ejemplo
Te pongo un ejemplo, supongamos que dos familias le hacen el mismo regalo a su hijo, una casita de juguete con distintas puertas, y cada puerta se abre con su respectiva llave.
- La familia 1 está a tope con el bebé, enseñándole los colores, las formas… vamos, intentando que el niño aprenda a relacionar llave-color-puerta.
- La familia 2 deja que el niño juegue con su casita. Que haga ruido, así también está entretenido.
En este caso el niño de la familia 1 aprenderá mucho más que el de la familia 2 ¿Verdad? Ah ¿Pero la casita no era un juguete didáctico? Sí, pero el juguete no lo es todo. De hecho no es ni el 50%.
¿Cómo ayudar al niño a aprender jugando?
Probablemente tu hijo no sea un Beethoven, y por eso se recomienda colaborar en la enseñanza. Ese es el papel de un padre. Debemos darnos de cuenta que el juego es algo más que mero entretenimiento, es el escenario perfecto para interactuar con el niño, y aprender de él. Ir conociéndole.
Por ejemplo, un método muy útil para enseñar jugando es ir haciendo preguntas, tipo ¿Qué piensas sobre esto? ¿De qué color es esta pieza? o ¿Cuánto es la suma de esto y aquello? Este tipo de preguntas enseñan al niño a pensar.
Estamos muy cerquita de las navidades, y si me estás leyendo es muy probable que seas mamá o papá. Mi consejo es que cuando busques juguetes para tu niño, intenta comprar algo que le divierta, pero también que te sirva de herramienta para educar.