Depresión infantil: ¿Qué es y cómo abordarla?

En la actualidad la depresión no es una solo enfermedad característica de los adultos, ya que cada vez hay más niños diagnosticados con este tipo de trastornos depresivos. Por esta razón, los padres deben estar atentos ya que los niños pueden mostrar o comunicar muchos síntomas asociados a la depresión.

La depresión se conoce como una alteración grave del estado de ánimo, en algunos aspectos muy distinta a la tristeza y que requiere un tratamiento específico para controlarla. A continuación te diremos que es la depresión infantil y cómo abordarla.


¿Qué es la depresión infantil?

La depresión infantil se trata de una situación afectiva en la que prevalece la tristeza en cuanto a intensidad y duración en los niños, es por lo tanto, una alteración en el estado de ánimo que se acompaña de un comportamiento específico tanto en la escuela, como en el hogar. Sin embargo, es importante que distingas si se trata sólo de tristeza o tienen síntomas semejantes a los de la depresión.

 

La depresión infantil puede llegar a ser severa y de larga duración e incluso puede llegar a interferir gravemente en todos los aspectos de la vida diaria de los pequeños, desde el rendimiento escolar hasta la forma en la que se relacionan con familiares y amigos.


Causas de la depresión infantil

Muchos estudios han sugerido las siguientes como causas de la depresión infantil:

  • Causa estacional: Se ha llegado a concluir que la cantidad de luz asociada con los cambios de estaciones afecta el estado de ánimo de algunos niños, lo que se conoce también como trastorno afectivo estacional.
  • Causas biológicas: Como factores hereditarios, hormonales, bioquímicos y neuronales.
  • Causas psicológicas: Relaciones negativas entre padres e hijos, la pérdida de seres queridos, problemas con la autoestima, entre otros.
  • Causas del entorno: El estrés, la tensión y cualquier presión extrema a la que los niños estén sometidos.

Síntomas de la depresión infantil

Es importante que no te apresures a concluir que tu hijo padece de depresión infantil, sin embargo, es recomendable que tanto padres como maestros estén atentos la prevalencia de los siguientes síntomas asociados a la depresión en el niño:

 

  • Se mantiene triste continuamente e incluso llora a cada instante y con mayor facilidad.
  • Demuestra poco interés por sus juegos favoritos y las actividades escolares.
  • Se aleja de su familia y de miembros de la misma con los que tenía contacto constantemente.
  • No se comunica.
  • Se cansa y se aburra con facilidad.
  • Esta menos enérgico y tiene muy poca concentración.
  • Constantemente está irritable o se muestra demasiado sensible a pequeñas frustraciones, hace berrinches y rabietas con más facilidad.
  • Es muy sensible ante el fracaso y el rechazo.
  • Muestra baja autoestima y se desprecia a sí mismo.
  • Escribe cuentos o historias con finales tristes.
  • Tiene un comportamiento agresivo.
  • Come en exceso o muy poco.
  • Padece de regresión, llegando a hablar como un bebé u orinándose en la cama.
  • Habla acerca del suicidio.
  • Habla de escaparse del hogar.

 

Estos síntomas son sugerentes de depresión infantil, pero es posible que se trate de algún otro trastorno afectivo, razón por la cual, es necesario que consultes con un especialista para conocer el diagnóstico adecuado y tomar las medidas pertinentes.


¿Cómo abordar la depresión infantil?

Debido a que existen varios tipos y causas de depresión, es posible que se necesiten distintos tipos de tratamiento. Los tratamientos más utilizados son:

  • Tratamientos psicológicos que incluyen terapias conductuales y terapias cognitivas conductuales.
  • Medicamentos antidepresivos y ansiolíticos.
  • Programas que combinan psicoterapia y medicamentos.

Los padres también pueden ayudar con el tratamiento de los síntomas más comunes de la depresión infantil, de la siguiente manera:

  • Elogiando al niño frecuentemente y con sinceridad, acentuando lo positivo.
  • Ayudándolo a distinguir entre los aspectos que él puede controlar y los que están fuera de su alcance.
  • Manteniendo una rutina y disminuyendo los cambios en cuanto a los asuntos familiares.
  • Pidiéndole que hable o escriba acerca de sus sentimientos.
  • Preparando actividades interesantes a diario y planificando acontecimientos especiales.
  • Preparando sus comidas favoritas para que la hora de comer le resulte placentera.
  • Cambiando actividades que le causen agitación, enseñándole incluso técnicas de relajación.
  • Reduciendo las situaciones que le generen incertidumbre y ansiedad.
  • Rechazando las conductas destructivas de forma amable pero con firmeza, dándole también validez a sus emociones.
  • Manteniéndose alerta a señales de suicidio y en caso de que lo intente buscar a un profesional nuevamente de forma inmediata.