«Por más que estudie, no es capaz de decir nada», es el problema de muchos padres e hijos. Para que el inglés, y cualquier otra actividad tenga resultados visibles, hay que poner bien las metas. En este material averiguaremos cómo hacerlo con el niño.
Para qué poner metas
El mundo a nuestro alrededor es complejo e interesante; siempre hay una lucha por nuestra atención: por ahí hay comida rica, por allá algo interesante en internet, aquí están los amigos que proponen quedar. Si lo hacemos todo, la vida será un completo caos.
Las metas son una forma de limpieza. Ayudan a ser más atentos, moverse en una única dirección y obtener un resultado. Si quieres jugar al baloncesto como los tíos guays, aprendes a tirar la pelota, vas a clases, te unes a la selección de baloncesto. De hecho, para unos la meta es unirse a la selección, mientras que para otros es, simplemente, aprender a jugar un poquito mejor en un año.
Por qué el niño no tiene interés
No entiende la meta. Puede pasar por varias razones:
- la meta la puso uno de los padres, y al niño no le importa realmente
- la meta no se corresponden con las prioridades del niño
- el niño en realidad quiere otra cosa, pero no está haciendo nada para ello
Es algo que se puede descubrir ya a medio camino: el niño estudia, el dinero para las clases en una academia online de inglés se aparta, pero el niño no entiende para qué es todo esto. Si no consigues solucionarlo hablando, a veces ayuda tomar una pequeña pausa en el estudio. En este tiempo podéis redefinir las metas o, incluso, deshaceros de ellas.
La meta es demasiado borrosa. Por ejemplo: «hablar inglés» es una meta demasiado borrosa porque no se entiende qué significa exactamente. Para no abandonar el estudio, el objetivo tiene que ser claro, medible y útil en la vida. Por ejemplo, aprender mil palabras en inglés en medio año.
La meta queda demasiado lejos. Es complejo estar cinco años consiguiendo una meta. Por eso mismo los estudiantes, a menudo, dejan su carrera. Para transformar una meta lejana, a una más cercana, se puede dividir en varias más pequeñas. Por ejemplo, hasta la meta «hablar sobre baloncesto en inglés» se puede llegar con metas intermedias: «aprender el vocabulario relacionado con el baloncesto», «mirar partidos de baloncesto en inglés», y otras.
Cómo explicarle a un niño que las metas son importantes
Si el niño, en algún momento de su vida, ahorró para una bicicleta, sabe perfectamente que lo que ayuda a ahorrar dinero, en vez de gastarlo en un «Snickers», es precisamente la imagen mental de él montando, dándole a los pedales, y “notando” el viento en su cara. Busca un ejemplo comprensible de la vida del niño para explicarle que sin una meta, no hay resultados. Al igual que, sin un punto de llegada puedes estar deambulando por la calle sin llegar a ningún lugar.
Generalmente, al niño no le cuesta tanto crear metas, como conseguirlas: aquí ayudará un plan que puedes hacer tú junto al niño. Pero si se cansó, nada funcionará. En estado de estrés y cansancio, nos es complejo de entender qué es lo que realmente queremos. Por eso, asegúrate de que está en su mejor condición y no hay nada que le preocupe.
También puede que le cueste vivir las metas de otros: la madre insiste en sus clases de música, y él no lo deja solo porque tiene miedo de hacerle daño. De eso también te cansas, y estos momentos hay que notarlos y, como mínimo, hablar con el niño sobre las dificultades y sus propios deseos.
Cómo poner metas para tener éxito en los estudios
Encontrar el problema. Si tiene lagunas en la asignatura de inglés, se puede crear la meta de ponerse al día y mejorar las notas. Si las notas están bien, se puede llamar la atención del niño con la práctica: mirar una película en versión original y escuchar la voz real de su actor favorito, encontrar un amigo en internet, o hablar con un nativo en el extranjero. También está la opción de inspirarlo dándole un buen ejemplo. Pero si el niño dijo un «no», habría que hacerle caso.
Decidir el resultado y cómo medirlo. Por ejemplo, hablar con un extranjero sobre baloncesto en inglés. Se entiende más o menos como medirlo: si conseguiste hablar, se ha superado la meta, pero si no, tienes que seguir trabajando. Para no abandonar la meta a medias, puedes también puntuar las metas intermedias: aprender el vocabulario correspondiente, ver un vídeo y primero entiendes la mitad, y más tarde el vídeo entero.
Crear un plan. Un plan es un mapa, una guía sin la que no se puede lograr la meta. Un plan de inglés, por ejemplo, es más fácil crearlo con un experto: sabe mejor qué problemas pueden surgir y te ayudará a escoger, correctamente, cada paso.
hoy en día es mucho mas difícil hacer que un niño se deje guiar por los padres o los maestros son rebeldes y si no quieren aprender o hacer tareas simplemento no lo hacen , se complita la tarea de educar y enseñar y aún hacer que tengan metas.