El aprendizaje es una parte fundamental en el desarrollo de los niños y niñas, por eso sus progenitores tienen que dedicar tiempo y esfuerzo para que sea un proceso satisfactorio y reciban todos los estímulos necesarios.
En el caso de los menores con parálisis cerebral hay que prestar una mayor atención para facilitar su aprendizaje y lograr que intervengan diferentes sentidos y movimientos.
Para tener unas nociones de cómo adaptar el proceso de aprendizaje a niños con necesidades especiales, queremos dar una serie de consejos que ayudarán a su consecución.
¿Qué es la parálisis cerebral?
La parálisis cerebral infantil (PCI) es una serie de trastornos que limitan la capacidad de los niños para moverse y mantener una postura, por lo que produce una discapacidad motora. La parálisis cerebral está causada porque el cerebro no se ha desarrollado correctamente, o porque ha habido un daño en el cerebro que afecta directamente a la capacidad de controlar los músculos del cuerpo.
Los síntomas dependen del área del cerebro que está afectada, pero suelen producirse trastornos como falta de coordinación y equilibrio (ataxia), rigidez muscular (espasticidad) o movimientos involuntarios (discinesia).
También cada síntoma puede tener diferente gravedad, por lo que hay personas que no pueden caminar o que necesiten algún tipo de ayuda para hacerlo, además pueden ir variando con el tiempo, aunque no empeora con los años.
La parálisis cerebral también puede implicar problemas en la vista y el oído, causar convulsiones, desviaciones de la columna y problemas en las articulaciones.
¿Cómo adaptar el aprendizaje?
A la hora de educar a los niños y niñas con parálisis cerebral hay que prestar atención a sus movimientos y formas de expresarse con sus sonidos y gestos para saber como interpretar sus actos.
Los pequeños que tienen parálisis cerebral necesitan que sus padres y educadores les expliquen que van a hacer y les lleven cerca de las manos los diferentes objetos con los que van a jugar, pero dejando que experimente con los diferentes colores, sonidos y texturas por sí mismos.
Parte del apoyo en el aprendizaje es incentivar a que juegue de forma activa y dejarle que se divierta en soledad. Para ello lo mejor es enseñarle el juguete y explicarle como funciona, ya que suelen tener un nivel cognitivo diferente que conlleva a un coeficiente intelectual inferior.
La discapacidad física que sufren estos menores supone que no puedan manejar con soltura algunos objetos directamente involucrados con el aprendizaje, como pizarras, libros, cuadernos, etc., algo que hay que tener en cuenta para saber cómo trabajar con un niño con parálisis cerebral en el aula.
Gracias a las nuevas tecnologías se han creado herramientas y programas informáticos adaptados que facilitan su acceso al aprendizaje. Hay niños que no pueden sujetar un lápiz, pero que si tienen la capacidad de manejar un ordenador a través de la mirada o de comandos de voz.
Para adaptar el aprendizaje es primordial contar con la ayuda de fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales que en función de la severidad de la parálisis y las limitaciones que conlleva pueda orientar sobre cómo aprovechar al máximo el potencial del menor.