Establecer rutinas para que los niños realicen ciertas actividades les ayuda a estar seguros y tranquilos en el ambiente que los rodea. La repetición de acciones que se adquieren como hábitos cotidianos les ayuda a formar capacidades y tener un equilibrio emocional que los ayuda en el desarrollo de su personalidad.
Así como en la escuela se define el horario de clases y descanso, en casa también se debe adecuar una hora exacta para consumir los alimentos, realizar algunas tareas en el hogar, higiene personal, estudiar y entretenerse. Todos estos aspectos son importantes, no obstante, resaltaremos la limpieza, lo cual es esencial para nuestra vida. Y no hablamos solo de limpieza en el hogar, sino también de la higiene personal.
De los buenos hábitos de higiene depende la salud, y por ello es fundamental crear hábitos de limpieza desde temprana edad.
¿Cómo podemos inculcar buenos hábitos de limpieza en nuestros hijos?
De lo particular a lo general
Los niños necesitan orientación acerca de los hábitos de limpieza personal. Ellos deben tomar conciencia de que estos hábitos contribuyen a garantizar su salud y bienestar a lo largo de su vida. Por ejemplo, no pueden alimentarse sin antes haberse lavado las manos, y también deben hacerlo después de jugar. Lavarse los dientes luego de cada comida, bañarse diariamente.
Una vez que el niño aprenda e incorpore estas actividades, debemos enseñarle a cuidar y mantener limpio su alrededor. Es decir, ordenar sus juguetes luego de usarlos, limpiar su habitación y colaborar con algunas tareas de la casa. En el mercado podemos encontrar cajas para clasificar y guardar juguetes, los cuales son muy convenientes.
Los niños como ayudantes de limpieza
Una vez naturalizado los hábitos de limpieza personal y de sus espacios, pediremos su ayuda en las tareas del hogar a la par los padres hacen limpieza. Una buena idea es hacer una lista de actividades que puedan realizar. Por ejemplo, colocar los cubiertos limpios en el lugar correspondiente, limpiar la mesa antes de comer, enjuagar los recipientes de agua de las mascotas, barrer, entre otros.
Sin embargo, aunque podemos acceder a su ayuda también debemos tomar medidas de prevención. Si el adulto está utilizando algún artefacto de limpieza, como una aspiradora eléctrica, debemos intentar que el cable no quede demasiado suelto si hay un niño cerca. Las caídas son los sustos más habituales.
Para esto, es mejor utilizar aspiradoras con sistemas a batería que no necesitan cables para funcionar. De esta manera, los niños no tienen contacto con el cableado y se mantienen lejos de los peligros más comunes.
Por otro lado, continuando con la idea. Podemos pedirle a nuestros hijos que nos ayuden en alguna actividad a cambio de un premio. Por ejemplo, pueden estar más tiempo jugando en el parque, etc. Esto servirá como motivación.
Todo tiene un por qué
A medida que los niños cuidan de su limpieza y ayudan en las tareas del hogar, debemos explicar el por qué de la importancia de estos hábitos. Transmitiendo el concepto de salud y enfermedad, explicando el por qué están relacionados con la correcta higiene. La buena información permitirá que comprendan estos aspectos. En los primeros años de la infancia, podemos utilizar estímulos visuales.