Es muy probable que hayas escuchado hablar del método Montessori. Aunque María Montessori desarrolló su teoría entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, es ahora, en pleno siglo XXI, cuando las innovaciones pedagógicas de esta educadora están cobrando especial relevancia.
El método Montessori es un sistema educativo que defiende dos frentes: fomentar la curiosidad del pequeño y transmitir un aprendizaje. De este modo, se pretende que sea el propio menor, mediante su curiosidad y sus ganas de aprender, quien vaya descubriendo los tejemanejes del mundo que le rodea.
No obstante, el método Montessori no consiste en abandonar la educación de tu hijo o hija a su libre albedrío. Tanto en la escuela como en el hogar, el clima en el que se desarrolla el menor irá poco a poco adaptándose a la edad del pequeño. En la práctica, ello quiere decir que, por ejemplo, las habitaciones del hogar deberán ir cambiando según el pequeño o la pequeña vaya cumpliendo años.
Adaptar la habitación de un bebé al método Montessori
Como decimos, el método Montessori ha ganado adeptos debido a la gran cantidad de ventajas que presenta. En contra de lo que muchos creen, acondicionar el espacio al desarrollo personal del niño o la niña no supone una mayor inversión de dinero. De hecho, los muebles o utensilios de la habitación del pequeño irán cambiando cuando este crezca, independientemente del método Montessori.
En este sentido, existen multitud de tiendas online de bebés especializadas en la venta de mobiliario y utensilios que se adaptan al método Montessori. Por ejemplo, en alananitanana.com se pueden encontrar todo tipo de artículos para todas las edades, desde más grandes hasta más pequeños.
Pero, ¿Cuáles son los consejos que recomienda el método Montessori para la habitación de un bebé?
Espacios claros, abiertos y despejados
En primer lugar, la habitación en la que coloquemos la cama y los objetos de nuestro niño o niña debe ser amplia (es decir, sin contener montones de objetos y herramientas desparramadas) y limpia. Asimismo, se recomienda pintar las paredes de colores neutros, ni muy claros ni muy oscuros. Y es que, como bien sabrás, los colores son capaces de transmitir estados de ánimo. En este sentido, el método Montessori persigue que el menor se desarrolle en calma y en paz, pues estas primeras emociones marcarán la personalidad del niño o la niña.
Asimismo, la luz natural es un factor de gran importancia en este método de enseñanza. Además de ser necesaria para adquirir vitamina D, la luz natural influye en la vitalidad y positivismo de nuestro estado de ánimo.
Cama Montessori
Las camas son el área de descanso y, además, los primeros lugares en los que nuestros pequeños pasarán el tiempo sin ningún adulto cerca. Por ello, son un elemento importante que debe ayudar al pequeño o pequeña a la hora de adquirir confianza en sí mismos.
En líneas generales, las camas deben ser de una altura baja, que permita que el pequeño suba y baje sin problema. En el caso de los bebés, la cama es un espacio en el que, aunque todavía no duerma, se moverá sin encontrar obstáculos. Por ello, debe situarse a la altura del suelo y, de ese modo, transmitir al pequeño o la pequeña la confianza suficiente como para, en un momento dado, dormir sin acompañamiento.
En cuanto a los colores, estos deben seguir el mismo patrón que la habitación, sin ser muy luminosas o muy oscuras. Se recomiendan los tejidos naturales y suaves, ya que queremos que a largo plazo el pequeño o pequeña aprenda a dormir sin ayuda.
Mobiliario Montessori
Dado que el fin último del método Montessori es que el menor adquiera autonomía por sí solo, el mobiliario debe estar adaptado a la edad del pequeño. En el caso de un bebé, podemos adquirir estanterías con formas naturales (nubes, estrellas, corazones), las cuales nos servirán cuando este vaya creciendo. Asimismo, podemos colocar sus libros favoritos o peluches en ellas. El pequeño o la pequeña debe sentir que ese es su espacio, la zona en la que puede tocar y palpar para ir conociendo la realidad.
Cuando el bebé vaya creciendo, será necesario adquirir un pequeño escritorio. Este debe ser pequeño, adaptado a la altura, y que atraiga la atención del mismo y despierte su creatividad.
Juegos para el desarrollo
Uno de los mecanismos que proponía María Montessori para fomentar la curiosidad y el aprendizaje de los pequeños era el juego. El método lúdico es uno de las mejores herramientas para mantener entretenidos a los más pequeños y transmitirles, sin que ellos sean conscientes, un aprendizaje duradero.
Existen multitud de juegos para todas las edades en el método Montessori. Sin embargo, este sistema educativo no se centra tanto en el tipo de juegos como en el hecho de que sea la niña o el niño el que decida jugar. Por ello, es preciso colocar los juegos a la altura del pequeño, ya sea en la mesa o en las estanterías de las que hemos hablado.