Esta corriente ya no es únicamente arte urbano, ahora está por todas partes.
Desde hace varios años, el grafiti ha sido visto de una manera menos salvaje que cuando comenzó. Actualmente existen regulaciones que son favorables tanto para los artistas como para los espectadores. Gracias a esto, ha evolucionado hasta tal punto que se puede integrar a la vida de los más pequeños.
Como decoración
Aunque no lo parezca a simple vista, seguimos en la época dorada de los graffitis. Este arte urbano es ahora aceptado y comprendido por personas que incluso han llegado a utilizarlo como método para decorar sus viviendas.
Esto surgió como respuesta a los permisos que pedían los grafiteros a los dueños de los muros en los que deseaban pintar. Hoy en día, se utiliza incluso en el interior de los edificios, incluyendo los colegios y las habitaciones de los niños.
Se pueden contratar servicios en páginas como kaosystem.com para alguien que desee un graffiti con motivos infantiles, algo que se ve desde hace muy poco tiempo, pero es perfecto para que los niños se integren en esta cultura. Además, es una decoración novedosa, artística a más no poder y divertida de hacer.
Se pueden hacer grafitis infantiles de los personajes de series y películas que les encantan a los niños. Lo más común es que tengan un personaje favorito, y es una buena idea apostar por él para pintar su dormitorio. Estos grafitis son muy creativos porque se les puede dar un efecto 3D para que parezcan más reales los personajes. Esto hará que cualquier niño quede encantado.
Los textos con mensajes que hablen sobre cosas que les gusten al niño es otra buena idea. Pueden representar actividades deportivas o artísticas que practiquen el menor, lo que les sirve de motivación. También puede ser algún mensaje corto y bonito que se le quiera inculcar.
Poner el nombre del niño en la habitación es todo un detalle. Así, el pequeño puede elegir qué colores, estilos de letras y dibujos de acompañamiento quiere para su propio graffiti personal.
El grafiti como método de diversión y expresión en niños
Graffitear puede ser una actividad muy interesante de practicar con los niños porque tienden a ser creativos a más no poder. Pintar sobre una pared es algo que resulta atractivo para las personas de cualquier edad, incluyendo a los mayores.
Esto hace que se vuelva una actividad para practicar en grupo y llevarla al hogar. Es más, se puede volver una de las costumbres familiares que hacer en casa cada cierto tiempo. O simplemente, crear un mural en un lugar importante de la casa, para que pueda ser visto por todos.
Esto seguro que es una experiencia enriquecedora para toda la familia, en la que los niños pueden participar tanto como los adultos. La novedad de hacer algo de este estilo en conjunto puede funcionar como un factor para crear lazos afectivos más fuertes entre los miembros de la familia.
Por otro lado, el graffiti puede volverse una herramienta de expresión creativa para los más pequeños. Es cuestión de enseñarles el uso adecuado de las pinturas, tener siempre todos los materiales necesarios y echarles un ojo para velar por su seguridad.
En este punto hay que pararse a pensar que, a pesar de que tú como adulto eres responsable por la seguridad del niño, él es quien pinta y se expresa. Entonces es bueno darles esa confianza para que lo hagan por sí mismos si son lo suficientemente grandes. Aunque siempre con vigilancia continua.
Hay pocas actividades creativas tan libres como lo es el grafitear. Las técnicas para experimentar son muy numerosas. Además, el hecho de jugar con pinturas en sí mismo es algo que estimula la imaginación. Así se abre la posibilidad de que puedan expresarse de una manera única y muy divertida.
Miles Morales, el Spiderman de la última película animada, hizo una obra de arte que expresaba lo que él sentía. Nada impide que tus hijos se vuelvan unos artistas del graffiti.
Completamente de acuerdo con lo que se publica en este artículo. Sin ir más lejos, yo soy profesor de 1º y 2º de primaria, inglés y arte, y cuando llega el tema del graffiti, los niños/as se vuelven locos con los botes de spray y los rotuladores de punta gorda que les llevo.