Cómo elegir la cuna del bebé

cuna del bebé

La cuna es una de las elecciones más importantes que se tienen que hacer antes de la llegada de un nuevo miembro a la familia.

 

Cuando está en camino un bebé, hay muchos preparativos que hacer. Uno de ellos es elegir dónde dormirá durante sus primeros meses, incluso años, de vida. Y es que la elección de una cuna no es una cuestión que se deba tomar a la ligera. Hay que encontrar un equilibrio entre decoración, protección y confort. Estas son algunas claves para acertar al elegir la cuna adecuada.

 

Comodidad y seguridad

Para que el bebé pueda estar a gusto, la cuna tiene que cumplir dos condiciones. La primera es ser cómoda, y la segunda es que la seguridad esté garantizada.

El tamaño de la cuna debe ser lo suficientemente grande como para que los brazos y las piernas se puedan mover con facilidad. Si el bebé está encajonado no se sentirá cómodo, además de que puede afectar al desarrollo motriz.

La base en la que se coloque el colchón tiene que ser lo suficientemente firme como para que este no se hunda. Además, es bueno que se pueda ir adaptando al crecimiento del niño. Comprar cunas convertibles permite usarlas durante más tiempo, de modo que es una interesante opción.

Los barrotes de los laterales tienen que ser lo suficientemente altos para que no se pueda salir. Y la separación no debe ser tan amplia que pueda sacar la cabeza, aunque no tan estrecha que no deje ver de forma amplia el exterior.

 

Los materiales

El material más habitual para una cuna es la madera. Además de ser higiénico, se puede forrar fácilmente para proteger zonas como el cabecero o los laterales. Así se evita que el bebé pueda hacerse daño si se da un golpe. Esto es bastante importante, ya que sobre todo durante las primeras semanas, se moverá hasta que su cabeza de con algún tope.

Tanto si la cuna está barnizada para destacar el tono natural de la madera, como si se trata de modelos sacados en colores, hay una normativa que obliga a que las pinturas que se usan no sean tóxicas. Los niños tienen una tendencia natural a modelo y chuparlo todo cuando empiezan a salir los dientes, y su entorno debe ser completamente seguro.

 

El colchón

El colchón que debe elegirse para la cuna tiene que cumplir las mismas condiciones que las del colchón de la cama. Que no sea demasiado blando, pero que tenga una firmeza agradable. En el rey de las camas se pueden encontrar colchones de material viscoelástico, que se ajustan muy bien y favorecen el descanso. Asegúrate de que el tamaño es justo el que hace falta, y que encaja a la perfección, sin dejar un solo hueco.

Además, en la cuna nunca debe colocarse una almohada. El bebé no la necesita para dormir y es un peligro potencial. Solo cuando se haga el paso de la cuna a la cama, sea en el mismo mueble si has elegido una convertible o cambiándolo, se pondrá una, cuando sea lo suficientemente mayor.

 

¿Para la habitación de los padres o en la suya propia?

Aunque lo normal es que al principio el bebé esté en el cuarto con sus padres, ya que así es mucho más cómodo poder atenderlo, no es bueno que esté demasiado tiempo allí. De todos modos, también es importante esto, para que la cuna no impida el movimiento en la habitación debido a su tamaño. Y sobre todo, nada de dormir con los padres o ponerlo en vuestra cama si llora. Será muy difícil hacer que se acostumbre a la suya.