Saber mantener la concentración es muy importante para hacer que el tiempo de estudio rinda al máximo. Sin embargo, puede que tengamos problemas para concentrarnos o que haya días en los que no logremos centrarnos. Cuando esto ocurra, es necesario que tomemos en cuenta algunos consejos que nos permitan revisar, también, si estamos llevando a cabo hábitos saludables.
Organizar el material escolar
Muchas veces, tenemos nuestro lugar de estudio hecho un verdadero caos. Hay muchos papeles, no logramos encontrar lo que necesitamos, y esto nos hace perder tiempo y concentración. Por eso, el primer paso para mejorar la capacidad de concentración es organizar el material escolar.
Esto, también, nos ayudará a saber qué asignatura es la que nos está costando más o qué tema es el que siempre dejamos para el final para priorizarlo. Realizar las tareas que menos nos gustan al principio es una buena idea. Porque, así, después solo nos quedarán las más sencillas o que más nos gustan.
Esto nos lleva a otro concepto que es el de planificar. Existen dos opciones una vez tengamos organizado todo el material escolar. Planificar qué tenemos que estudiar cada día de la semana o hacer esto cada día. Esto nos ayudará a concentrarnos mejor pues sabremos, nada más levantarnos, qué es lo que tenemos que hacer y así evitaremos dispersarnos.
Lo mejor para esto es tener una rutina diaria. Por ejemplo, si somos capaces de mantener más la concentración durante la mañana, esforzarnos por levantarnos cada día a las ocho es una buena idea. Además, crear un hábito evitará que perdamos el tiempo y que desaprovechemos las horas.
Descansar es importante
Sabemos que en época de exámenes el estrés de tener que estudiar para tantas asignaturas puede hacer que deseemos dormir menos para aprovechar más las horas. Pero, esto que puede parecer una buena idea no juega a nuestro favor. Lo único que conseguiremos es sentirnos cansados y distraernos más.
Aunque algunas personas necesitan dormir más que otras, nosotros recomendamos descansar entre siete y ocho horas diarias. No seguir esta norma nos llevará a sentirnos agotados y esto repercutirá negativamente en nuestro estudio. ¿Qué le sucede a un ratón inalámbrico cuando están a punto de acabárseles las pilas? Empieza a ir más lento. Pues lo mismo nos sucede a nosotros. Seremos mucho menos productivos.
Si nos planificamos bien, no tendremos por qué sacrificar horas de sueño para compensar el tiempo que hemos perdido en hacer otras cosas que no fueran estudiar. Es mejor avanzar un poco cada día que meternos un atracón de conceptos, teoría y práctica en pocos días. Esto solo nos causará estrés.
Utilizar la música como una herramienta
La música es una excelente herramienta para mantener la concentración. Pero, no cualquier tipo de música sirve, ya que poner el último éxito de Carlos Baute hará que la letra de la canción nos distraiga de lo que tenemos delante. Por eso, lo mejor es seleccionar música suave, de bandas sonoras, por ejemplo.
Además, es importante que la música que seleccionemos esté de fondo y en un volumen medio. Puede que sea necesario que probemos con diferentes posibilidades hasta dar con la melodía que, realmente, nos permite concentrarnos mejor. Para unos puede ser la música de un piano, para otros el sonido de un violonchelo o la banda sonora de una película favorita.
Escoger el lugar adecuado
El lugar en el que vayamos a estudiar es importante que no lo elijamos a la ligera. Muchas veces, puede que nos concentremos mejor en la mesa grande que hay en el salón de nuestra casa o, quizás, estemos mejor encerrados en nuestra habitación sentados ante el escritorio.
Independientemente del lugar en el que nos encontremos más a gusto y más dispuestos a ser productivos, es importante que se cumplan algunas premisas. Por ejemplo, que la luz sea natural. Cuanta más luz natural entre en nuestro espacio de estudio mucho mejor.
Asimismo, debemos tener el suficiente espacio para sentirnos cómodos. Esto quiere decir que es mejor no estar en un lugar en el que tengamos una pila de papeles mezclados con las libretas y archivadores debido a que no hay el espacio necesario. La razón está en que esto genera una sensación de desorden que impedirá que nos concentremos en lo que tenemos que hacer.
Por último, el lugar que escojamos no debe tener ningún estímulo que nos distraiga. Por ejemplo, si estamos en la cocina puede que nos tiente comer constantemente. También, si estamos en una zona de la casa donde se escucha demasiado el ruido del exterior es posible que terminemos desconcentrándonos.
Si tenemos en cuenta todo esto y lo ponemos en práctica, descubriremos cómo nuestra capacidad de concentración aumenta. Aunque, queremos incidir en la importancia de descansar, aspecto que se suele pasar siempre por alto. Esto, sumado a la organización y elección del lugar adecuado, serán los elementos perfectos para aprovechar al máximo las horas de estudio.