La ansiedad, los miedos y las fobias son habituales en los niños, y es muy importante que los padres puedan ayudarlos a superar ese problema con mucha comprensión y amor. Entre los 3 y 6 años, es la etapa en que los miedos y las ansiedades suelen aparecer, ya que a esa edad, el niño no comprende todo lo que lo rodea y le es difícil separar qué es real y qué pertenece a su imaginación.
Los miedos y las fobias afectan a los niños
Los miedos son emociones que advierten a las personas sobre alguna amenaza posible y hacen que se reaccione en consecuencia. En los niños, los miedos, las fobias y las ansiedades son normales y los ayuda con su crecimiento.
Es positivo que los padres puedan apoyar a sus hijos para la superación de estos momentos, por lo que es recomendable que ellos reciban el asesoramiento oportuno sobre cómo manejar la situación para no cometer errores. En jordibayonas.com se puede encontrar información relacionada y también solicitar una consulta para psicoterapia infanto-juvenil que puede ser online, a domicilio o en el consultorio.
Los miedos tienen un proceso en el cerebro, donde se interpretan los sonidos, tamaños, colores y otras formas. Así, el cerebro capta si se trata de una señal de peligro y busca en los recuerdos si se vivió una situación similar para determinar la alerta. En base a ella, el cerebro decide la acción a tomar o cómo reaccionar ante el peligro.
Diferentes tipos de miedo
De los muchos tipos de miedo, pueden resumirse en tres clases y de forma muy simplificada, el miedo real, el miedo irracional y el miedo fisiológico.
Cuando es miedo real, se activan todos los mecanismos cerebrales, fisiológicos y neurológicos. Se produce un aumento de la presión arterial, sudoración y aumento en la frecuencia cardíaca. De esta manera el organismo se está adaptando a la situación de amenaza.
El miedo irracional es fruto de un pensamiento imaginario o en extremo negativo. Muchos niños sienten miedo al ver un payaso y resulta una actitud desadaptativa, pues cada vez que ve un payaso, se activan los mecanismos del miedo.
El miedo fisiológico se produce sin tener presente ningún tipo de amenaza, es lo que se llama ansiedad y produce sudoración, aceleración en la respiración y aumento de la tensión, entre otros síntomas.
Los niños y los miedos
En la mayoría de los casos, los miedos de los niños son irracionales, debido en gran parte a su imaginación muy activa, y es perfectamente normal. Es parte de su evolución, por lo que los miedos son necesarios, ya que les permite saber cómo superarlos en el futuro.
Facilita aprender la superación personal, mejorar la autoestima y el autoconcepto de sí mismos. A medida de que van superando sus miedos, van sumando atributos a su personalidad, como la valentía.
De entre los muchos miedos que pueden tener los niños, los más comunes son los siguientes:
- A la oscuridad.
- A los perros.
- A los médicos.
Miedo a la oscuridad
El miedo a la oscuridad provoca que los niños no quieran irse a dormir, descansen poco y mal, por lo que al día siguiente su carácter será irritable y se levantan de mal humor. Aunque hay que realmente plantearse si es un miedo real a la oscuridad o a separarse de sus padres al irse a dormir. También analizar si el miedo ocurre sólo por las noches cuando deben dormir o si ocurre siempre.
Una posible solución es que los padres se queden con ellos en su habitación y mostrarles que en la oscuridad puede haber diversión, realizando sombras chinas con alguna luz, que luego se apagará. También con la luz apagada, se puede conversar con ellos y jugar con la oscuridad, demostrando que puede ser divertida y que no hay peligro alguno en ella.
Miedo a los perros
El miedo a los perros es uno de los más frecuentes, pero también puede tratarse del miedo a los animales. Debido a que su imaginación es muy prolífica, es frecuente que relacionen a cualquier perro que vean con los lobos de los cuentos.
En este caso, la actitud de los padres debe ser la correcta, pues si se cruza la calle para evitar el encuentro con el perro, o si le compra una golosina para que deje de llorar, el miedo se reforzará en el niño y se puede producir el efecto contrario.
Para ayudarlo, se le debe mostrar que el perro es muy lindo y si está con el dueño, se le puede pedir si se lo puede acariciar, hay que demostrarle al niño que no tiene nada por lo que tener miedo. Aunque, si el niño no desea acariciarlo, no es aconsejable obligarlo, pues ya se presentará de manera natural la oportunidad de hacerlo en otra ocasión.
Miedo a los médicos
Los niños pueden sentir miedo a los médicos porque cada vez que van al médico, éste los pincha, o sienten el frío del estetoscopio en su piel. Una buena forma de prepararlos para superar todos estos miedos es jugar, por ejemplo, con la caja de los valientes.
La caja de los valientes es una herramienta que puede ayudar al niño, ya que consiste en una caja de cartón que puede decorar a su gusto, proceso que debe ser muy divertido para el pequeño.
El niño debe decorar la caja a su gusto, y una vez terminada la decoración, se le darán algunos papeles donde puede escribir expresando sus temores que irá guardando dentro de la caja.
En este proceso, el niño dirá en voz alta cuál es el temor, lo que permitirá nombrarlos y procesarlos de mejor manera. Mientras los va colocando dentro de la caja, se puede tener una conversación con el niño para que exprese cuándo siente ese miedo, qué siente y qué es lo que sucede en él cuando lo siente. Una vez que los miedos hayan sido “guardados” en la caja, ésta se retira y se verá que el niño se siente mejor y con más valentía.