En una sociedad democrática como en la que vivimos, educar a los alumnos para que sean capaces de conocer sus derechos y defenderlos pacíficamente o, dicho de otro modo, potenciar su asertividad es algo fundamental, dado que esta es la única forma de conseguir que las nuevas generaciones sean capaces de mantener y mejorar la calidad de nuestra democracia. Por este motivo, hemos recopilado una serie de actividades que pueden realizarse en la escuela con el objeto de formar a ciudadanos conscientes de sus derechos y capaces de defenderlos sin recurrir a la violencia.
¿Qué es la asertividad?
Sin lugar a dudas, un artículo como este tiene que comenzar por definir qué es la asertividad diciendo que, según su acepción más aceptada, este concepto hace referencia a la capacidad personal de expresar nuestros sentimientos, opiniones, actitudes y deseos, además de reclamar nuestros propios derechos, en el momento adecuado y sin ningún tipo de violencia, pero sobre todo sin que ello repercuta sobre los derechos de los demás.
Es decir, que de lo que hablamos es de una habilidad social de una importancia vital en cualquier sociedad democrática, porque de que la mayoría de los ciudadanos muestren unas mínimas dotes asertivas depende que los posibles conflictos puedan ser resueltos de una forma eficaz, pacífica y sin que los derechos de nadie se vean perjudicados, de ahí la importancia de trabajar la asertividad en la escuela.
¿Cómo trabajar la asertividad en la escuela?
A través de los cuentos
Como a la hora de trabajar tantas otras habilidades que tienen que ser aprendidas en la etapa escolar, algunos cuentos pueden ser una muy buena forma para hacer entender a nuestros alumnos la necesidad de ser asertivos y, sobre todo, de cómo actuar a la hora de reclamar sus derechos sin perjudicar a los demás ni hacer uso de la violencia o de unas formas bruscas que, desde luego, son totalmente inadecuadas en cualquier tipo de sociedad democrática.
A este respecto, tenemos que recomendar tres textos que entendemos especialmente adecuados para potenciar la asertividad en nuestros alumnos:
- Aprendo a decir no, de Mireia Canals, en el que Ana o Javier pasan por un sinfín de aventuras en las que se pueden reconocer todo tipo de sentimientos e identificar formas para canalizarlos sin tener que recurrir a métodos violentos.
- Si yo tuviera una púa, de Eva Clemente, donde un erizo ansioso por hacer amigos recorre el bosque regalando sus púas a todo tipo de animales creyendo que así los complacía hasta que, cuando es él quien necesita ayuda, descubre que en realidad todos ellos se habían movido por el interés y no eran sus verdaderos amigos.
- Pequeño monstruo dice no, que es un cuento en el que el monstruo pequeño tiene que enfrentarse a su homónimo grande, que pasa por ser interesado y no portarse bien con su amigo hasta que promete cambiar y recibe una nueva oportunidad. Se trata de una muy buena obra para hacer entender a los pequeños cómo a veces puede ser necesario decir no sin emplear la violencia.
Mediante juegos y dinámicas de grupo
De la misma forma, las dinámicas de grupo y los juegos pueden ser muy efectivos para inculcar entre el alumnado la capacidad de ser asertivos mientras disfruta de un rato de divertimento, siendo este el principal motivo por el que cada vez más maestros los utilizan para trabajar esta y otras habilidades.
Por poner un ejemplo, mencionaremos la dinámica “Yo cómo me comunico”, en la que se pide a los alumnos que reflexionen individualmente acerca de cómo expresarían sus sentimientos en una serie de situaciones dadas, tas lo que la clase al completo debería comentar cada una de las respuestas.
Ni que decir tiene que además de esta dinámica hay otras muchas que pueden ser utilizadas para trabajar la asertividad y que internet es una excelente forma de encontrarlas, por lo que no podemos concluir de otra forma que no sea animando a buscar cuál es la más adecuada para nosotros y, por supuesto, para nuestros alumnos