Por lo general todos los niños hasta los tres años suelen ser muy activos, pero algunos padres tienen que afrontar un reto que resulta más difícil de lo normal.
Un niño activo:
Un niño activo suele hacer las mismas cosas que los demás niños de su edad, solo que con una frecuencia mayor y por un periodo de tiempo más largo, lo cual puede volverse un poco molesto y difícil de manejar para los padres y las demás personas de su entorno.
Tratar con un niño en extremo activo genera retos que pueden ser difíciles de afrontar, sin embargo, hay ciertas técnicas y estrategias para poder afrontarlo con una facilidad mayor, y a continuación podréis conocerlas.
4 Estrategias para tratar con un niño activo
- Explicar con detalle lo que sucederá
Un niño activo suele ponerse ansioso cuando no sabe lo que va a suceder, esa ansiedad puede transformase fácilmente en actividades como brincar, correr o incluso gritar, es por eso que es importante intentar disminuir esa ansiedad.
Podéis lograr disminuir la ansiedad si preparáis al niño ante cada situación que va a experimentar, por ejemplo, si van a ir al parque decidle que van a salir de casa y va a ir caminando hasta el parque donde podrá realizar ciertas actividades y jugar con otros niños, y que luego volverán a casa para cenar. Es importante describir muy bien todas las actividades. En caso de tener una rutina diaria para los niños, podéis hacer un horario con gráficos representativos de la actividad y que puedan asociar con facilidad.
- Establecer limites
Para este tipo de niños es importante tener reglas claras, así que debéis establecer algunos límites y hacérselos entender. Si hay un horario por cumplir, debéis ser firme y hacer que realice la actividad siguiente, nunca le permitáis hacer algo diferente, pues la próxima vez también querrá cambiar las cosas.
- Confianza y contacto.
Los pequeños necesitan contacto físico en determinadas ocasiones, un abrazo o una caricia en la espalda pueden ayudarlo a deshacerse de su estrés o sus miedos, así que debéis aprender a identificar las situaciones y lo que al niño le gusta para que podáis ponerlo en práctica.
- Manten la calma
Cuando notéis que la intensidad del niño va en aumento podéis recurrir al agua para ayudarlo a calmarse. Dadle un baño, colocadle una toalla húmeda en la cabeza, o jugar en la ducha pueden ser buenas actividades calmantes para los niños, así que podéis implementarlas.
Debéis aprender a identificar cuáles son los detonantes, los momentos pico, y las actividades que hacen que el niño se ponga más activo de lo normal para poder ayudarlo a superar esta etapa.
Finalmente, cuando el niño empiece a hacer las cosas más calmadamente y a comportarse más “normalmente” debéis premiarlo y felicitarlo por su comportamiento, de esta forma conseguirías incentivar esta forma de actuar y el niño empezara a entender los benéficos que ello conlleva.
Me parece bueno su artículo, solo que preferiría no quitarle ese ímpetu, sino canalizarlo a un tipo de educación que el pueda explotar a futuro. Sí, dentro de un sistema que lo integre a los demás; pero que lo ayude a sobresalir de los demás. Esto es, que absorba todo lo que él pueda de información, más que solo quitarle esa alegría de caminar más rápido que los demás. Que es para lo que me parece, el sistema educativo en México no está preparado.
Mi hija tiene 3 años pero siempre ha sido demasiado activa, no se cansa, no se sienta un rato siempre está de un lado a otro brincando , saltando ,jugando viendo q hace y es grosera no acepta un No.
Me parece muy buen consejo ☺️