Los niños y niñas son la alegría de la casa, pero cuando nos vemos inmersos en la tarea de educar es fácil perder los nervios. Somos conscientes de que perder la paciencia con los pequeños no es el camino adecuado, pero a veces es algo que se nos escapa de las manos y acabamos reaccionado con tensión.
¿Por qué perdemos la paciencia con los niños?
Educar y criar a un niño no es una tarea sencilla. En la tarea de educar entra en juego una relación entre los adultos y el niño o niña, que se apoya en fuertes vínculos afectivos, actitudes, emociones, pensamientos, y formas de actuación de ambos, adulto y niño/a.
Es en el seno de esta relación donde se desarrolla el proceso educativo. El adulto que educa es una persona que tiene pensamientos, que tiene estados emocionales y que dentro de la relación educativa tiene unas ideas, expectativas claras, que dan lugar a emociones y conductas.
Cuando los niños y niñas no paran, cuando no nos hacen caso, cuando además tenemos tensiones y estrés por temas de diverso índole (laboral, económico, familiar, etc…) es normal experimentar ciertos estados emocionales negativos, como frustración, enfado, desesperación e incluso tristeza y odio. Estos estados no son los más apropiados para acompañar el proceso educativo, sin embargo como adultos también somos personas y es natural experimentar estas emociones en determinados momentos.
¿Qué ocurre cuando perdemos la paciencia con los niños?
Cuando todo esto ocurre, el resultado es que perdemos la paciencia y respondemos con una reacción violenta y tensa. En la mayoría de los casos, esta respuesta empeora la situación, ya que después nos sentimos culpables y arrepentidos. Cuando perdemos la paciencia ocurren varias cosas:
- El adulto aumenta su malestar, ya que experimenta una sensación de culpabilidad e incluso vergüenza, además de temor por el efecto que tiene en el niño ésta pérdida de paciencia.
- El niño/a se puede sentir atacado y experimentar malestar, sin entender en muchos casos el porqué de la situación.
- Este malestar generado en el seno de la relación educativa hace que se generen las condiciones ideales para que vuelva a repetirse, llegando a convertirse en un patrón de difícil escapatoria.
Trucos para no perder la paciencia con los niños y niñas
Es fundamental comprender la dinámica de la interacción educativa, y de este modo aplicar diferentes estrategias para no perder la paciencia con los niños y niñas.
- En primer lugar comprende que es normal perder la paciencia con los niños y niñas. Tú también eres una persona y la labor de educar no es siempre sencilla.
- Desarrolla tu inteligencia emocional. Aprende a reconocer tus estados emocionales, aquellos que te llevan a perder la paciencia. Se trata de identificar los pensamientos, las sensaciones y la emoción y de este modo poder actuar en otra dirección antes de perder la paciencia con los niños. Se trata de controlar las emociones antes de que nos controlen a nosotros.
- Aprende estrategias para mantener la calma. Entre ellas puedes probar contando hasta 10, tiempo fuera (irte de la situación durante unos minutos), acciones alternativas, una buena actividad en familia puede ser la solución.
- Explícales a los niños y niñas tus estados emocionales. De este modo podrás educar su inteligencia emocional y además lograrás que comprendan la situación.
- Pide ayuda a otros familiares. En determinadas etapas podemos estar más estresados, en esos momentos pide ayuda a familiares.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
@Celia_RodrigRu
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