Los temidos dos años
Después de que el pequeño cumple los dos añitos de edad, llegamos a lo que muchos denominan “los temidos dos años”, porque ha llegado la hora de habituarlo a controlar los esfínteres y a no disfrutar más del chupete, que ha sido su gran aliado.
Sin embargo y en lo que respecta, específicamente, a los pañales, algunos expertos aconsejan dejar al niño que sea quien decida dejarlos y no imponérselo.
Son muy importantes la paciencia, la tolerancia y evitar presiones y el estrés
Además, es crucial que adoptemos otras estrategias específicas, para que el “adiós al pañal” no sea traumático para el pequeño, ni para los padres. Así, los temidos dos años serán más tranquilos. Veámoslas, entonces.
- No establecer comparaciones: si el primito o el vecino ya supieron abandonar los pañales, no debemos compararlos con nuestro hijo, porque cada niño tiene sus propias características fisiológicas y su ritmo.
- Llenarse de paciencia: en lo que respecta a las incomodidades que representan el continuo cambio y los costes de los pañales, es preciso llenarse de paciencia.
- Concientizarse de que las necesidades no se pueden imponer: ser coactivos en lo que respecta a las necesidades fisiológicas del pequeño, es desconocer que los movimientos de su organismo no son más (ni son menos) que una consecuencia natural, que llegan cuando tienen que llegar.
- Otros asuntos que se deben conocer: en primer lugar, tenemos que alrededor de los dos años, el chico suele lograr el control de las deposiciones. En segundo lugar, tenemos que el pis durante el día, se suele controlar entre los 2,5 y los 3 años. Por ende, es necesario tener tolerancia.
En lo que respecta al pis nocturno, digamos que se puede seguir escapando entre los 3 y los 3,5 años. Es más, el 20% de los niños siguen requiriendo de los pañales hasta los cuatro años, por las noches.
- Cuando han llegado los 5 años y el pequeño no controla sus esfínteres: es muy probable que existan trastornos fisiológicos, por lo que es necesario ir al especialista.
Los temidos dos años, en lo que tienen que ver con el chupete
A los dos años, ha llegado la hora de ayudarle, sin coacciones ni violencia verbal, a deshacerse del chupete para siempre y sin posibilidades de dar vuela atrás. Ello, por cuanto, luego de esta edad, el chupete pasa de ser su eterno compañero, a ser su enemigo.
Para evitar esto, veamos algunas estrategias para ayudarle a abandonar este accesorio.
- No quitárselo abruptamente: mejor será preparar el terreno con algunos procedimientos, tales como guardarlo en un lugar al que el niño no pueda tener acceso. Si no lo tiene a la vista, su ansiedad será mucho menor.
- Cuando lo pida, dárselo por un rato: pero, cuando veamos que ha saciado su ansiedad, se lo debemos quitar con manifestaciones de amor y cariño y nunca con palabras agresivas.
- Unos ocho días después, ofrecerle un sustituto: si vemos que reaparece la ansiedad e, incluso, las pataletas, le podemos ofrecer un juguete o una golosina (sana) de largo consumo.
- El estímulo: siempre que el niño esté en una situación en la que, tradicionalmente, disponía de su chupete y, además, no proteste, debemos “felicitarlo por su valentía”.
Con estas sugerencias, los temidos dos años dejarán de ser traumáticos para los padres pero, por sobre todas las cosas, para el pequeño.
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