Escoger guardería o parvulario es una tarea que siempre exige responsabilidad. Son muchos los factores que entran en juego: proximidad, ¿pública o privada?, ratio de niños por clase, precio, servicios, comidas… Otro elemento a tener muy en cuenta es el profesorado. Los padres quieren estar seguros de que dejan sus hijos en manos de profesionales responsables, capaces de responder de forma adecuada ante cualquier necesidad que se plantee.
Esa labor profesional la desarrollan los denominados educadores infantiles. Se trata de una rama de la educación a menudo infravalorada, tanto en la sociedad como entre algunos profesionales de la docencia. Desde fuera, educar niños pequeños parece un trabajo simple, pero la realidad es bien distinta. Los profesores de educación infantil no se pasan el día jugando, como opinan muchas personas, sino que cumplen una función primordial en el desarrollo educativo y emocional de los más pequeños. En otras palabras, estos maestros de niños se convierten en una piedra rosetta para los pequeños, no sólo en lo que a su educación respecta, sino también en su comportamiento futuro, así como intereses, valores, etc. Una profesión tan bella y crucial en nuestra sociedad, que debería valorarse como tal.
¿Qué funciones desempeñan los educadores infantiles?
Los profesores de educación infantil se encargan del cuidado y la formación de los niños en la primera etapa de su vida: de 0 a 3 años. En ese primer ciclo, la población infantil inicia su periodo de socialización y empieza a adquirir valores y enseñanzas que la acompañarán el resto de sus vidas.
Una labor de esta envergadura exige una motivación especial por parte del profesorado. Los educadores infantiles han de poseer habilidades comunicativas, sensibilidad y una capacidad marcada para atender a niños y padres con madurez y rigor. También son muy importantes la estabilidad emocional y la capacidad de autocontrol. Todas esas características ayudarán al educador en el desarrollo de sus funciones.
Las atribuciones variarán en función del centro, pero se pueden resumir en los siguientes puntos:
- Colaborar con las familias para mejorar el entorno de los niños.
- Diseñar y evaluar proyectos educativos de atención a la infancia.
- Atender las necesidades de los niños en centros educativos y guarderías.
Formación y salidas profesionales
Los interesados en trabajar con niños de 0 a 3 años pueden cursar el ciclo formativo de Técnico Superior en Educación Infantil. La formación puede realizarse de forma presencial, pero cada vez es mayor el número de alumnos que opta por los estudios online.
La mayor parte de centros educativos completan la formación teórica con la realización de prácticas profesionales en escuelas o centros. Es el caso de Campus Training, un centro privado especializado en la inserción laboral que acoge cada año a más de 6.000 alumnos en sus aulas virtuales. El curso de educador infantil en Campus Training prepara a los estudiantes para realizar las pruebas libres de Formación Profesional y obtener un título oficial de Técnico de Grado Superior en Educación Infantil.
Las salidas profesionales en educación infantil son amplias. En primer lugar, los alumnos pueden realizar oposiciones para formar parte del profesorado de centros públicos de enseñanza. Para ello, es preciso que estén pendientes de las convocatorias de plazas ofertadas por las distintas administraciones.
Además, los educadores infantiles pueden optar a puestos de trabajo en ludotecas, guarderías privadas, casas de cultura, centros de ocio y hospitales infantiles, entre otros.
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