La taquifemia o farfulleo es un trastorno del habla caracterizado por una articulación desordenada y una velocidad de pronunciación muy acelerada. Se podría decir, entonces, que la taquifemia es un trastorno que combina el lenguaje y el habla.
¿Cuáles son las características de la taquifemia o farfulleo?
- El habla del niño se acelera
- Hay sonido que no son articulados (o se los articula de manera incorrecta)
- La pronunciación no es clara
- El niño parece como si se “atropellara” con las palabras por lo que es muy difícil comprender lo que dice
- Articulación imprecisa de los fonemas
- Las personas con taquifemia acortan las palabras
Diferencia entre taquifemia y disfemia (tartamudez)
A veces se confunde la taquifemia con la disfemia (tartamudez) puesto que ambos son discursos que alteran el habla del niño. Sin embargo, la taquifemia es la aceleración de los sonidos de las letras que forman las palabras y no es tartamudez de manera constante sino solo de forma esporádica y como consecuencia del ritmo acelerado al hablar.
¿Qué es lo que se encuentra comprometido en la taquifemia?
Están comprometidos tanto la velocidad del habla (que es más apresurada de lo que debería ser), la secuencia y el ritmo. Esto quiere decir que no solamente hablan con más velocidad sino que también alteran el orden de las letras dentro de una oración. Asimismo pueden modificar el orden palabras dentro de una oración por lo que resulta muy complicado comprenderles.
¿Cómo ayudar a un niño con taquifemia dentro y fuera del aula?
En primer lugar debemos comprender que un niño con una alteración en la fluidez del habla tiene un impedimento para poder pensar y modular las palabras en tiempo y forma. Esto fomenta a que en ellos crezca la ansiedad y el nerviosismo por la falta de efectividad en su comunicación. Entonces, una de las primeras cosas que debemos hacer con un niño son taquifemia es ayudar a calmarse ¿Cómo le ayudamos? A continuación, algunas recomendaciones:
4 Actividades para trabajar la taquifemia o farfulleo con los niños
- Relajación. La relajación puede hacerse con una guía (música o persona que guíe a los niños hacia la relajación). Es muy efectivo que los niños escuchen música que les calme en un tono suave y que durante esos 20 minutos no exista ningún otro foco de atención más que la relajación.
- Coordinación fono-respiratoria. En este caso es conveniente que la respiración sea nasal para lentificar el habla.
- Jugar en “pausa”. El juego “en pausa” es un juego muy sencillo que se puede poner en práctica en cualquier momento, especialmente cuando un niño con taquifemia acelera considerablemente el habla y comienza a ponerse nervioso: Durante el tiempo que indique la maestra, los niños deberán hablar, moverse, expresarse, sonreír y todas aquellas cosas que realizan de manera cotidiana pero en forma muy lenta. Este juego (más que un juego es un modo de distracción y entretenimiento momentáneo) que permite que el niño descienda los niveles de ansiedad.
- Grabar las voces de los niños. Se les puede dar como actividad “leer un cuento entre todos”(unas pocas líneas cada niño). Luego se le pide que comiencen a leer y se les graba mientras leen. A continuación, y ya a solas con el niño con taquifemia, se le hace escuchar el audio como método para reconocimiento y mejora del ritmo de su voz.
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BUEN DIA. EXELENTE PAGINA, MUY UTIL. FELICIDADES Y GRACIAS.