Hay épocas del año, fiestas entrañables como la Navidad, celebraciones donde aparece un extraño vacío, una ausencia debida a la pérdida de un ser querido o simplemente a la ausencia de algún familiar o amigo especial. Este estado emocional se conoce como síndrome de la silla vacía. Una de cada seis personas que pierde a un familiar desarrolla una depresión al año siguiente, advierte un estudio del año 2007 de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Qué es el síndrome de la silla vacía
Se conoce como síndrome de la silla vacía al sentimiento que surge tras el fallecimiento, separación o pérdida de una persona querida o especial para nosotros. Puede ser un amigo cercano, una pareja o un familiar.
Si bien originalmente la sensación puede ser pasada por tristeza, en realidad puede tener una importancia mayor y afectar gravemente a nuestro estado emocional.
Llanto, rabia, desesperación, soledad, culpa, negación o incluso alivio son sentimientos normales y sanos que aparecen cuando una persona nos deja para siempre
Una de las principales características de esta condición es que suele aparecer en momentos específicos. Como puede ser, por ejemplo, la celebración de un cumpleaños o la navidad, el año nuevo, o alguna otra celebración por el estilo. Situaciones en las que a pesar de estar rodeados de personas, se sigue sintiendo que falta alguien.
Efecto del síndrome de la silla vacía
Se trata de una sensación muy fuerte que no debe tomarse a la ligera. La misma guarda una gran relación con el proceso de duelo. Es una etapa en la que el individuo debe acostumbrarse a seguir adelante en ausencia de la persona en cuestión. Suele tratarse de un período con una fuerte carga emocional.
Es muy importante hacer la aclaración de que el síndrome de la silla vacía no necesariamente aparece por fallecimiento de una persona, este también puede aparecer cuando un ser cercano se muda lejos, a otra ciudad o país. No es un sentimiento estrictamente relacionado a la perdida física de una persona.
Este síndrome puede además pasarse a otras sensaciones, como lo puede ser la soledad. Puesto que cuando una persona se siente sola, sin importar cuanta gente haya a su alrededor, seguirá sintiendo que alguien falta. Este es el efecto del síndrome de la silla vacía.
Cómo superar el síndrome de la silla vacía
A pesar de que el síndrome de la silla vacía pueda ser un sentimiento muy fuerte, hay varias formas de superarlo y dejar de sentirlo siguiendo algunas indicaciones. Para poder superarlo efectivamente, se deben mantener estos consejos en mente y seguirlos.
No guardes silencio
Cuando una persona atraviesa una situación como esta, algo de lo que menos desea hacer es conversar sobre ello. Esto tiene como consecuencia que el individuo se aparte de sus seres queridos y pase por toda la situación en soledad.
Esto es algo que no debe hacerse, pues tiene consecuencias muy negativas para la persona. Así no se sientan ganas, se debe hablar, interactuar y expresar los sentimientos que se experimentan en el momento. Si lo consideras necesario, no sientas vergüenza de pedir ayuda. Aunque no lo parezca, muchas veces lo que necesitamos es hablar.
Intenta mirar las cosas desde otro punto de vista
Usualmente, la silla vacía se asocia con tristeza y soledad. Sin embargo, el significado de la misma no tiene por qué ser este. Muchos expertos consideran reevaluar la silla vacía y otorgarla de un nuevo significado. Eliminando las características negativas de la misma y dotándolas de un significado positivo.
A pesar de que esto pueda resultar complicado de hacer, es algo que puede lograrse si se recibe la ayuda apropiada. Cambiar el significado de la silla no sólo nos ayuda a superar la situación en un momento dado, también puede evitar que se vuelva a experimentar.
Cómo explicárselo a un niño o adolescente
Para los niños debemos utilizar un lenguaje claro, encillo apropiado para su edad y explicarle que papá, mamá o la abuela ya no volverá. No vale el «se ha ido a un viaje muy largo». Convertir la muerte en un tabú es contraproducente; es mejor explicarlo como algo natural. Hasta los siete u ocho años, el niño no tiene el sentido de la muerte como proceso irreversible.
En los adolescentes puede ser muy dramático porque es una edad en la que se encuentran inmersos en procesos de crisis.
Consulta a un profesional
En situaciones así es común que se le reste importancia a lo sentimientos y que creamos que podemos salir de la situación por nuestra cuenta, cuando no es así en realidad. Muchas veces necesitamos una mano extra que nos ayude a continuar.
La mejor opción es recurrir a un psicólogo. Son especialistas en la mente y sin duda podrán ayudarte. Es importante resaltar que bajo ningún motivo o razón debes intentar medicarte por tu cuenta al pasar por este síntoma. El síndrome de la silla vacía es una situación que se debe aceptar, superar y no permitir que elimine nuestra felicidad.
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