Salud infantil, conoce los signos de alarma

Para los padres primerizos, la mayor fuente de preocupación es la salud de su bebé. Aprender a identificar síntomas, reaccionar adecuadamente, prevenir posibles enfermedades… todos estos aspectos generan inquietud y pueden provocar en los padres situaciones de estrés emocional.

¿Cuáles son los verdaderos síntomas de alarma?, ¿cómo saber que nuestro pequeño está realmente enfermo y requiere asistencia médica inmediata?, ¿cómo debemos actuar ante un posible problema de salud? Son interrogantes inevitables que se generan a menudo y suelen resolverse acudiendo al pediatra.

Con el paso del tiempo, los padres adquieren experiencia y conocimientos y aprenden a afrontar con serenidad las cuestiones de salud. Y en esta nueva etapa vital, juega un papel fundamental la información. Por ejemplo, en ‘Tenga Salud‘ se pueden encontrar muchos artículos en la web, ya que está especializada en bienestar físico y psicológico y se abordan con rigor diversos temas médicos. De esta manera, los padres aprenden conceptos sobre salud familiar que resultarán muy útiles a lo largo de la vida.

¿Cuándo debemos acudir a urgencias?

Los síntomas de enfermedad pueden ser múltiples y obedecer a causas diversas. Aunque es labor de los pediatras elaborar diagnósticos y determinar las pautas a seguir, podemos ofrecer un listado con los síntomas de enfermedad, empezando por los que requieren una asistencia inmediata.

  • Fiebre alta: es un indicador fundamental. Cuando un bebé presenta una fiebre cercana a los 40 grados debe consultarse al médico inmediatamente o acudir a un servicio de urgencia.
  • Respiración forzada o demasiado rápida: un ritmo que supere las 60 respiraciones por minuto indica algún tipo de trastorno serio.
  • Lloro constante: los niños suelen llorar por diversos motivos (hambre, sueño, malestar…) Cuando el llanto supera las dos horas, conviene consultar al pediatra.

Otros signos de alarma pueden ser:

  • Abdomen hinchado
  • Tortícolis
  • Dificultad de movimientos
  • Testículos inflamados
  • Cambio de color de la piel: atención con los tonos azulados en labios, manos o pies; pueden reflejar problemas respiratorios.
  • Cuidado con las caídas y golpes: es preciso observar las reacciones posteriores, sobre todo en los golpes en la cabeza acompañados de vómitos.

Posibles síntomas de enfermedad

Los recién nacidos y los bebés hasta los tres meses son especialmente vulnerables y requieren una atención permanente. Los signos que indicaremos a continuación pueden reflejar un problema de salud, pero no necesariamente revisten gravedad.

  • Fiebre: una temperatura superior a los 38 grados requiere nuestra atención. En ocasiones, se puede deber a un exceso de ropa, por lo que convendrá retirar alguna capa y comprobar de nuevo los valores con el termómetro rectal. Si la fiebre no baja, se recomienda avisar al pediatra.
  • Baja temperatura: una posible infección puede provocar en el bebé un descenso de la temperatura por debajo de los 36,3 grados. Si eso ocurre, consulta con el doctor.
  • Vómitos: en ocasiones, los bebés regurgitan o vomitan después de comer, pero eso no indica necesariamemte un problema de salud. Sin embargo, conviene prestar atención a los vómitos de tipo explosivo o a los que presentan un color verdoso.
  • Respiración rápida: como hemos indicado, un ritmo respiratorio superior a 60 respiraciones por minuto requiere atención médica.
  • Pérdida de apetito o rechazo del alimento: los bebés pueden rechazar alguna toma. Si esto se repite más de dos veces seguidas, convendría consultar con el pediatra.
  • Problemas al orinar: los bebés orinan con frecuencia y suelen manchar unos 6 pañales a lo largo del día. Si observamos que dejan de orinar, puede existir algún problema de deshidratación que requiera la visita al médico. La falta de lágrima o la sequedad en la boca también indican problemas de hidratación.
  • Diarreas persistentes: pueden ocasionar deshidratación y pérdida de peso. Es importante determinar las causas; en muchas ocasiones, detrás de estos síntomas se encuentra una intolerancia alimentaria.
  • Estreñimiento: es lo contrario a la diarrea y también suele guardar relación con la alimentación. Un simple cambio en la dieta puede corregir el problema, aunque a veces tienen buenos resultados métodos más simples. Dar a beber agua o zumos después de comer y añadir productos ricos en fibra ayudarán a eliminar el estreñimiento.

Síntomas de buena salud

Hemos hablado de los signos de posible enfermedad pero, ¿cuáles son los síntomas de buena salud?, ¿cómo podemos asegurar un desarrollo y crecimiento adecuado de nuestros pequeños.

Los niños deben crecer fuertes, sanos y alegres. Un niño con buena salud se muestra activo y enérgico, disfruta de los juegos, aprende a  relacionarse y da constantes muestras de vitalidad. Para alcanzar este estado de bienestar físico, lo importante es inculcar hábitos correctos desde edad temprana y prestar especial atención a dos aspectos fundamentales: la alimentación y la actividad física.

La alimentación debe ser equilibrada, de manera que aporte los nutrientes necesarios para garantizar un buen desarrollo del niño. Una alimentación inadecuada en la etapa de crecimiento puede tener efectos muy negativos en la salud de los pequeños, tanto en el aspecto físico como en el campo del aprendizaje intelectual.

Es importante consultar con el pediatra la dieta más adecuada para cada edad, evitar los excesos en grasas y azúcares y controlar las cantidades. De esta maneta, nos ahorraremos problemas de obesidad y evitaremos el uso de pastillas y productos para adelgazar.