Rebeldes y respondónes, el niño que nos contradice.

Hay épocas en las que los niños están más rebeldes, protestan por todo, buscan más independencia, contradicen sistemáticamente todo aquello que se les dice, todo les parece mal y se pasean por el borde de los límites a punto de
quebrantarlos, poniéndonos a prueba, observando nuestra reacción. ¿Por qué actúan de este modo? ¿Qué hay detrás de este comportamiento? ¿Patología, normalidad, una fase más en el desarrollo de nuestros hijos?

En primer lugar, debemos entender estas fases de rebeldía como algo normal en el proceso de desarrollo de cualquier niño o niña, aunque no son siempre bien entendidas por los padres, quienes quisiéramos niños más dóciles y fáciles. Pero ciertamente y pese al cansancio, estrés, disgusto y preocupación que nos produce tener que estar lidiando constantemente con las protestas de nuestros hijos la gran mayoría de niños contestones y protestones entra dentro de la normalidad.

Niños rebeldes: ¿Por qué protestan y nos contradicen?

Sus protestas constantes son un modo de intentar saltarse los límites, las normas o las reglas establecidas en casa. Es su modo de conocer y aprender hasta dónde pueden llegar y ver qué sucede después, con el objetivo de autoafirmarse y hacer valer su personalidad en desarrollo.

Es un modo de ponernos a prueba y ver qué puede pasar si por una vez transgreden las normas, pero también es una forma de llamarnos la atención, un modo de decirnos:

eh, mamá estoy aquí, yo tengo el control ahora de la situación, yo decido si cumplo o no lo que me has dicho…

En muchas ocasiones se trata de un juego de poder entre el niño y el adulto, un juego que se vuelve pernicioso y en el que debemos intentar no caer. Cuánta más atención prestemos a sus protestas y salidas de tono más alimentamos este comportamiento negativo, enseñando que actuando de este modo obtiene lo que desea.

¿Cómo reaccionar cuando nos contradicen?

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Rebelde y respondón, el niño que nos contradice.

Cuando tenemos un niño que nos desobedece y contradice sistemáticamente es realmente frustrante y agotador, perdemos la paciencia y llega un momento en el no sabemos qué hacer ni cómo tratar a nuestro hijo.

Ante todo debemos tener en cuenta la edad del niño y saber qué es lo que podemos esperar de él, no es lo mismo la conducta de oposición del niño de dos años que la de uno de 10. Debemos distinguir entre un niño que nos desobedece de forma puntual, ya sea porque tiene un mal día, está cansado, tiene sueño, hambre… del que lo hace constantemente, y así mismo saber diferenciarlo de un niño en una fase normal de su desarrollo del que pueda tener algún tipo de trastorno como TDAH o un trastorno de la conducta o de la personalidad.

La mejor manera de reaccionar ante el niño desafiante, respondón, contestón, rebelde o el que contradice todo cuanto se le dice es no caer en el juego de poder del que hablaba anteriormente. En ocasiones lo mejor es hacer oídos sordos a sus protestas y buscar donde sea la paciencia para no entrar en discusiones estériles. No se trata de ganar ninguna guerra si no de educar lo mejor que podamos.

Educar es como una carrera de fondo, una inversión a largo plazo donde todo lo que hagamos hoy dará sus frutos mañana. Por eso es tan importante que fijemos unos límites claros, concisos y entendibles lo más pronto posible. Tener pocas normas pero bien definidas y con consecuencias establecidas ante la transgresión. Consecuencias que intentaremos aplicar evitando en todo lo posible gritar, previo aviso de lo que ocurrirá en caso de no obedecer.

Se trata de hacerles ver que, si bien el desacuerdo existe en todos los ámbitos de la vida, la forma en la que uno expresa su frustración, enfado o disconformidad es muy importante sobre todo porque hay que hacerlo sin necesidad de sin necesidad de agredir a nadie, ni física ni verbalmente. Y eso solo se hace desde el ejemplo, fijaros bien que si caemos en el error de seguirles el juego, gritando, protestando y quejándonos nosotros mismos por sus constantes quejas, entonces estamos perdidos, ya que alimentamos al monstruo de la rabia y frustración. Al caer en esta dinámica entramos en un juego de poderes que a nadie le interesa y donde toda la familia pierde.

¿Cuándo buscar ayuda especializada?

Rebelde y respondón, el niño que nos contradice.
Niños Rebeldes

Si las protestas son constantes y de una intensidad tal que ya no somos capaces de manejar es momento de buscar ayuda especializada, es muy probable que detrás de todas estas protestas, malas contestaciones, insultos y amenazas se esconda un problema mucho más grave.

Algunos signos de alerta:

  • Su desobediencia o rabietas son anormalmente intensas o continuadas
  • No se está quieto ni un solo minuto.
  • Desafía a los mayores.
  • No se atiene a ninguna norma.
  • Es anormalmente agresivo, etc…

Niños rebeldes por Sara Tarrés

Autora blog Mamá es Psicologa infantil

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Un comentario de “Rebeldes y respondónes, el niño que nos contradice.

  1. Jessy dice:

    Mi hijo de 4 años hace y dice lo contrario. no es todo el día así, pero siempre tiene un episodio de contradecir en el día.
    Debido a esto lo enviaron al Psicólogo, porque en su jardín infantil es igual. y las tías a veces no pueden trabajar con él. o no sale al patio o no quiere entrar o lavarse los dientes etc.
    siempre ha sido así, desde más pequeño.
    Jessy.

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