La forma en la que nos comunicamos con nuestros hijos, lo que expresamos y lo que queremos decir influye directamente en el comportamiento de nuestros hijos, un lenguaje negativo conseguirá una actitud negativa en nuestros hijos. Hoy te proponemos que leas este artículo y que encuentre una nueva forma de lenguaje: El lenguaje propositivo.
¿Qué es el lenguaje Propositivo?
Se entiende por lenguaje propositivo al lenguaje que se emplea con la intención de proponer de forma positiva.
Por ejemplo, es lenguaje propositivo la frase “Ten cuidado” en lugar de decir “Te vas a caer”.
El modo en que utilizamos el lenguaje en los niños será el modo en que ellos crezcan, aprendan e incorporen el mundo que les rodea. Por lo tanto si usamos un lenguaje negativo, ese será el modo en que también incorporen la realidad de las cosas y la manera en que aprendan a relacionarse.
Usar el lenguaje propositivo en los niños no indica una falta de autoridad, por el contrario permite al niño actuar, explorar, aprender y divertirse pero, en ciertos momentos donde sabemos que ellos corren riesgo, el modo en que debemos hablarles puede hacer la diferencia. Así, frente a situaciones de peligro, si les hablamos con lenguaje negativo, esto produce miedo e inseguridad en sí mismo. Pero, por el contrario, si explicamos la situación y empleamos el lenguaje propositivo, entonces los niños sabrán las razones de la advertencia y no se limitarán a ver (observar) solo el reto.
¿Cómo podemos darnos cuenta si estamos usando lenguaje negativo o propositivo con los niños?
Hay dos formas de poder reconocer el lenguaje negativo:
- Usando frases en modo negativo. Es decir, frases que contengan la negación dentro de la oración. Por ejemplo: “No comas con las manos”
- Usando frases que produzcan una parálisis (desde el aspecto psíquico) en los niños y no les permita explorar, divertirse (aunque con precaución). Por ejemplo: “Te vas a caer de ahí”.
Ambas formas de utilización de lenguaje negativo son limitantes. Entonces, una forma de no limitar a los niños pero sí de cuidarlos es usando el lenguaje propositivo.
¿Cómo usar el lenguaje propositivo?
- Una palabra sin convicción, es una palabra vacía. Podemos decirle muchas cosas a un niño pero si nosotros mismos no las creemos, difícilmente tendremos algún efecto positivo en ellos. Entonces, para poder proponer este tipo de lenguaje debemos (de algún modo) aplicar el lenguaje positivo en nuestras vidas. Empezar a ver el mundo sin tanta negatividad puede ser el comienzo de una excelente opción de vida. Y, por sobre todas las cosas, veremos cambios radicales en la forma de percibir, sentir y construir el mundo de nuestros hijos.
- Cambia las frases limitantes por frases en la que él/ella comprenda que tú te preocupas por él y no deseas que se lastime pero que le instas a que juegue, aprenda y se divierta. Por ejemplo:
- En vez de decir “No toques eso”, puedes decirles “¿Quieres tocar eso? Ven! Te lo enseño”.
- Busca una solución junto a tu hijo. A muchos padres les ocurre que sus hijos hacen berrinches en medio de una reunión familiar o en un lugar público. En vez de decirles “No llores”, prueba diciéndoles “Busquemos juntos una solución a este problema”.
Frases en lenguaje propositivo
- No interrumpas a los adultos (lenguaje negativo) – Cuando los adultos hablan los niños permanecen en silencio hasta que llegue su momento para hablar (lenguaje propositivo)
- Eso se te va a caer si no lo sujetas bien (lenguaje negativo) – Sujétalo con fuerza así no se cae ¿Sabes? (lenguaje propositivo)
- Te vas a lastimar (lenguaje negativo) – Mira bien por donde andas (lenguaje propositivo).
- ¡No grites! (lenguaje negativo) – Dime ¿qué podemos hacer juntos que te guste pero sin que gritemos? (lenguaje propositivo)
- No te muevas de la silla (lenguaje negativo) – Debemos mantenernos quietos ahora.(lenguaje propositivo)
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© 2018 El lenguaje propositivo y cómo utilizarlo con los niños .María Eugenia Daney. Escuela de padres del Blog educativo Educapeques