Las heridas emocionales constituyen una variedad de consecuencias psicológicas y de emociones negativas, que generalmente se suscitan durante la infancia a través de ciertas experiencias que suelen ser más que ingratas.
Estas heridas emocionales suelen tener relación con los traumas de la infancia y ocurre que en muchos casos, condicionan la vida de las personas afectadas.
Para muchas de estas personas, no es fácil exponer el tema del sufrimiento emocional en sus vidas, por lo que es recomendable buscar ayuda para saber por qué se producen, cómo identificarlas y poder sanarlas.
De esta manera, es necesario investigar sobre todos los medios que nos permitan recuperar el equilibrio mental y seguir adelante con nuestras vidas.
¿Qué son las heridas emocionales?
Podemos asumir que las heridas emocionales son lesiones psicológicas, que se originan durante la infancia y que si no las tratamos debidamente, repercuten significativamente en nosotros cuando somos adultos.
Estas heridas son secuelas de experiencias que nos han causado un dolor profundo, por lo que es importante encontrar una forma que nos ayude a gestionar nuestras emociones.
Es normal sentir emociones negativas, pero el problema se presenta cuando no somos capaces de resolverlas, causándonos malestar y una vida con muchas frustraciones.
¿Cómo se originan las heridas emocionales?
Las heridas emocionales pueden originarse, producto de malas relaciones con la madre, el padre o el entorno familiar y social.
Los seres humanos podemos manifestar heridas emocionales y psicológicas, que están muy presentes y que se hacen evidentes y otras que no son tan notorias, pero pueden existir y causarnos conflictos internos.
¿Cuándo somos más susceptibles a tener estas heridas?
Según coinciden algunos especialistas, el impacto más profundo de las causas de las heridas emocionales está determinado durante las etapas del desarrollo infantil; es decir, desde los 0 a los 4 años.
Por mucho que nuestros padres o cuidadores se hayan esforzado por darnos una crianza respetuosa y con amor, que forjara vínculos afectivos y emocionales positivos; para muchos expertos, existe la convicción que todos tenemos heridas emocionales que suelen generarse en nuestros hogares y sobre todo durante nuestros primeros años de vida.
Los sentimientos que nos causan dolor, rabia, ira, miedo, tristeza o un sentimiento de soledad, crean heridas, que en ocasiones desconocemos que se albergan en lugares escondidos de nuestra mente.
Las heridas emocionales causadas durante la niñez suelen ser las más difíciles de sanar y debido a esto, las personas en la etapa adulta que no controlan sus emociones, suelen actuar de manera visceral y son difíciles de hacer entrar en razón.
¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene heridas emocionales?
Los expertos piensan que las heridas surgidas durante la infancia, de alguna manera pronostican, cómo será nuestra calidad de vida cuando seamos adultos.
Si estas lesiones emocionales no se tratan por medio de terapias dirigidas por especialistas, impiden que el individuo lleve una existencia plena e incluso, se le hará difícil afrontar pequeños retos personales y sociales en las diferentes etapas de su vida.
Los signos de las personas con heridas emocionales y psicológicas, suelen evidenciarse con una gran cantidad de variables, pero generalmente se manifiestan con síntomas o trastornos de ansiedad, pensamientos obsesivos, problemas del sueño, actitud defensiva, entre otras condiciones que reflejan inestabilidad emocional en niños y adultos.
Resumiendo:
Hay varias señales que pueden indicarnos que el niño sufre heridas emocionales
- El niño se muestra rebelde.
- Estados frecuentes de Ira o Rabia.
- Periodos continuos de tristeza.
- Cambios de comportamiento.
- Poca comunicación.
- Miedo a nuevas experiencias o retos.
Las heridas emocionales en la niñez
Las heridas emocionales que aparecen debido a un pasado infantil traumático, suelen originarse, por padres, cuidadores o por los principales referentes afectivos del niño, que son maltratadores, negligentes o están ausentes.
No es fácil que las personas lidien con un pasado traumático y es aún más complicado, cuando esas marcas se originaron en una edad temprana, cuando el niño carece de estrategias personales para manejar y entender las circunstancias por las que pasa.
Por lo tanto, es común que acontezcan experiencias dolorosas que generen heridas emocionales durante la infancia, que terminarán dejando una huella en su personalidad.
En otros casos, las heridas emocionales se originan porque los pequeños no cuentan con una madurez que les permita interpretar sus impresiones y sensaciones de forma adecuada, dando espacio para una interpretación distorsionada de la realidad. Por lo tanto, el descuido de los padres puede llevar al peque a tener una interpretación catastrófica.
Heridas emocionales de la infancia más comunes
Aunque existen infancias que se pueden considerar como verdaderamente felices, en alguna ocasión, muchas personas han vivido alguna situación que ha dejado cicatrices.
Según los especialistas, existen 5 heridas emocionales de la infancia muy comunes, que te mencionamos a continuación:
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Miedo al abandono: Las personas que han experimentado abandono durante su infancia, pudiendo ser por falta de afecto, compañía, protección o cuidado, suelen tener un enorme miedo o fobia al abandono.
La herida emocional que causa el abandono en la infancia, suele generar una gran carencia afectiva en sus relaciones personales y afectivas o podrán sufrir de dependencia emocional.
- Miedo al rechazo: El miedo al rechazo causa heridas muy profundas, ya que esto implica que las personas sienten aversión hacia sus pensamientos, sentimientos e incluso a hacia sí mismo.
Generalmente, las heridas que surgen del miedo al rechazo se originan por parte de los padres, familiares cercanos o de personas allegadas a su entorno.
- La falta de afecto: Esta herida esta generada por el miedo a no ser querido, a no recibir el afecto que el niño necesita, percibiendo que no le quieren aunque no sea así.. Desarrollan un estilo de apego inseguro que puede desencadenar en abuso de sustancias o excesivas relaciones, ya que ninguna de ellas llena esa carencia afectiva.
- La traición: Otra herida emocional es la falta de confianza generada por una traición. Los niños son confiados por naturaleza y para ellos es muy importante la confianza y la fidelidad, una pequeña traición por insignificante que parezca puede ser una autentica catástrofe para los sentimientos del niño. Este miedo suele traducirse en personas reservadas, que siempre sospechan de los demás y que están en alerta constante.
- La humillación: Una humillación provoca el miedo a no ser aceptado, se percibe atacado en lo más hondo.
Este miedo es parecido al miedo al rechazo, pero en este caso no tiene por qué provenir de un grupo, puede ser humillado por una sola como sanar heridas emocionales. Las personas necesitan percibirse aceptados por sus iguales, cuando esto no ocurre dará lugar a una herida emocional que se caracteriza por la búsqueda de aceptación a toda costa, aun teniendo que recurrir a la humillación que provoco el miedo.
Como sanar heridas emocionales en niños
Ya hemos hablado que las heridas que sufren los niños en sus emociones pueden ser causadas por el rechazo, el abandono, el abuso, la negación o la traición.
Finalmente te dejamos hay algunos consejos para ayudar a sanar sus heridas:
- En primer lugar, es importante que el niño sepa que no está solo. Asegúrese de que el niño tiene adultos en su vida que lo quieren y lo respetan. Estos adultos pueden ser familiares, amigos, maestros o miembros de la comunidad.
- También es importante ayudar al niño a expresar sus sentimientos. Esto puede ayudar al niño a comprender lo que está sintiendo y a comenzar a procesar lo que le ha pasado. El niño puede beneficiarse de hablar con un terapeuta o asistente social.
- Ayudar al niño a establecer límites seguros también puede ser útil. Esto le ayudará a saber cuándo y cómo expresar sus sentimientos. También le ayudará a establecer límites seguros con otras personas.
- Enseñar al niño a tomar decisiones inteligentes y saludables también puede ser útil. Esto le ayudará a tomar el control de su vida y a tomar decisiones que sean mejores para él o ella.
- Finalmente, es importante que el niño sepa que puede confiar en nosotros. Asegúrese de que el niño sepa que puede hablar con nosotros sobre lo que está pasando.