Las emociones positivas y negativas: Todos tenemos en la mente, aún los niños, lo que evoca en cada uno de nosotros la Navidad. Tenemos recuerdos de navidades anteriores, de cómo lo celebramos, de lo que nos regalaron..La publicidad y los medios también nos influyen mucho con sus campañas navideñas siempre con mensajes asociados con encuentros familiares, armonía, felicidad, regalos, compras..
Las ciudades en estas fechas se tornan en un ambiente navideño con adornos en las calles, luces, villancicos, eventos culturales.
Estamos inmersos dentro del ambiente navideño, huele a Navidad, pero..
Las emociones positivas y negativas
¿Cuáles son las emociones positivas y negativas que genera esta época navideña? ¿Son todas tan positivas como nos lo pinta la publicidad?
Sabemos que no. Y desde luego la respuesta es muy personal. Habrá quien disfrute mucho de esta época, en cambio hay quienes no les gusta nada, incluso que puede ser deprimente.
Lo que es un hecho es que es una época que no deja indiferente a nadie, evoca muchos recuerdos, mezclados con ideales, con afecto, con economía, con convivencia.
La Navidad genera tanto emociones positivas como negativas (aunque de éstas últimas no hable nada la publicidad).
Emociones positivas:
Alegría, gozo, paz, ilusión, amor
Para muchas personas la navidad está asociado a:
- Reencuentros familiares gratos
- Tradiciones agradables
- Vacaciones
- Regalos
- Espiritualidad
Emociones negativas:
Tristeza, decepción, estrés, soledad
Para otras personas la navidad está asociado a:
- Bullicio, saturación en comercios y en las calles
- Gastos excesivos
- Recuerdos tristes por aquellos que ya no están
- Añoranza por no estar cerca de los seres queridos
- Sensación de soledad
- Relaciones familiares tensas
Para otros, se trata de una combinación de emociones positivas y negativas.
Cómo proteger nuestro equilibrio emocional y el de los niños durante esta época
La época de navidad genera en cada uno de nosotros un desgaste y muchas veces un descontrol sino sabemos llevarlo adecuadamente, incluso para aquellos a quienes genera emociones positivas.
Por ello, es muy importante aprender a protegernos y proteger a los niños de cuidar nuestro equilibrio emocional y disfrutar verdaderamente de estas fechas, sin tener que pagar un alto precio por ello.
He aquí unas sencillas pautas:
Evitar excesos
Tanto en la comida, la bebida, las compras, las celebraciones no es bueno para nuestro cuerpo, ni para nuestras emociones, ni para nuestro bolsillo dejarse llevar por los excesos, que siempre pasarán tarde o temprano factura. Que tengamos tanta comida en la mesa u ofertas irresistibles para comprar, no significa que tenemos que tomarlas todas.
La famosa cuesta de enero, no sólo se refiere al tema económico, es como si entrásemos en una resaca después de la vorágine de la Navidad: Se acabó la fiesta y ahora a recoger los platos rotos.
Planificar mejor las compras
A medida que avanza diciembre las calles y los centros comerciales comienzan a saturarse de gente y esto puede ser muy estresante para muchas personas, así que, lo mejor es comprar con tiempo y de una manera planificada, a ser posible con unas ideas claras acerca de lo que queremos comprar y siempre de acuerdo con nuestras posibilidades reales. El detalle y el afecto es lo que realmente importa.
Preparase para momentos tensos o difíciles
Las familias atraviesan por momentos difíciles en la vida. Puede haber muertes recientes, familiares lejos, separación y rupturas, problema entre algunos de sus miembros. La prudencia y la empatía, son en estos casos nuestros mejores aliados. Si no sabemos cómo abordar temas peliagudos, lo mejor es permanecer callados. Es válido mostrar cómo nos sentimos, pero siempre tomando en cuenta cómo pueden tomarlo los demás.
También es importante hablar con los niños acerca de cómo podrá ser el ambiente para que no les tome por sorpresa – este año que murió el abuelo, es posible que la abuela se sienta un poco triste. Podemos darles algunas pautas acerca de lo que es indicado hacer o dejar de hacer según las circunstancias concretas.
Comprender más profundamente el sentido de la Navidad
Lejos de la opulencia y los excesos en los que hemos convertido esta fiesta, recordemos el origen de la misma: Dios que amó tanto al mundo, mandó a su hijo para salvar a las personas y traer esperanza. Celebramos que el hijo de Dios nació de la manera más humilde y no por ello desmereció el plan que tenía encomendado. Independientemente si se es creyente o no, la Navidad trae un mensaje de humildad, sencillez, esperanza y propósito… ¡son las buenas nuevas! y este mensaje tan positivo es el que deberíamos de tener presente y enseñarlo así a nuestros hijos.
Que es bueno recibir muchos regalos, comer turrón y celebrar juntos, pero lo verdaderamente valioso de la Navidad es aquello que no se puede ver, pero se puede palpar que no es otra cosa que el amor y ese es el que tenemos que cuidar no sólo en estas fechas sino en el día a día, durante todo el año.
¡Felices fiestas!
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