El ser humano, es un ser emocional por naturaleza. Las emociones forman parte de la persona y cumplen una importante función para su desarrollo, supervivencia y adaptación. Todas las emociones forman parte del ser humano, incluidas las que denominamos emociones negativas, es cierto que estas emociones pueden causar dolor y malestar en un principio, pero son necesarias para la maduración, el desarrollo y la supervivencia.
Las emociones negativas
A menudo tendemos a proteger a nuestros niños y niñas de sus emociones negativas, tendemos a evitarles disgustos y frustraciones, y de este modo pretendemos alejarlos del malestar emocional. Pero esta tendencia es perjudicial y negativa para ellos, experimentar las emociones les ayudara a su desarrollo y a una gestión positiva de las mismas.
La vida es una sucesión de acontecimientos, algunos positivos y otros negativos, cada uno de ello supone un aprendizaje. No importa que vengan cosas malas, lo importante es nuestra actitud ante las adversidades y nuestra capacidad de enfrentarnos a ellas y afrontarlas de un modo positivo.
Las emociones negativas aparecen unidas a las adversidades, conflictos y todo aquel acontecimiento que puede suponer un cambio.
En un primer momento de evolución de la especie, estos acontecimientos suponían un peligro o amenaza y la eficacia de las emociones negativas determinaba la supervivencia o no. Así el miedo ante un animal salvaje, nos hacía protegernos de el mismo, el asco ante comida en mal estado, nos protegía de una ingesta perjudicial, etc.
Es cierto que actualmente las situaciones o adversidades son de otro tipo, pero las emociones siguen cumpliendo la misma función. Las emociones perjudiciales, aunque pueden ser desagradables nos permiten avanzar en nuestro camino y nos suponen un aprendizaje muy útil.
El valor de las emociones negativas.
El valor de las emociones desfavorables es indiscutible. No podemos, ni debemos privar a los niños y niñas de dichas emociones.
Ejemplos de emociones negativas
Veamos un ejemplo: No pasa nada si un niño suspende un examen y se siente frustrado y triste. Si le dejamos que experimente sus emociones, le dejamos tiempo para identificarlas, reconocerlas y para que cumplan su función, en este caso, la reflexión sobre lo ocurrido y la reacción, será positivo para el niño.
Estará por un lado aprendiendo a tolerar la frustración, sin dejar que esta emoción llegue a controlarle y por otro lado estará desarrollando estrategias para gestionar sus emociones y recursos para reaccionar ante la situación de suspender un examen.
En cambio sí evitamos que el niño se sienta mal cada vez que suspende un examen, no podrá tolerar la frustración cuando esto ocurra, no desarrollará estrategias para afrontar la adversidad. De este modo es probable que ante futuros exámenes, se bloquee, se ponga nervioso, etc.
4 Consejos para Educar las emociones negativas.
Finalmente te enseñamos 4 pautas eficaces para educar las emociones negativas en los niños:
- Educar las emociones, supone enseñarles a vivir con ellas y aprovechar lo que nos aportan.
- Deja que experimenten las sensaciones y emociones, no trates de reprimirlas.
- Edúcales con tu ejemplo y enséñales así que es algo normal y natural sentir emociones.
- Muéstrales acciones para gestionar de un modo positivo las emociones negativas.
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Os dejamos una selección de libros recomendados sobre la gestión de emociones negativas e inteligencia emocional:
