Llega otro verano y los padres no saben dónde dejar a sus hijos mientras están trabajando. La solución puede ser llevarlos a un campamento de verano, un lugar donde se relacionarán con otros niños y seguirán aprendiendo mientras se lo pasan en grande.
Muchos padres piensan lo rápido que pasa el tiempo. Parece que hace poco habían traído a su pequeño bebé del hospital. Le compraban ropa, zapatos y Juguetes para bebes, pero los años van pasando y ahora se van haciendo mayores y necesitan de otras actividades que les ayuden a desarrollarse como personas.
A los papás les cuesta mucho ir desprendiéndose de sus pequeños, dejar que ellos vayan haciendo cosas de manera independiente. Pero la realidad es que a ellos les viene bien poder disfrutar de actividades que se adapten a su edad, que les ayude a aprender y a seguir con su formación.
El verano es una época del año que puede traer bastantes conflictos en casa. Los padres siguen con sus horarios laborales pero los más pequeños no tienen clase. ¿Qué hacemos con los niños ahora? Hay que buscarse la vida e intentar que un vecino, amigo o los abuelos se queden todo el tiempo que los padres trabajan con los niños. Para que esto no ocurra verano tras verano y los niños disfruten del buen tiempo mientras se relacionan con otros niños, sigan absorbiendo conocimientos y empiecen a aprender a adaptarse al entorno por sí solos han nacido los Campamentos Aventurama, campamentos de verano donde los pequeños de la casa podrán disfrutar de unas vacaciones diferentes.
Padres más tranquilos
Los campamentos de verano son una solución perfecta a la pregunta de todos los años “¿Con quién dejamos a los niños mientras trabajamos?”. El período de vacaciones estivales siempre trae problemas con los horarios laborales de los padres. Los niños no pueden quedarse solos en casa pero los padres no pueden dejar de trabajar los tres meses que dura el verano.
A veces, los abuelos son los que se quedan con los pequeños pero hay que entender que las fuerzas de los mayores, tal vez, no aguanten las ganas de los nietos de querer pasarse el día jugando en el parque. Y que los abuelos también tiene derecho de hacer sus propios planes.
La llegada del verano no significa que los niños no tengan que seguir aprendiendo. Como se han pasado todo el año estudiando ahora solo deben jugar. No. Hay un momento para todo y se puede aprender haciendo cosas divertidas. Los campamentos de verano ayudan a que los padres no tengan que preocuparse de dónde pasa su hijo el tiempo o con quién mientras aprenden jugando.
Por qué decir sí al campamento de verano
Quizá haya algunos padres que tengan algunas dudas sobre dejar a sus hijos en un campamento de verano. Los profesionales explican que estos lugares son una buena manera de enseñar al niño a tener habilidades sociales y adquirir otros conocimientos mientras se divierten.
Al pasar tiempo con otros niños de su edad aprenderán a relacionarse con otras personas tanto mayores (los monitores) como otros niños de su edad. También la importancia de que en un grupo hay que compartir y disfrutarán de hacer nuevos amigos que quedarán para siempre.
Aunque es importante que el niño disfrute de la experiencia también debe seguir un horario y tener ciertos hábitos como recoger su parte del cuarto y llegar a tiempo a las actividades que se hayan planeado.
En los campamentos pueden adquirir más conocimientos mientras se lo pasan bien de otros idiomas y desarrollar sus habilidades más creativas. Será toda una experiencia que ayudará a los niños a ir tomando conciencia de quienes son, sus gustos y probar actividades nuevas que les enriquezcan y les enseñe más sobre ellos mismos.
Un campamento de verano no solo ayudará a que los padres estén más tranquilos mientras trabajan, también ayudará a crecer como personas a sus hijos mientras juegan y disfrutan.