Los viajes en coche son una buena ocasión para que nuestros hijos conozcan el medio que los rodea y descubran el placer de viajar. Sin embargo, los desplazamientos de larga duración pueden resultar demasiado largos y aburridos, sobre todo en edades tempranas, generando en nuestros pequeños sensación de aburrimiento, malestar e incluso rabietas. Situaciones como estas pueden provocar un ambiente de estrés y aumentar el riesgo en la conducción. Por ello, es recomendable aplicar métodos que eviten toda peligrosidad en el viaje: desde la elaboración de un buen plan de viaje, ayudándonos de guías online como las de 101viajes, hasta la creación de una lista de juegos que permitan que el tiempo se nos pase volando.
Según un estudio sobre los principales accidentes por edades, las rabietas aparecen como una expresión de la frustración que siente el niño con respecto a lo que este espera del entorno y que no logra conseguir. Las rabietas surgen, así, como respuesta ante un “no” del adulto. Esta simple expresión comienza a ser comprendida por nuestros hijos a partir de los 11 meses y marcará un hito fundamental en su comportamiento y en la relación con su entorno, recoge este estudio.
Entre los 3 y los 6 años, las rabietas pueden llevar consigo reacciones agresivas y comportamientos “de niño pequeño” para llamar la atención de los padres y obtener lo que quieren. Esto ocurre a menudo ante situaciones de aburrimiento, como por ejemplo en los viajes de larga duración. Uno de los sistemas más efectivos para evitar este tipo de comportamientos es enfrentare al problema de raíz: es decir, eliminar o reducir el grado de aburrimiento que sienten. Los juegos se convierten en estas situaciones en un método eficaz, algunos de ellos, son ya un clásico:
- El “Veo, veo”: conocido por todos, el “Veo, veo” mantendrá a nuestros hijos ocupados al mismo tiempo que desarrollan su creatividad y su habilidad para adivinar las respuestas.
- Las palabras encadenadas: martillo-llorón-ronquido… Además de mantenernos entretenidos, este juego permite que nuestros hijos ejerciten su memoria y su capacidad para relacionar palabras que comparten sílabas similares.
- Cantar canciones: este es un juego que puede durar horas, tantas como CDs de música tengamos en el coche. Además, es una buena ocasión para hacerles descubrir todo tipo de estilos musicales.
- Matrículas: este juego es particularmente interesante para aquellos niños que están aprendiendo a sumar y restar en el colegio. Aprovechando la circulación de otros vehículos, podremos hacer un concurso entre todos los viajeros. Ganará aquel que consiga sumar con mayor rapidez, los números que componen las matrículas del resto de vehículos.
- Cuentos: contar historias ha sido desde tiempos inmemorables una técnica infalible contra el aburrimiento, que con frecuencia conduce a los más pequeños hacia un profundo sueño. Por eso, cuando se trata de un largo viaje en coche, los cuentos son uno de nuestros mejores aliados.
Estas son solo algunas propuestas que pueden hacer que nuestro viaje se desenvuelva en un ambiente más calmado y de disfrute. El juego es además una actividad importante durante la infancia que, como recoge el estudio anteriormente citado, resulta indispensable para el desarrollo físico, mental, afectivo y social de los niños.
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