Siempre digo que el desarrollo motor es como una escalera, que el niño necesita lo que ya ha aprendido para seguir apoyando otros aprendizajes, un ejemplo son los reflejos de caída que se desarrollan en el gateo y que tienen mucha importancia cuando el niño ya anda para ser capaz de poner las manos en el suelo de forma refleja cuando se cae y evitar hacerse daño.
Pero cuando no respetamos el movimiento del niño, los colocamos en aparatos que les impiden moverse (hamacas, parques…), cuando los colocamos en posturas a las que no llegan por si mismos: los sentamos antes de que ellos solos sean capaces de hacerlo, los ponemos de pie… a veces, el niño puede saltarse etapas. Un ejemplo muy común es la cantidad de niños que se saltan la etapa de gateo porque el adulto lo ha sentado antes de que el bebé lo hiciera por sí mismo, como él no ha llegado hasta esa postura, es muy difícil que el niño se atreva a echarse al suelo y gatear, por lo que suele sustituirse por arrastrarse sentado, postura que no sustituye al gateo y que para nada tiene los beneficios de este.
Las prisas no son buenas y sabemos que cada niño es diferente y lleva un ritmo, pero lo que está demostrado es que todos los niños (si no hay ningún tipo de dificultad) pasan por las mismas etapas, aunque a un tiempo distinto. La marcha, que el niño aprenda a andar, aparece entre los 9 y los 18 meses, como veis, un abanico muy grande. Pero que un niño ande antes no significa que sea mejor o más listo, lo que es realmente importante es que lo haga cuando esté preparado.
¿Y cuándo esta un bebé preparado para aprender a andar?, ¿Cuándo cree el adulto?
No, el bebé está preparado para ponerse de pie, para andar cuando lo hace por sí mismo, sin ayuda de ninguna persona ni de ningún aparato. Además, que un niño continúe gateando pasado el año o continúe gateando aunque ya ande no es negativo, al contrario.
Está muy extendida la idea de que hay que enseñar a andar a los bebés, de que necesitan aparatos para ello o entrenamientos por parte del adulto “haciéndolos andar” cogidos de las manos, del tronco… ¿Quién no ha visto a un adulto llevando a un bebé de las manitas enseñándole a andar?
Pero lo que muchas personas no saben es que cuando hacemos esto:
-El niño, no trabaja el equilibrio y su centro de gravedad, esa función la asume el adulto.
-Los apoyos de los pies no son los mismos de si se levantara por sí mismo y anduviera solo, en reparto del peso no es el correcto, favoreciendo andar de puntillas…
-No dejamos que desarrolle la marcha lateral, cuando un niño se pone de pie por sí mismo, sin ayuda, se pasa unos 3 meses andando agarrado a los muebles o las paredes de forma lateral, no avanzan hacia adelante, sino de lado. En cambio, al darles las manos para andar o colocarlos en un taca taca o cualquier otro aparato, el niño avanza hacia adelante y se salta la marcha lateral.
-En estos meses (2, 3 en función de cada niño) desde que el niño se pone de pie hasta que da sus primeros pasos también juega con sus piernas poniéndose de pie agarrado, volviendo abajo, otra vez arriba, dando unos “pequeños saltos” (sin levantar la planta del pie del suelo, lógicamente, moviendo las rodillas) toda una preparación que se pierde si les damos las manos para andar.
-se mueven por encima de sus posibilidades.
-les estamos haciendo hacer algo para lo que no están preparados (aunque nos parezca que les divierte).
El problema está cuando un adulto ya ha “puesto a andar” a un bebé, cuando ya le ha dado las manitas y le ha hecho avanzar y descubre que no es adecuado para el niño y su desarrollo.
¿Qué podemos hacer?
Volver atrás y acompañarles.
Favorecer la etapa en las que realmente está y no en la que a nosotros nos gustaría que estuviera. Colocarlo en el suelo boca arriba y observar qué es capaz de hacer por sí mismo y no colocarlo en posturas a las que no llega por si mismo, favoreciendo de esta forma que voltee, se coloque boca abajo, se arrastre por el suelo y repte, gatee, se siente, se ponga de pie y finalmente ande, pasando por todos los escalones para que su escalera quede bien formada (escalones que necesitará más adelante cuando se enfrente a la lectura, a la escritura, al cálculo… por sorprendente que nos parezca)
¿Y si no les enseñamos a andar, qué hacemos en este proceso?
-En ese camino nosotros tenemos que estar presentes y darles la seguridad emocional que necesitan: cogerlos cuando se cansen de estar en el suelo, tumbarnos a su altura, disfrutar juntos.
-Ponerles ropa cómoda, que no dificulte los movimientos: evitar capuchas, pantalones vaqueros…
-No utilizar zapatos, los bebés no necesitan llevar zapatos hasta que no anden por la calle (por si se hacen daño con algo que hay en el suelo) las bóvedas del pie necesitan desarrollarse con el pie apoyado, sin un zapato. El pie está preparado para ello. Cuando esté en un entorno donde no pueda clavarse nada, como en casa, siempre habrá que favorecer que lo hagan descalzos (con calcetines si hace frío). Lógicamente mucho menos necesarios son los zapatos cuando el niño todavía no anda.
-Preparar un espacio adecuado para el movimiento: una superficie dura (la cama por ejemplo dificulta el movimiento, a la vez que es peligroso ya que se pueden caer), vigilar enchufes, muebles que les puedan volcar… ofrecerles espacios para investigar, para moverse, para aprender.
-No utilizar aparatos que les restrinjan o dificulten los movimientos: hamacas, tacatás, andadores, parques…
-No colocarlos en posturas a las que no llegan por sí mismos.
En resumen: acompañarlos, darles tiempo y espacio.
Laura Estremera Bayod
Maestra de audición y lenguaje, Técnico superior en educación infantil, autora de Criando.
Página de facebook: https://www.facebook.com/actividadesparaguarderia
Blog: www.actividadesparaguarderia.blogspot.com
Puedes descargarte mi libro Criando gratuitamente: http://www.bubok.es/libros/245841/CRIANDO
En la Odontologia el gateo es muy importante para prevenir los traumatismos dentales, tanto con los «dientes de leche » como en los dientes definitivos porque no»saben» poner las manos cuando se caen. «Puericultura odontologica » es la enseñanza que realizamos en la Asignatura Odontologia Preventiva del Bebe y Embarazada de la Facultad de Ciencias De la Salud de la Univ.Argentina J.F.Kennedy.