Pedir perdón tiene un significado bastante singular: se trata de hacernos cargo que, lo que hicimos (o hemos hecho con frecuencia), no está bien. Para empezar a aprender a pedir perdón, es necesario tener conciencia de lo acabamos de hacer o manifestar.
Además, el hecho de pedir perdón o pedir disculpas significa que estamos dispuestos a asumir las consecuencias y, además, a reparar el mal causado.
Hoy te vamos a dar los mejores consejos para aprender a pedir perdón y actividades para realizar en clase o en casa para enseñar a los niños a pedir disculpas.
Consejos para ayudar a los niños a pedir perdón
- Identificar y valorar lo que han hecho mal y expresarlo con claridad: cuando les ayudamos a identificar y precisar las conductas por las que merecen pedir disculpas, entenderán la dimensión de lo sucedido, con más facilidad y rapidez.
- Debemos ayudarles a entender el malestar propio y ajeno: debemos estar atentos a sus reacciones e incentivarlos a poner palabras a sus sentimientos y a los de las otras personas, con el fin de que vayan aprendiendo a pedir perdón.
- Establecer límites con moderación: más que enfadarnos y reprenderlos con palabras agresivas, debemos señalarles y explicarles la falta que han cometido y sugerirles, con amor (pero con firmeza), que deben hacer algo que sea reparador para el afectado.
- Enseñarles que todo acto tiene consecuencias: en caso de que la conducta del pequeño haya sido, sorprendentemente negativa, les debemos exigir que pidan disculpas, al tiempo que, también, puede ser muy efectivo que le aconsejemos de hacer un regalo o un dibujo, para entregárselo al afectado.
Aunque estén aprendiendo a pedir perdón, no debemos bajar la guardia.
- No insistirles en pedir disculpas a toda costa: obligar a un niño a que manifieste lo que no está sintiendo, puede que sea contraproducente y lo acostumbre a mentir. Es más importante (y necesario) que comprenda que algo ha hecho mal y que, de paso, se debe arrepentir con sinceridad y no con actitudes ficticias.
- Evitar los bloqueos: la mayoría de los niños se quedan bloqueados cuando, sencillamente, les decimos u ordenamos “pídele perdón a…”. Lo mejor será, ofrecerle alternativas como, por ejemplo, “acércate a tu amiguito y obséquiale con una golosina”,o “acércate a tu mamá y dale un beso pero, si lo prefieres, dile que lo sientes por haberle gritado ésta mañana”.
- Distinguir errores de acciones deliberadas: cuando hablamos de “acciones deliberadas” estamos aludiendo, por supuesto, a los niños que ya tienen la capacidad de discernir entre una mala acción involuntaria y una mala acción consciente del daño que va a producir. Esto realmente solo se puede entender a partir de los 2-3 años de edad.
Retomando el hilo conductor de este método, tenemos que debemos dejarle claro al niño que, algunas veces, todos los seres humanos nos equivocamos y debemos sentirlo y repararlo.
En otras ocasiones, sin embargo, los niños hacen cosas que saben que están mal, porque están enfadados o inmersos en una rabieta estruendosa.
Es preciso enseñarles que, no por el hecho de estar furiosos, podrán hacer daño a los demás, porque con ese patrón de conducta no están aprendiendo a pedir perdón.
Para completar estos consejos hemos elaborado diferentes actividades para poder realizar en clase o en casa
Actividades para aprender cómo pedir disculpas
Enseñar a un niño cómo pedir disculpas puede resultar muy sencillo para algunos niños pero extremadamente complejo para otros aunque, sin dudas, para todos los niños es necesario aprender a pedir perdón.
Veamos, a continuación actividades para aprender a pedir disculpas.
Aprendiendo a pedir perdón
Materiales: 2 dados
Se colocan todos los niños sentados en forma de círculo. Luego uno de los niños arroja los dados; si la suma de los dos dados da un número par, entonces el niño que arrojó los dados debe confesar a su compañero de la derecha (o a quién designe la docente) que ha hecho algo malo. Esto puede ser algo real o inventado. Luego, el niño perjudicado debe decir de qué forma le perdonará. Por ejemplo: para perdonarte deberás… saltar con un pie 50 veces.
Si la sumatoria de los dados arroja un número impar entonces los niños pueden escoger una prenda para quien ellos deseen.
El objetivo del juego en concienciar que todo acto dañino hacia otro tiene consecuencias y que cada niño debe responsabilizarse por ello.
Jugando a los piratas
Materiales: papeles de colores donde se realicen las siguientes descripciones:
- Pirata barba negra: este pirata es un pirata malvado. No le importa nada de nadie. Es grosero y no quiere a nadie.
- Pirata piedra buena: este pirata es un buen hombre, ha sufrido mucho por lo que no le gusta molestar a nadie pero si le molestan él se sabrá defender. Es un hombre serio pero justo.
- La princesa prisionera. Es una princesa pirata que lleva años cautiva del pirata barba negra. Es una mujer dulce pero también firme. No permite que el pirata barba negra trate mal a otros marineros o piratas.
- Los marineros. Son personas toscas y groseras pero no se meten con nadie excepto que alguien les provoque.
Se escogen 2 niños quienes personificarán a los dos piratas (es mejor escoger a dos niños con temperamento suave y bondadoso), luego una niña hará el papel de la princesa prisionera y finalmente el resto de los niños serán los marineros.
A continuación se le dice al niño que personificará al pirata barba negra que debe molestar al resto de los marineros e incluso a la princesa y al pirata piedra buena de forma verbal y molestándoles para que se sientan mal.
Es importante detener el juego si existe la posibilidad de que los niños riñen.
Trascurridos unos minutos (y luego de que el pirata barba negra empiece a molestar al resto) se detiene el juego y se les pregunta a los niños:
¿Se han sentido así de mal en alguna oportunidad? ¿Ustedes mismos han actuado como el pirata barba negra alguna vez? ¿Por qué? ¿Qué final alternativo se les ocurre para que el pirata barba negra deje de molestar al resto de los marineros (instar para que los niños escojan el perdón del pirata)?
El juego del espejo
No se necesitan materiales en este juego.
Se divide a los niños en parejas (escoger como parejas a niños que no se lleven muy bien). Luego se les indica que deben actuar cómo el compañero de adelante actúa. No necesariamente tiene que ser una imitación sino un espejo donde uno de los niños interpreta algún momento del día del otro niño. Por ejemplo: se puede imitar el llanto del niño (si éste ha llorado recientemente en la escuela), la forma de caminar, la manera de reírse o el modo en que se relaciona con otros niños.
Trascurridos unos minutos se cambia de roles y ahora es el otro niño el que debe imitar al primero.
Al finalizar el juego se realiza una puesta en común sobre cómo se han sentido. Generalmente surgen sentimientos negativos pro la imitación hacia el otro. En este caso se debe hacer hincapié en el reconocimiento de los sentimientos propios y ajenos y finalmente en el perdón de ambos niños.
Me encantan las actividades yo a veces las aplico hasta en la catequesis…
Gracias Margarita por tu comentario y me alegro que te sirvan y las utilices
Buenas actividades para trabajar con los niños, simples, pero ayudan a aplicar y reforzar el concepto del perdón!
Gracias!!