Aprende de tus errores ➤ ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos para que sigan intentando aprender y perseverar luego de fallar o cometer errores?
Un niño suele desmotivarse (y de hecho, los adultos también) tras un error. Es tan común que el 50% de las personas que fallan en el primer intento, luego no quieren aprender o probar nuevamente dicha experiencia debido al error.
Pero no existe aprendizaje sin error. Por tanto, es importante darles la libertad a nuestros niños de que se equivoquen en las decisiones que tomen durante su proceso de desarrollo. Resulta una de las mejores formas de permitirlos madurar y crecer con éxito.
Al permitirles cometer errores, les ofrecemos oportunidades de aprender lecciones sumamente valiosas de las que sólo les quedará una enseñanza a través del ensayo y error.
Lo importante es que, como padres, seamos los guías que los instruyan acerca de cómo seguir adelante luego de haber fallado. Recuerda enseñar: «Aprende de tus errores«
Por qué es bueno aprender a equivocarse
Fracasar siempre es una posibilidad en cualquier circunstancia de la vida. El problema está en que normalmente, los padres, hacemos todo para alejar el sufrimiento de nuestros hijos, justo porque queremos que sean felices.
De manera inconsciente, no los estamos llevando al camino de la felicidad, sino más bien al de una vida llena de frustraciones.
Alejar de ellos la posibilidad de equivocarse y de aprender de los errores es igual a aislarlos de una parte fundamental de la vida.
Además, aunque los padres juegan un rol importante en la vida de los niños, cuando crecen y se independizan deben saber cómo enfrentar problemas por si solos.
Resulta ideal señalarles que una vida alegre no equivale a no tener inconvenientes, sino a tenerlos y saber cómo intentar resolverlos y aprender de ellos lo mejor que se pueda.
Si no les enseñamos a nuestros hijos a aprender de sus errores, eventualmente quedarán paralizados ante cualquier fracaso al que se enfrenten en su vida.
Por supuesto, una parte esencial de ser padre es practicar lo que se enseña. Por ello, tendrás que demostrarle a tu hijo que tú, su modelo a seguir, también aprende de sus errores.
Los elogios: ¿son realmente necesarios?
Es de gran conveniencia conocer todas las capacidades, habilidades, talentos y acciones positivas de nuestros niños.
Usualmente nos enfocamos tanto en corregir aquellas tareas en las que más tienen problemas que nos olvidamos de las cualidades positivas de nuestros hijos.
Expresarles un mensaje de ánimo en relación a una actividad o un trabajo que hayan llevado a cabo con éxito, es una manera de demostrar nuestra felicidad y orgullo por ellos.
Ya que somos sus figuras principales a seguir, es muy importante para ellos obtener nuestra aprobación. Sin embargo, es clave que los elogios tengan fundamento, y que no sean por cualquier motivo.
Las palabras de ánimo más efectivas son aquellas que hacen referencia a acciones específicas.
La idea tampoco es congratular lo bueno y lo malo, sino que nuestros pequeños sepan diferenciar de lo que es correcto y lo que no deben volver a hacer.
Aplaudir las características positivas en las acciones de nuestros hijos les permite continuar esforzándose para lograr sus objetivos. De esta manera, comienzan a apreciar la determinación y el trabajo duro que está detrás de llegar a una meta.
Desventaja de los elogios en el aprendizaje de los errores
Se debe tener cuidado con la aclamación en exceso y sin sentido, porque a veces puede estimular a que la motivación de todo lo que hace tu hijo ya no sea propia.
Tu pequeño podría empezar a realizar tareas con el objetivo de recibir elogios y le restará importancia al hecho de sentirse bien consigo mismo por haber logrado lo que se propuso.
Esto podría crear una dependencia de lo que piensan los demás, por lo que sólo llevarán a cabo acciones positivas si saben que serán aplaudidos por ello.
Por eso es que la mayoría de las personas creen que ser aclamados es motivo de incrementar la autoestima. Como sabemos, este no siempre es el caso, por lo que nuestros hijos podrían caer en una espiral de baja autoestima e inseguridades si no reciben los elogios que esperan. Ya que se ha creado una dependencia de recibir cumplidos con cada acción que realizan, los niños que se acostumbraron a ser elogiados se frustrarán más rápidamente.
Tomarán decisiones seguras para continuar recibiendo aplausos y no se arriesgarán a nuevas oportunidades por el miedo de que la buena imagen que han creado se derrumbe.
Una buena actuación parental es enfocarse en aplaudir el duro trabajo por el cuál han pasado nuestros hijos en relación a un asunto específico en vez de elogiar la acción propia. Por ejemplo, en vez de decirles “¡Eres el mejor de tu clase!”, resulta más conveniente decir “¡Se nota que te has esforzado estudiando para aprender!”.
El descubrimiento de nuevas habilidades y destrezas es uno de los mayores motivos de la felicidad durante los primeros años de vida.
Aplaudir indebidamente cada acción de los pequeños podría ocasionar que nuestros hijos pierdan la capacidad de gozar de lo que han logrado. Por esto, es que es fundamental estimularlos a tener determinación y autonomía, señalando tanto sus fortalezas como sus debilidades, y cómo aprender de estas últimas para evitar volver a fallar en un futuro.
¿Qué hacer para que tus hijos aprendan de sus errores?
Ahora que conoces la relevancia de que tus niños aprendan de sus fallas y reconozcan tanto los aspectos positivos como las equivocaciones en sus acciones, es momento de llevarlo a la práctica.
Te presentamos unos tips que debes tomar en cuenta como padre para que tus hijos sepan cómo seguir adelante, incluso luego de fallar.
- Evitar hacerles ver que los errores son el “fin del mundo”, sino que más bien son una prueba de nuestra determinación a tener éxito en lo que deseamos.
- Darles espacio para que realizan acciones por motivación y esfuerzo propio, sin meter la mano en todo momento.
- No protegerlos en exceso y permitirles todo lo que desean. Enseñarles que la vulnerabilidad no es motivo de vergüenza.
- Instruirlos a ver el lado positivo en lo negativo, y que, si se esfuerzan por lograrlo, podrán convertir sus equivocaciones en éxitos.
- Alejarlos de la idea de que sentirse molesto por haber fallado debe llevar a la frustración. Para ello, no los recompenses por sus rabietas.
- Demuéstrales que tú también cometes equivocaciones y que aprendes de ellas.
- Permite que se propongan objetivos que puedan cumplir, para que, cuando los logren, sientan la satisfacción del esfuerzo realizado.
- No permitas que dejen de confiar en ellos mismos incluso si han fallado, sino que más bien éste sea motivo para continuar intentándolo hasta lograr lo que se proponen.
- Evita regañarlos por equivocarse. Más bien déjalos que se den cuenta de las consecuencias de sus errores. Esto será suficiente motivación para no volver a fallar. Por supuesto, tampoco permitas que hagan lo que quieran.
Otorgarles las herramientas a tus hijos para que sepan cómo superar una falla y crecer a partir del aprendizaje dejado y triunfar en el futuro es una de las tareas más importantes de los padres. No dudes en ponerlo en práctica.
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