Afrontar la vuelta al cole como una oportunidad

La vuelta al cole: Llega el final de las vacaciones de verano y las familias tienen que afrontar el momento de que los niños regresen a la escuela. Seguramente ellos no estén muy contentos con este retorno. Mientras, los padres pueden tener sensaciones contradictorias: algunos se sentirán aliviados porque no tienen tiempo suficiente para estar con sus hijos durante las vacaciones de estos; otros lamentarán no poder seguir disfrutando de las vacaciones de sus hijos.

Cuando el colegio se convierte en fuente de malestar

El caso es que al mes de septiembre siempre le acompaña una sensación de reinicio. No se trata solo de los cursos escolares y lectivos; como también pasa con el inicio del año en el mes de enero, muchos son los que ven la vuelta a la rutina tras las vacaciones veraniegas como una oportunidad de cambiar hábitos.

Esta oportunidad también podemos utilizarla para fomentar que nuestros hijos comiencen su curso escolar con buen pie. Muchos niños no quieren volver al colegio y el regreso les estresa, de modo que ya empiezan con muchas sensaciones negativas y bastante animadversión hacia la escuela.

Estas sensaciones predisponen a los niños contra el esfuerzo en los estudios. El percibir la escuela como “el fin de los meses de diversión” o una obligación diaria, no solo les perjudica en su rendimiento escolar sino también a nivel familiar. Los niños se sienten frustrados y se vuelven más agresivos, tanto con sus padres como entre ellos, causando fricciones entre hermanos y niños amigos y vecinos.

Lograr que los niños estén felices no solo contribuye a acabar con las peleas entre los hijos y mejorar su relación con los padres, sino que mejora también su rendimiento escolar.

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Cambiar el modo en el que los niños perciben la escuela

 

Por eso es necesario que los padres inculquen a los niños una buena relación con la escuela. Hay varias maneras de procurarlo.

  • No separar a los niños de la escuela por completo durante los meses de verano. Muchas escuelas tienen actividades para sus alumnos incluso durante las vacaciones. En caso de no tenerlas, hay campamentos escolares o libros de actividades para que los niños no dejen de aprender y repasar y que no se desacostumbren a ello.
  • Procurar que tengan un entorno de amistades sanas en el colegio. Así estarán deseando volver a encontrarse con sus amigos y verán la vuelta a la escuela como un reencuentro positivo.
  • Incidir en la utilidad de lo que aprenden. Hay que ser pacientes explicándoles el uso que los conocimientos adquiridos tienen en el mundo real, fomentando su curiosidad por querer saber más.
  • Vincular la escuela a actividades que les gusten. Ya sean deportivas o actividades de ocio en grupo que puedan tener utilidad escolar (desde acudir al zoológico o a parajes naturales en la clase de Biología a las excursiones o viajes a museos en las clases de Geografía o de Historia).
  • Es importante que se usen las vacaciones como estímulo que despierte las ganas de aprender cuando llegue el curso escolar. Por ejemplo, si durante las vacaciones la familia viaja al extranjero, tendremos una buena oportunidad de ayudar a nuestros hijos a aprender idiomas, haciendo que se interesen por el idioma del destino.
  • Trazar un plan conjunto a nivel familiar donde se pongan objetivos escolares. Es un modo de motivarles y hacerles sentir que forman parte de un equipo, la familia, y que su rendimiento escolar depende de él pero se encuadra en una responsabilidad familiar. Se pueden usar premios como motivación pero no es bueno abusar de ello, ya que lo ideal es que entienda el beneficio intrínseco de ser un buen estudiante.

El regreso a la escuela es siempre un nuevo comienzo, y como todo nuevo comienzo, proporciona oportunidades de mejora. Aprovechar estas oportunidades para motivar a nuestros hijos es la mejor manera de que encaucen su curso escolar desde el principio.

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