Cuentos infantiles cortos: El cuento de Jorge

Cuentos infantiles cortos: El cuento de Jorge

 

Erase una vez un chico que quería ser escritor, pero no un escritor cualquiera, quería ser el mejor escritor de cuentos que existiese en el mundo. Pero, a pesar de que desde niño tenía una imaginación desbordante, tenía un problema que le impedía contar todas sus historias.

Cada vez que veía un folio en blanco, al pobre le podía la vergüenza y se quedaba como el folio, en blanco.

Por más que lo intentaba, cada vez que se ponía ante uno, era como si todo lo que vivía en su imaginación, desapareciese sin dejar rastro. Buscaba y buscaba, pero no conseguía que quedasen plasmados en el papel. Duendes, princesas, dragones y más personajes se escondían en lo más profundo del cerebro de Jorge, el joven escritor, y aunque les insistía, se negaban a aparecer.

Un día, desesperado ante la idea de que si no le perdía el miedo al gran folio en blanco, no podría alcanzar su sueño, y viendo que no era capaz de escribir dos palabras con sentido, se marchó a dormir, pensando que vendrían las musas o lo que era mejor, sus personajes y le ayudarían a vencer ese bloqueo que le tenía tan asustado

Cansado y con dolor de cabeza, se durmió y pronto todos los personajes que se negaban a plasmarse en el papel, comenzaron a correr de un lado a otro de su cabeza, saltando, gritando y de repente Jorge les llamó y les preguntó:

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-¿Por qué aquí, en mi imaginación corréis sin parar y cuando os llevo al papel os escondéis? ¿Qué hago mal?

– La culpa no es nuestra, si te refieres a eso. – le contestó un pequeño gnomo.

– Entonces… -dijo extrañado Jorge.

– No aparecemos porque tienes miedo a conocernos. – le replicó el gnomo.

– Que va, eso no es así. Pero, ¿y si lo que escribo no le gusta a los demás niños?

–  ¿ves? Eso es lo que te queremos decir – contestó una pequeña hada. –Si tuvieses más confianza con nosotros, no tendrías tantas dudas.

– A todos los niños les gustan los cuentos de héroes, hadas, dragones y demás animalitos y personajes mágicos… – añadió una pequeña ardilla.

– Si, no dudo que tengáis razón. Pero ahora es diferente, los niños no leen tanto como cuando yo era como ellos. Ahora se sientan frente al televisor con esas máquinas de videojuegos y dejan a los libros que cojan polvo en las estanterías. Ya no se sientan a leer y vivir sus aventuras como lo hiciéramos entonces.

–  ¡Te equivocas! – Contestó la pequeña hada con una sonrisa burlona.- A los niños les siguen gustando los libros de aventuras, sólo que tienen que encontrar aventuras que les atrapen de verdad, al igual que les atrapan esos videojuegos con los que pasan el tiempo. Si te fijas bien, también aparecen seres fantásticos en esos juegos, sólo tienes que inventarte con nosotros una historia especial, que les enganche y perder el miedo al folio. Sólo así conseguirás tu sueño.

– ¿Por qué no lo intentas? – le dijo el gnomo dándole una palmadita.

“¿Por qué no lo intentas?”. Con esa pregunta despertó Jorge, atolondrado por el sueño tan extraño que acababa de tener.

“Pues… vamos a intentarlo”, se dijo Jorge levantándose con decisión directo a enfrentarse al papel en blanco que tanto le había bloqueado hasta entonces.

El joven escritor, abrió la ventana y se lavó la cara para despejarse lo máximo posible. Colocó todo lo necesario para escribir y, de repente comenzaron a fluir todas las palabras en el folio como si le estuviesen dictando todo lo que debía escribir. En menos de una hora Jorge ya tenía escritos más de dos folios y no podía parar de escribir, por fin había perdido el miedo.

Jorge sabía, en el fondo que ese sueño tan extraño que había tenido hace tan solo unas horas, tenía mucho que ver en su repentino cambio. Pero, eso ya daba igual, gracias a él conseguiría cumplir su sueño. Sólo necesitaba escribir una buena aventura y los personajes ya los tenía.

Rosi Requena

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