Cuento infantil: ¡¡El último día de clase!!
– Hoy es el último día de clase, ¡por fin llegaron las vacaciones!
Esta es la frase que recorre todo el colegio donde Amparo ha sido tutora por primera vez, en el tercer ciclo de primaria, desde que terminase su carrera hace un par de años.
Risas y bromas se escuchan por los pasillos, con el sonido del timbre avisando de que acaban las clases hasta septiembre, llegan las primeras carreras, el sonido de las mochilas con ruedas que, cansadas de llevar los libros durante todo el curso, al finalizar este, descansarán en las habitaciones de los estudiantes que las han paseado durante los nueve meses aproximados que ha durado el curso.
En corrillos, los niños y niñas explican a sus amigos cuáles serán sus planes para las vacaciones que acaban de comenzar; sus viajes a lugares desconocidos, las visitas a sus abuelos y familiares, los baños que se darán en las piscinas o en las playas… mil y un planes que rondan por las cabezas de los chiquillos que, hasta hace unos momentos seguían nerviosos en sus pupitres a la espera de oír el tan ansiado sonido del timbre.
Amparo, poco a poco va recogiendo y despidiéndose de los que han sido sus alumnos en su primer año como maestra y dando algún consejo que otro para que comiencen con buen pie su nueva etapa en el instituto.
Algunas alumnas se funden con ella en un abrazo cargado de emoción, pues ya no verán el próximo año a quien ha sido más que su maestra, una amiga a lo largo de su último curso en el colegio que les ha visto crecer. Otras le hacen un regalo de última hora que, ellas mismas han confeccionado en sus pocos ratos libres. Varios de sus alumnos, quizá los más folloneros, le piden que les firmen las becas con las que se graduaron hace poco más de una semana…
Pero todos coinciden en una misma cosa, en estos meses se ha ganado un lugar en sus corazones y todos le piden que se haga una foto para guardarla de recuerdo.
Una vez que se ha despedido de ellos, el aula va quedando en silencio. Una a una, va bajando las persianas de ese lugar donde tan buenos ratos ha pasado en su primera experiencia como profesora.
-Qué triste es ver cómo se cierra un aula después de estar nueve meses llena de vida con los chicos.- piensa Amparo en voz alta, con un poco de nostalgia en su voz.
– Tan solo son un par de meses, luego volverán las carreras – le contesta Juan, uno de los profesores más veteranos. – pero si, da un poco de pena. Es como cerrar una etapa.
– Tienes razón.- sonríe Amparo – Después de todo, dos meses pasan volando.
Juntos, cierran las puertas de sus respectivas aulas y van apagando a su paso las luces que, por descuido, hayan podido dejar los alumnos encendidas.
Amparo, mira por última vez los pasillos vacios de ese colegio que tan bien le ha acogido en su primer año. Respira profundamente y piensa que no sería mala idea terminar dando clases allí durante el tiempo que haga falta.
Con un abrazo se despide de cada uno de sus compañeros y prometen verse durante las vacaciones. No saben si llegarán a cumplirla, pero sí que saben que se verán el próximo curso. Por eso, cuando se marchan a sus casas, todos se despiden con una sonrisa y un ¡Hasta el curso que viene!
Cuento infantil por Rosi Requena
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