Cuentos cortos de navidad para niños: El osito más querido

Cuentos cortos de navidad para niños

Cuentos cortos de navidad para niños

Cuento que habla sobre la amistad y como algo tan simple como puede ser un oso de peluche, puede hacer que recuerdes al amigo que esta en la distancia o a un ser querido.

Suena el timbre del cole y Belén sale corriendo para llegar cuanto antes a su casa para poder descubrir la nueva figurita del calendario.

Como siempre, después de comer, Belén ayuda a sus padres a recoger la mesa y vuela hacia su habitación para descubrir un osito de chocolate de su ventanita.

Durante la tarde, la niña hace sus fichas, sale un ratito al parque con su mamá y sus amigos bien abrigada y casi sin darse cuenta se hace la hora de cenar e irse a dormir.

Mientras que se pone el pijama y se lava los dientes, Belén imagina como será el cuento sobre el osito que le ha salido hoy. La pequeña se acuesta y como es costumbre en ella, se abraza al oso con el que cada noche comparte cuento y sueños.

-Esta noche el cuento se llama… “El osito más querido”- comienza su mamá.

Cuentos cortos de navidad para niños: El osito más querido 

“Erase una vez, dos amigas que  eran inseparables. Todo aquel que las conocía sabía que no podían estar la una sin la otra. Se habían conocido en el colegio hace dos años y sólo necesitaron un par de semanas para hacerse amigas intimas. Lo compartían todo, juegos, secretos y alguna que otra travesura. Rara era la semana que no intercambiasen casa, tanto para comer como para dormir durante los días que no tenían clase y cada una se consideraba de la familia de la otra.

Cuando terminaron el curso en verano, en la excursión de fin de curso, las dos amigas prometieron no separarse nunca y mantener su amistad por el resto de sus vidas. No iba a ser sencillo, pues meses después, Rosa se tenía que trasladar a otra ciudad por motivos familiares, pues a sus padres les trasladaban en el trabajo.

Al enterarse de la noticia, Rosa se fue corriendo a comunicárselo a su gran amiga y las dos, entre lagrimas, se fundieron en un largo abrazo y renovando su promesa de que, pasara lo que pasara y estuvieran en el lugar que fuera, seguirían manteniendo el contacto y nunca perderían la amistad que un día nació entre ellas.

Pasaron los meses de verano, aprovechando al máximo los meses que les quedaban para disfrutarlo juntas, al llegar el nuevo curso Rosa se iría a su nueva ciudad, a un nuevo colegio.

Al llegar el día de la despedida, Eva quiso tener un detalle para que su amiga Rosa se acordase de ella cuando la viera, le regaló una pequeña pulsera con su nombre grabado y Rosa hizo lo propio.

-Escríbeme y cuéntame cómo te va todo.- dijo Rosa desde el coche.

-Haz tu lo mismo, ¿vale?, siempre estaré ahí- le contesto Eva agitando el brazo en señal de despedida.

Pasaron los meses y Rosa y su amiga se escribían  todas las semanas, a pesar de que hablaban por teléfono, sus cartas eran larguísimas. En ellas, Eva le contaba todo lo que ocurría en su familia y con sus compañeros de colegio, los mismos que había compartido con ella.

Risas, enfados y alguna otra reprimenda que se habían llevado de sus antiguos profesores, Rosa por su parte, le contaba como había sido adaptarse al nuevo colegio, como les iba  a sus padres con los nuevos trabajos y los nuevos amigos que había conocido durante ese tiempo.

Antes de llegar las navidades, las cartas se fueron espaciando y Rosa se temía lo peor. Eva se habría cansado de escribir y poco a poco, la amistad se iría perdiendo, pero eso no era así precisamente.

Un par de días después de Reyes, el cartero tocó a la puerta de Rosa, traía una caja inmensa y nadie de la familia recordaba haber comprado nada que tuvieran que enviar por correo.

La sorpresa vino cuando el cartero pronunció el nombre de la niña, sus padres la llamaron, imaginándose de quien sería el gran paquete que les había llegado desde su antigua ciudad y Rosa, totalmente asombrada cogió con ayuda de su padre, la caja para meterla en casa.

Una vez se hubo ido el cartero, Rosa se llevó la caja a su habitación, los ojos se le llenaron de lágrimas al ver el nombre de su querida amiga en un lado del gran paquete y tuvo que llamar a su madre para que le ayudase a abrir la caja, pues las manos le temblaban de la emoción de ver que su amiga del alma, no se había olvidado de ella.

Al abrir la caja, dos grandes lágrimas surcaron su cara al ver que era un oso gigante quien ocupaba todo el espacio y en uno de sus brazos llevaba una pequeña postal, felicitándoles la navidad y explicando por qué había pasado tanto tiempo sin recibir noticias de ella.

“Quería darte una sorpresa, un gran regalo de Navidad para que, aunque pasaran los años y nos hagamos adultas, siempre estará el oso allí para recordar nuestra amistad y poder abrazarle cuando me eches de menos, una forma de estar cerca,  aunque los kilómetros nos separen”.

Pasaron los años y el oso hizo su papel, de hecho, aun lo sigue haciendo, pues cada vez que lo ve, recuerda aquella bonita amistad que nació en un recreo en el colegio y con el paso de los años, todavía sigue intacta.”

-Y colorín, colorado…- finaliza la mamá de Belén.

-Este cuento se ha acabado – termina la niña- que bonito mamá. Ojalá cuando sea grande tenga una amiga igual que la de tu cuento.

-Seguro que la tendrás, cariño- le dice su madre.- y ahora a dormir.

Belén se queda durmiendo, abrazada a su osito sin dejar de pensar en una cosa… ¿y si fuera ese osito el mismo que el del cuento?

FíN

Fichas comprensión lectora de los Cuentos cortos de navidad para niños

1.- ¿Cómo se llaman las dos amigas del cuento de Belén?

2.- ¿Qué se prometen cuando acaba el curso?

3.- ¿Cuál es el motivo por el que una de las amigas cambia de ciudad?

4.- ¿Qué regalo le envía Eva para que su amiga se acuerde de ella?

5.- ¿Quién es tu mejor amiga? Dibújate con ella.

© 2017 Cuentos cortos de navidad para niños por Rosi Requena de Ideas para Navidad

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