Ya hemos hablado en otros artículos la importancia de trabajar la autoestima en niños y niñas, hablamos de consejos, actividades, fichas etc. Hoy vamos a desarrollar la autoestima infantil a través de cuentos de autoestima.
Mediante los cuentos podemos lograr que los niños incorporen muchos conceptos y valores imprescindibles para su desarrollo: autoconcepto, autoestima, habilidades sociales etc. Con estos dos cuentos con moraleja: Juana la urraca y el Príncipe cojo podremos trabajar el valor de la autoestima en nuestros hijos
Cuentos de autoestima
Estos dos cuentos de autoestima: Juana la urraca y el Príncipe cojo nos enseñan como podemos realizar grandes cosas sin importar el tamaño ni los defectos físicos y lo más importante es que creas en ti.
Juana, la urraca
Juana era una urraca que había sido rescatada por un niño de un bosque. Este niño creció y se convirtió en policía y la urraca siempre lo acompañaba.
Un día ingresaron en la casa del policía tres ladrones. Los ladrones, sabiendo que era la casa de un policía, fueron muy silenciosos hasta el punto que los perros ni siquiera se percataron de su presencia. Sin embargo, Juana sí logró escuchar los de inmediato y fue a picotearles la cara hasta que salieron huyendo de la casa.
El policía estaba tan contento que le dijo a Juana que empezaría a trabajar en el departamento de policía ayudándole a atrapar ladrones.
Juana estaba realmente muy feliz, pero al llegar a la comisaría los compañeros del policía comenzaron a reírse de Juana.
- No te preocupes querida Juana. Tú sabes lo que vales y tú sabes lo que puedes hacer – le dijo su amigo.
Esa misma tarde hubo un robo en el centro comercial. Los policías se acercaron hasta allí pero los ladrones estaban muy bien preparados y para evitar ser atrapados tenían todo pensado. Por eso es que ni siquiera los perros policía pudieron atraparlos, pero no contaban con Juana, la urraca policía. Ella fue extremadamente veloz y les atacó hasta tal punto de aturdirlos entre picotazos y aleteos sobre sus caras. En ese mismo instante, ingresaron los policías y pudieron atrapar a todos los ladrones.
Finalmente, Juana regreso al departamento de policía muy satisfecha por su labor y hasta recibió una medalla de honor por aquel acontecimiento.
Moraleja: Nunca creas que lo que puedes hacer es poco porque eres pequeño, cuando en realidad lo más importante son los actos de grandeza y no el tamaño de nuestro cuerpo.
FIN
El príncipe cojo
Había una vez, en un reino no tan lejano, un príncipe que tenía un problema: él era cojo pero no lo sabía.
Como todos los príncipes en aquella época tenían que casarse al cumplir los 18 años para lo cual comenzó con su búsqueda de una futura princesa dentro de las mujeres del reino, pero claro ninguna lo quería porque él tenía una pierna más corta que la otra.
El príncipe era muy inteligente: le gustaba leer libros realizar caminatas por el jardín del palacio mantener conversaciones interesantes pero así y todo parecía que a ninguna le interesaba su personalidad.
El problema parecía ser cada vez más grave y un día le preguntó al rey:
- Papá ¿Por qué ninguna mujer quiere casarse conmigo? ¿Acaso es que soy una persona poco interesante?
El padre no supo que responder pues temía herir los sentimientos de su hijo.
Fue así que el joven príncipe decidió emprender un viaje. Salió del reino y se fue muy lejos. Conoció a muchas personas hasta que encontró un anciano que le pudo decir la verdad mirándole a los ojos
- Tienes una pierna más corta que la otra – le dijo – y eso a muchas mujeres no les gusta pues ellas se quedan con lo aparente, con la visible y no pueden verlo interesante que puedes ser como persona.
Shockeado por la respuesta del anciano el joven príncipe decidió regresar al reino, pero esta vez tendría un pedido muy especial para su padre: cambiar las reglas del reino.
Consideraba que no necesitaba casarse con una mujer que no lo amará o que estuviera al lado suyo solamente por ser el Heredero del reino.
El rey aceptó su petición y al año siguiente las normas para ser el heredero del reino habían cambiado: ya no era necesario casarse para poder heredar el trono y, por otro lado, el joven príncipe decidió ir en busca de su verdadero amor. Por eso, se vistió como una persona del pueblo y se fue en busca de alguien a quien le interesase mucho más hablar, mantener una conversación, leer un buen libro y tener una caminata por un jardín que ser la compañera y heredera del reino.
Moraleja: No importa cuántos defectos físicos tengas. Lo importante es lo que puedes dar desde tu corazón.
FIN
Otros cuentos con valores
Finalmente os dejamos otros cuentos y leyendas para trabajar los valores que podréis encontrar en nuestro blog