Animales omnívoros. Capítulo IX de la Misión azul

animales onmívoros

La misión azul: Los animales omnívoros

Los animales omnívoros: Tiziano regresaba a su nave tras aquella conversación tan interesante mantenida con el cocodrilo.

Mientras caminaba absortó en sus pensamientos, unos ruidos provenientes de las copas de los arboles le llamarón la atención.

Se paró para mirar que era aquellos que sacudía las ramas con tanta fuerza y no era precisamente el viento.

Pudo observar a una especia aún desconocida por él, así que no dudó y sacó su laser voz, conectó el amplificador de sonido para que aquellos seres pudieran escucharle, y para que él también pudiera captar su voz, se posicionó justo debajo de ellos, e intento entablar conversación.

-¡Hola seres que habitan la copa de estos árboles!

Al parecer aquellos seres le entendieron perfectamente, chismorrearon entre ellos y mandaron a un escogido para inspeccionar.  Este se acercó lo suficiente y fue en ese instante cuando la conversación dio su inicio

-¡Hola! ¿Por qué nos interrumpes?

-No quería molestaros, estoy en vuestro planeta en misión científica

-¿No querrás capturarnos?

-¡En absoluto! ¿Para qué quiero yo capturaros? Yo vengo en son de paz, prefiero pedir educadamente lo que necesito

-¿Y que necesitas?

-¡Información!

-¡Información…! ¿De qué tipo?

-Hace un momento estuve hablando con un cocodrilo y me dio información sobre los animales carnívoros ¿podrías darme tú más información?

-¿Sobre los carnívoros?

-¡Sobre vosotros! Yo no conozco nada de este planeta, cualquier dato por minúsculo que te parezca, para mi será gran cosa

-¡Espera voy a consultarlo con mis compañeros!

Tras aquello desapareció entre las ramas, se volvió a escuchar un cuchicheo chillón, y regresó

-¡Esta bien! Si solo necesitas información te la daré, nosotros respetamos a quienes nos respetan

-¡Muchas gracias! Permíteme que prepare mi laser voz adecuadamente – Unos segundos después… – ¡Cuando quieras!

-Yo soy un primate ¡un mono! Y para seguir con la información que te ha dado el cocodrilo te diré que no solo soy carnívoro, somos animales omnívoros.

Nos nutrimos con toda clase de alimentos, nuestro aparato digestivo es capaz de digerir tanto carne como vegetales.

Nuestras preferencias alimenticias son muy variadas y disfrutamos tanto de productos de origen animal como vegetal.

Esto constituye una gran ventaja, ya que podemos sobrevivir en cualquier medio, lo que no ocurre con los animales muy especializados en su alimentación, que corren el riesgo de extinguirse cuando no pueden hallar el único tipo de comida que sus organismos aceptan.

La palabra Omnívoro, proviene del latín omnis y vorus, que come, “omni” significa todo y su posesivo “is” recae sobre la palabra come, derivando así el siguiente significado: “que come de todo”. Por tanto es la palabra que sirve para calificar a aquel ser vivo que come tanto vegetales como carne, siendo vegetariano y carnívoro a la vez, tal y como son la mayoría de los seres humanos.

animales onmívoros

 

Normalmente somos comedores oportunistas y generalistas, que no estamos específicamente adaptados para comer y digerir ni material vegetal ni carne exclusivamente.

Los cerdos son un ejemplo bien conocido de animales omnívoros. Los cuervos son otro ejemplo de un omnívoro común.

Aunque hay casos de hervíboros que a veces también comen carne, y casos de carnívoros que comen plantas, esta distinción se refiere a las adaptaciones y fuente primaria de alimento de la especie en general, de modo que estas excepciones no hacen que el ejemplar en concreto o la especie en general sean omnívoros.

onmivoros

Son omnívoros, entre otros, los siguientes grupos de animales:

Mamíferos

El coatí.

Los cerdos.

Los osos, exceptuando algunos como el oso polar.

El panda.

Varias especies de cánidos, entre ellos el perro y el zorro.

El erizo.

El mapache boreal.

Algunos roedores, como los ratones, ratas y ardillas.

La zarigüeya.

El hombre

La mofeta.

 

Aves

Aves del género Rhea (el avestruz y el ñandú).

El género Larus (las gaviotas) y Gallus (las gallinas).

El casuario.

Algunos córvidos como el cuervo, el grajo y la urraca.

El kea.

La mayoría de las de la familia Rallidae.

Algunos peces como la piraña.

Algunos reptiles del clado Lacertilia y algunas tortugas.

La alimentación de los animales omnívoros es variada, y comemos, tanto alimentos vegetales como animales. Los animales omnívoros tienen dientes para morder, colmillos para desmenuzar y molares para aplastar el alimento.

En la red trófica, los omnívoros podemos ser consumidores primarios o secundarios, según nos alimentemos de materia vegetal, una comida rica en energía, o de materia animal. Debido a nuestras variadas dietas alimenticias, los omnívoros estamos menos especializados, en general, en nuestros hábitos para obtener comida que los carnívoros o los herbívoros. Dependiendo del suministro de comida disponible, por ejemplo, la mofeta moteada se alimenta, sobre todo, de ratones y ratas durante el invierno y de semillas e insectos durante los meses estivales. Del mismo modo, el cenzontle o sinsonte varía su dieta de bayas a la de insectos según la época del año.

Muchos animales que han sido descritos como carnívoros se consideran en la actualidad como omnívoros. Así, el oso grizzly, una subespecie del oso pardo, complementa su dieta de carne con pasto, hierbas, nueces y bayas, y el zorro rojo se alimenta tanto de frutas y bayas como de carne de animales.

El aparato digestivo de los omnívoros está capacitado para digerir alimentos muy variados. Los dientes de los mamíferos omnívoros, como por ejemplo los seres humanos, presentan características intermedias de especialización entre los dientes de los herbívoros y los carnívoros, y son capaces de arrancar carne y de triturar materia vegetal dura.

De igual manera, el hombre es también un animal omnívoro. En las primeras especies del género Homo, el paso de una alimentación eminentemente vegetariana a la inclusión de la carne en la dieta no se debió a cuestiones culturales, sino a los desajustes metabólicos provocados por un mayor desarrollo cerebral.  Sin embargo, en el hombre, una dieta demasiado rica en proteínas necesita el complemento de carbohidratos y grasas, de lo contrario pueden aparecer carencias nutricionales importantes que pueden incluso provocar la muerte. Por ello, la forma más sencilla de mantener el correcto funcionamiento del metabolismo sería la combinación de materia vegetal con carne.

Entre las evidencias para considerar omnívoros a los humanos, se pueden citar:

La evidencia arqueológica indica que los humanos tuvieron una dieta que incluía carne; fueron cazadores-recolectores desde sus inicios. Cuando comenzó la domesticación de las fuentes de alimento, se dio tanto con vegetales como con animales.

La cantidad y distribución de los diferentes tipos de células del intestino (más que su longitud) son el rasgo más importante para determinar una dieta típica. Los perros son carnívoros en origen, pero sus características intestinales presentan más rasgos en común con los omnívoros. Los lobos, por su parte, comen bastante material vegetal.

Casi todos los comedores de plantas tienen cubas de fermentación (cámaras donde la comida permanece un tiempo mientras es atacada por microbios). Los rumiantes como la vaca y el ciervo tienen sacos anteriores (esófago y estómago modificados); los caballos, rinocerontes y los monos colobinos tienen sacos posteriores, en el epigastrio. Los humanos no poseen tales especializaciones.

La evidencia sobre la estructura y función de nuestras manos y quijadas, comportamiento, e historia evolutiva, o bien apoya la idea de una dieta omnívora, o bien falla en sustentar un vegetarianismo estricto. Pero la mejor evidencia está en los dientes: los caninos cortos de los humanos son una consecuencia funcional de un cráneo expandido y la necesaria reducción en el tamaño de las quijadas. En los primates, los caninos funcionan tanto como armas defensivas como de amenaza visual; los gorilas y geladas (que son los grupos con caninos más grandes) tienen una dieta básicamente vegetariana. En los sitios arqueológicos, molares humanos rotos se confunden a veces con premolares o molares de cerdos (un omnívoro clásico). Por otro lado, algunos herbívoros tienen incisivos bien desarrollados que también a veces se confunden con los de los humanos.

Las glándulas salivales también indican que somos omnívoros. La saliva y la orina varían, más que según el grupo taxonómico, de acuerdo a la dieta.

Los humanos son un ejemplo clásico de omnívoro en todos los rasgos anatómicos relevantes. Ni la anatomía ni la fisiología permiten suponer que los humanos están pre adaptados a una dieta vegetariana. Por lo cual, los mejores argumentos en favor de una dieta sin carnes siguen siendo los ecológicos, éticos, o las cuestiones de salud.

pirámide nutricional

-¡Desde luego todo lo que me has dicho en poquísimo tiempo!

-Y no te pienso decir más porque me voy

-¡Muchas gracias por todo!

Tras decir Tiziano esto, aquel mono se lanzó sobre su pecho y le arrancó uno de aquellos botones grandes y dorados de su traje interespacial. Con los monos hay que tener cuidado, pues ya se sabe que son unos pillastres malandrines.

© 2018 La misión azul: Los animales omnívoros Por Estrella Montenegro para la sección Ciencias Naturales de Educapeques

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